Qué es y quién está detrás
Es una red social y servicio de microblogging (publicación de mensajes cortos), cuya empresa matriz fue fundada en agosto de 2018 en Nevada, EE.UU., por John Matze y Jared Thomson. Cuenta con unos 30 empleados, según medios americanos como Slate .
En una reciente ronda de negociación para inversores, consiguió financiación de Robert Mercer, también inversor en Breitbart News (medio de la autodenominada alt-right creado por Steve Bannon, ex-asesor de Trump) y Cambridge Analytica. Mercer también es uno de los principales donantes del partido Republicano y campañas electorales de Donald Trump.
Mercer y su hija, Rebekah Mercer, fueron también donantes destacados en la campaña del candidato republicano Mitt Romney en las elecciones presidenciales de 2012, en las que Barack Obama consiguió la reelección. También han respaldado económicamente al republicano Ted Cruz, uno de los líderes más conservadores del partido y que ha apoyado a Trump en su intento por revertir la certificación de los resultados de las presidenciales del 3 de noviembre de 2020.
Su nombre significa “hablar” en francés, pero su pronunciación en inglés se asemeja a “sala” /parlor/.
Cómo funciona (moderación)
La publicación funciona de manera similar a Twitter, pero con un aspecto más tosco: en lugar de “me gusta” y “retuits” tiene “votos” y “ecos”. Se pueden seguir usuarios, comentar publicaciones, usar etiquetas (hashtags) y publicar imágenes, así como mandar mensajes directos por privado, pero ordena cronológicamente cómo aparecen las publicaciones, sin usar algoritmos como sí hace Twitter.
En términos de moderación, Parler cuenta con un órgano llamado Jurado de la Comunidad que, cuando recibe una queja sobre un determinado mensaje, somete a votación de sus miembros si incumple o no las normas. Con cinco votos del jurado, el mensaje se retira y al usuario autor se le quitan unos puntos. Cuando un usuario pierde 20 puntos, su cuenta queda suspendida pero a los tres meses vuelve a reactivarse recuperando todos los puntos, según cuenta a VerificaRTVE Marcelino Madrigal, experto en redes sociales, desinformación y análisis tecnológico. “Cuando ellos reciben un reporte tienen el Jurado de la Comunidad y lo que hacen es que votan cada uno de los miembros del jurado sobre si el contenido está de acuerdo o no (con las reglas) y con cinco votos lo retiran”, explica.
Parler se publicitaba en su portada como un “medio social imparcial centrado en las experiencias y el compromiso reales del usuario”, un espacio para la “libre expresión sin violencia y sin censura”. Como afirma para VerificaRTVE la experta Paula de la Hoz, hacker ética y analista de ciberseguridad, “es una estrategia de márquetin”, puesto que la aplicación “no está escrita en código abierto y libre”. Como ocurre con otras redes y servicios de internet, se basa en la aceptación a ciegas de un acuerdo de términos y condiciones, siendo por tanto “una cuestión de confianza con sus creadores”.
Como dice De la Hoz, se trataría más bien de “la alternativa para los que quieren hablar de las cosas que se censuran en Twitter”. Marcelino Madrigal asegura que Parler da cobijo a mensajes xenófobos, violentos y misóginos. “En Parler es verdad que hay porno. Son racistas, son xenófobos y también son misóginos y utilizan a la mujer”, argumenta. La plataforma, según este experto, también alberga contenidos relacionados con abusos a menores de edad y todavía no hay constancia de que haya denunciado la aparición de este tipo de materiales en su plataforma.
Por qué es tan popular entre los ultraconservadores
Ha ido creciendo conforme crecía el apoyo de diversos políticos conservadores como Ted Cruz o Donald Trump en EE.UU.. En España, han publicitado sus cuentas en Parler Santiago Abascal (VOX), Juan Carlos Girauta (ex-Ciudadanos) o Beatriz Fanjul (PP).
La red aumentó su número de usuarios con personas contrarias a las manifestaciones de Black Lives Matter (BLM) y después volvió a hacerlo tras las elecciones de noviembre en EE.UU. con partidarios desencantados de Trump. En realidad, lo ha hecho cada vez que las grandes plataformas clausuraban la cuenta de algún político o persona influyente que se pasaba a Parler. Cuando Twitter, Facebook e Instagram cerraron las cuentas del hasta entonces presidente de EE.UU., la aplicación se descargó en casi 270.000 ocasiones, según el portal especializado TechCrunch.
Madrigal asegura que Parler en todo caso no alcanza la “popularidad” de Twitter ni tiene una comunidad de seguidores que se pueda equiparar. Recordemos que Facebook tiene casi 2.500 millones de usuarios y Twitter, 350 millones. “Yo pondría lo de popular en cuarentena. Los números que tiene no son tan grandes. Son ocho millones de miembros y activos son cuatro millones y medio. Son populares porque han saltado a los medios”, explica. Madrigal deja claro que Parler no busca competir a nivel económico con Twitter o Facebook sino que realmente es una “herramienta tecnológica” al servicio de “un grupo de presión”. “Esto no es un negocio”, zanja.
Qué ha pasado ahora
A raíz del asalto al Capitolio por parte de seguidores de Trump, Google y Apple lanzaron un ultimátum a Parler para que pusiera en marcha sistemas robustos de moderación de sus contenidos para eliminar los mensajes que incitan a la violencia y al odio. Como puede consultarse en esta cronología elaborada por First Draft, el 9 de enero tanto Google como Apple retiraron Parler de sus tiendas de aplicaciones por considerar que la plataforma no había desarrollado los cambios necesarios. La plataforma todavía era accesible en la Web pero ese mismo día Amazon decidió dejar de dar servicio de alojamiento al sitio, según la primicia publicada por Buzzfeed, por lo que ya no puede utilizarse tampoco por esta vía. Su “pasado” puede consultarse en Archive.org.
“Parler tiene un problema grande”, señala Madrigal, que cree que esta red social buscará otro servicio de alojamiento y tendrá que realizar “cambios” para poder volver a estar operativa. Para ello, como dice Paula de la Hoz, “tendrían que aceptar las normas que le imponen estas plataformas”, puesto que la otra opción sería formar parte del conocido como “fediverso” y la comunidad libre para poder “montar su propio nodo”, con lo que no podrían recopilar datos para uso comercial.
*Este artículo ha sido actualizado el 15/01/2021 con la inclusión del audio que contiene el análisis de los expertos emitido en Las Mañanas de RNE el día 14/01/2021.