Las muertes con coronavirus en Estados Unidos han superado este sábado las 20.283, por lo que se convierte en el país con más fallecidos relacionados con la pandemia del mundo. Además, acumula más de medio millón de casos en todo el territorio, donde el más afectado es el estado de Nueva York.
Este viernes, el país batió otro funesto récord al ser el primer país del mundo en registrar un aumento de más de 2.000 muertes por coronavirus en un solo día; y Nueva York ha comenzado a enterrar a fallecidos con la enfermedad, que no hayan sido reclamados, en una fosa común en la isla de Hart.
En cuanto a muertes durante la pandemia, le siguen Italia, donde han fallecido 19.468 personas y hay 152.271 personas contagiadas; y España, con 16.606 muertos y 163.027 casos.
En un comienzo, la Casa Blanca había estimado que el coronavirus podría dejar entre 100.000 y 240.000 muertos en todo el país, pero esta semana redujo la proyección a 60.000.
Hasta el momento, la Administración Trump ha suspendido los vuelos procedentes de Europa durante un mes. El presidente Donald Trump ha declarado la emergencia nacional para combatir el virus y ha ampliado hasta el 30 de abril las medidas contra la COVID-19.
Trump, optimista ante la posibilidad de reactivar la economía en mayo
Pese a las crecientes cifras de fallecidos y contagiados, Trump se ha mostrado optimista ante un posible reactivación de la economía. Para poder reanudar la actividad a comienzos de mayo, el mandatario ha creado un grupo de trabajo con ese objetivo específico.
En una rueda de prensa este viernes, ha pedido esperar a ver el desarrollo del virus en las próximas semanas y ha prometido que escuchará "con mucha atención" a sus asesores de salud pública antes de tomar una decisión.
"Tendré que tomar una decisión, y solo le pido a Dios que sea la decisión correcta. Pero diría sin lugar a dudas, que es la decisión más importante que he tenido que tomar", ha señalado.
Pero en Estados Unidos, mucha de la normativa depende de los estados y no del gobierno federal. Hasta 42 de los 50 estados del país, además de Puerto Rico y el Distrito de Columbia, han emitido decretos para obligar a sus ciudadanos a quedarse en casa. Esto es, aproximadamente el 95% de la población estadounidense (unos 316 millones de personas) se encuentra confinada.