En los países que dependen de los viajes y el turismo, la pandemia de la COVID-19 está teniendo “un impacto severo y duradero en la economía general”, si bien en el caso de España, uno de los países que más ingresos obtienen por servicios de acomodación a viajeros -en su mayoría procedentes de estados fuera del área euro-, el impacto será “significativo” aunque “eventual”.
En un artículo de su boletín económico, el Banco Central Europeo (BCE) asegura que la prohibición de entrada de turistas en más de 110 países y las restricciones a la movilidad decretadas en la mayoría de territorios han propiciado un gran impacto en el sector de los viajes y que este se alargará en el tiempo, ya que incluso después de que se hayan relajado estas restricciones, la aversión al riesgo y el cambio de preferencias tendrán efectos duraderos.
En el caso de España el golpe será “significativo” aunque “eventual”, en la línea de economías como Austria, Luxemburgo y Eslovenia. Más expuestos al impacto de la pandemia, según el BCE, estarán Chipre, Malta, Grecia y Portugal, mientras que se espera que Alemania y Bélgica se beneficien ligeramente, ya que son los principales países que consumen los servicios de alojamiento en otros países.
En términos generales, los sectores que implican un contacto físico han sido los que se han visto afectados de forma más severa y han registrado una caída más aguda de su actividad en abril, como los servicios relacionados con el turismo y el ocio.
Colapso en la aviación sin precedentes
También el transporte se ha visto ampliamente perjudicado, sobre todo en países como España, Italia, Francia y Alemania, donde la capacidad de vuelo ha disminuido más de un 90 %, mientras que a nivel global la contracción ha sido del 65 %.
Según el BCE, este colapso no tiene precedentes en la historia de la aviación. Y es que los ingresos por pasajeros aéreos bajaron un 15 % tras los ataques terroristas de septiembre de 2001, y tardaron entre dos y tres años en recuperarse completamente en Estados Unidos y Europa. Por su parte, tras el brote de SARS en 2002-03, los ingresos por pasajeros cayeron dos terceras partes y no se recuperaron hasta un año después.
Las estimaciones en este momento son más pesimistas, lo que llevan al supervisor a advertir de las consecuencias: "La caída de la actividad aérea internacional como resultado de la COVID-19 es, sin embargo, mucho más amplia y profunda y es probable que tenga unas consecuencias más severas para la industria que en estos otros episodios".
La importancia de estos sectores
En su artículo, el Banco Central Europeo pone de manifiesto la importancia que estos sectores tienen en la economía global. “La zona del euro está expuesta al comercio en sectores de servicios muy afectados, en los que registró un superávit en 2019”, señala en su artículo.
Por ejemplo, el comercio neto de viajes contribuyó con 42.000 millones de euros al superávit de 68.000 millones de euros de los servicios de la balanza comercial de la eurozona en 2019.
Las exportaciones de servicios fuera de la zona del euro alcanzaron el año pasado los 988.000 millones de euros, de los cuales 124.000 millones de euros procedían de los servicios de viajes, un 17 % del total. Mientras que el sector del transporte representa el 16 %, e incluye tanto el transporte de mercancías, como el de pasajeros.
Asimismo, las importaciones de servicios contabilizaron 920.000 millones de euros, siendo transporte (16 %) y viajes (13 %) las categorías más grandes, según cifras del supervisor.