El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha reinvidicado este sábado su estrategia de presión en el Ejecutivo para lograr que se cumplan los acuerdos alcanzados como la suspensión de cortes de suministros energéticos, la mejora de los salarios, la revalorización de las pensiones o la derogación de la reforma laboral del PP.
"Sí, somos muy cabezones para que se cumplan los acuerdos firmados y nos votaron para eso", ha dicho Iglesias en su intervención ante el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, en referencia a la conversación en los pasillos del Congreso con la socialista María Jesús Montero, a la que se escuchó pedirle que no fuese "cabezón".
Iglesias ha reivindicado la validez del acuerdo de investidura en el que, ha recordado, "estamparon la firma" el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y él, pese a que esta misma semana la ministra portavoz ha apuntado a la necesidad de modular ese pacto a la nueva situación derivada de la pandemia del coronavirus.
Pero Iglesias, que finalmente ha admitido que el decreto de prohibición de los desahucios incluya compensaciones para los grandes tenedores de vivienda si tienen sus casas okupadas, ha avisado de que no cesará en sus pretensiones. "Vamos a seguir trabajando para garantizar que a ningún hogar vulnerable se le pueda cortar el agua y la luz en el contexto en el que estamos, para dejar atrás la reforma laboral, mejorar los salarios y la capacidad de negociación de los trabajadores", ha garantizado Iglesias.
"Nos quedan muchas cosas más por cambiar"
En su discurso ante el máximo órgano de dirección de su partido, Iglesias ha presumido de que la presencia de Podemos en el Gobierno "se nota" y ha dirigido un mensaje a sus "adversarios": "Aunque les pese, quiero decirles que aún nos quedan muchas cosas más por cambiar". "Somos quienes somos y nos votaron para eso", ha recordado.
También ha reivindicado el "conflicto" como forma de avanzar en derechos sociales y ha afirmado que las "discrepancias y tensiones" forman parte de la normalidad dentro de un gobierno de coalición, pero además se demuestran "positivas" a la hora de cumplir el programa.
"El conflicto político es el motor de la democracia, el conflicto es lo que está detrás de los avances sociales y eso tenemos que reivindicarlo siempre", ha asegurado el vicepresidente.
Respecto al bloqueo del PP a la renovación del Consejo General del Poder Judicial ante la negativa de que Podemos y otras fuerzas como ERC o Bildu participen en el proceso, Iglesias lo ha calificado de "desprecio" a la Constitución y la soberanía popular y ha acusado a los populares de incurrir en una "aberración democrática". La apuesta del líder de Podemos pasa por "adaptar la ley al presente" para que todas las fuerzas políticas puedan participar en este proceso.
Debate entre Monarquía y República en Navidad
Pablo Iglesias también ha pronosticado que en Nochebuena, tras el discurso que pronunciará Felipe VI se abrirá en los hogares españoles el debate entre Monarquía y República.
"Es bueno que las familias en un estado democrático puedan debatir, no hay que tener miedo a que la gente piense y opine lo que le parezca", ha comentado Iglesias, que considera que en España la mayoría de la población ya se siente republicana y que por ello más pronto que tarde habrá una República.
Además de referirse a las posibles repercusiones que tendrá el discurso de Felipe VI en un año en el que se han conocido las actividades supuestamente irregulares de su padre, Juan Carlos I, Iglesias ha lamentado que la Mesa del Congreso haya impedido de nuevo una investigación al respecto, en este caso sobre el uso de tarjetas opacas de distintos miembros de la Monarquía.
Y ha lamentado el vicepresidente segundo que esa comisión no haya salido adelante por el rechazo del PP, Vox pero también de sus socios del PSOE y sin embargo, cree Iglesias, "los partidos monárquicos deberían ser los primeros los primeros interesados en que esta investigación se pudiera dar".
Porque, en su opinión, se pone en cuestión de lo contrario el principio fundamental de la monarquía parlamentaria, "que debe estar sometida a la voluntad popular, a la soberanía popular que representa el Parlamento".