La Generalitat ha admitido que en la comarca del Segrià, confinada perimetralmente desde el sábado, hay "transmisión comunitaria" y no ha descartado tener que alargar este confinamiento si no descienden los casos positivos de coronavirus. Es más, incluso se plantea el confinamiento domiciliario si no se consigue controlar el brote.
En una rueda de prensa, la consellera catalana de Salud, Alba Vergés ha indicado que el objetivo es "reducir al máximo la interacción" y avanza que se han restringido las visitas a las residencias de mayores para "proteger a los más vulnerables".
El jefe del Servicio de Epidemiología de Lleida, Pere Godoy, ha advertido que, "si en dos semanas no hay cambio de la situación, tendremos que plantearnos nuevas medidas como el confinamiento domiciliario".
Los casos seguirán aumentando
Las autoridades sanitarias catalanas reconocen que la transmisión se produjo a mediados de junio por el aumento de la actividad laboral, económica y social al que se sumó la llegada de unos 30.000 temporeros para recoger la fruta lo que disparó el número de contagios "Seguirán creciendo los casos porque las medidas no tienen efecto de hoy para mañana, veremos si en siete días hemos podido estabilizar un poco", ha señalado Godoy.
Este doctor ha afirmado que el problema actual es que los trabajadores de las empresas donde se han producido los brotes han iniciado “cadenas de transmisión” fuera del lugar de trabajo. Espera que en los próximos días haya un “aumento de casos” y aconseja ser “persistentes y pacientes”.
La consejera ha reconocido en una entrevista en Catalunya Ràdio que la situación en esta comarca leridana, que agrupa a 38 municipios donde viven unas 210.000 personas, "no es igual que en las semanas de marzo y abril, pero nos preocupa y teníamos que dar un paso". A esta cifra, se suman los habitantes de la comarca lucense de La Mariña lo que eleva la cifra de confinados a unas 300.000 personas.
Retenciones por los controles policiales
Los accesos a esta comarca leridana han registrado algunas retenciones de vehículos en los hasta 25 controles policiales que los Mossos d’Esquadra han establecido en el primer día laborable de confinamiento por el aumento de casos de coronavirus, mientras que en La Mariña de Lugo se han cerrado parques.
Un despliegue policial de casi 200 agentes blinda las carreteras de acceso para que nadie se salte el confinamiento, lo que está sancionado con multas de entre 100 y 600 euros. Están cerradas todas las salidas en el Segrià de la A-2, la AP-2, así como diversas carreteras secundarias.
Algunos conductores hayan tenido alguna dificultad para poder acceder a primera hora de esta mañana a algunos pueblos de la comarca para ir a trabajar. Aun así, la mayoría llevaba el certificado de autorresponsabilidad de las empresas que les ha facilitado la entrada.
Los controles de la Guardia Civil impiden el acceso a A Mariña, comarca lucense donde se han detectado 128 casos de Covid-19. Los municipios de la zona han acordado cerrar algunas plazas y parques para frenar el virus. El alcalde de Foz, Francisco Cajoto, es "muy crítico" con la Xunta porque "no es de recibo" trasladar la responsabilidad a los ayuntamientos con el argumento de que los alcaldes son autoridad sanitaria. "Pedimos que la Xunta tome el liderazgo, que lo asuma, que le corresponde".