La crisis del coronavirus COVID-19 está provocando la falta de material sanitario en el sistema de salud público español, lo que ha obligado al Gobierno a buscar alternativas y poner en marcha planes que fomenten la producción nacional. El virus, que deja ya más de 85.000 infectados y cerca de 7.500 fallecidos en España ha llevado a 'rediseñar' la actividad industrial de algunas compañías para adaptarse a las demandas del personal sanitario.
Por ello, empresas como Seat o la francesa Alstom trabajan para poder sacar adelante respiradores o productos de protección sanitarios.
La automovilística Seat ha comenzado, en su fábrica de Martorell, en Barcelona, la producción de respiradores asistidos para pacientes infectados con el motor adaptado de los limpiaparabrisas de sus vehículos, entre otros componentes.
La firma española ha informado a través de un comunicado, que ha transformado su línea de producción para la fabricación de los respiradores donde antes se montaban partes del Seat León.
"Modificar una línea de montaje que fabrica un subchasis y poder transformarla y producir respiradores ha sido un trabajo arduo en el que han estado implicadas muchas áreas de la empresa y lo hemos hecho en el tiempo récord de una semana", ha indicado Sergio Arreciado, del área de Ingeniería de Procesos de Seat.
Desde Alstom también buscar ayudar a la comunidad sanitaria y ya están repartiendo los productos que fabrican en hospitales de Barcelona.
Ejes de cajas de cambios o motores de limpiaparabrisas entre los componentes de fabricación
Cada respirador cuenta con más de 80 componentes electrónicos y mecánicos, entre los que están engranajes impresos de Seat, ejes de cajas de cambios o el motor adaptado de los limpiaparabrisas.
Todos ellos, son sometidos a un exhaustivo control de calidad con esterilización de luz del área de Ingeniería de Procesos Seat.
"La motivación de todas las personas que participamos en este proyecto es ayudar de la manera que nosotros sabemos, que es fabricar en serie un equipo, esta vez para salvar vidas", ha señalado Nicolás Mora, del área de Producción de Seat Martorell.
Desde hace una semana, cerca de 150 trabajadores de la compañía automovilística, procedentes de diferentes departamentos, trabajan en la producción de un modelo final de estos reparadores tras hacer 13 prototipos diferentes.
Alstom también 'rediseña' su actividad ante el coronavirus
La firma francesa Alstom, fabricante de trenes y barcos, ha informado de que ha reconvertido el centro de impresión 3D que tiene en Santa Perpetua de Mogoda, en Barcelona, para la producción de productos de protección sanitarios que contribuyan la lucha contra el coronavirus.
Hasta la crisis sanitaria, la compañía venía utilizando la impresión 3D para cuatro aplicaciones: herramientas y utillaje para las fábricas, prototipos para validar un diseño, y moldes y piezas en serie.
Sin embargo, desde la semana pasada, trabajan en la fabricación de viseras para protectores faciales y válvulas para respiradores que ya están entregando a diferentes hospitales del área de Barcelona.
Además, los expertos en diseño de la planta trabajan en el desarrollo de nuevas soluciones, como un protector individual y portátil para las manillas de las puertas o materiales como máscaras con materiales antibacterianos.
"El objetivo es ayudar a la comunidad sanitaria mediante la fabricación de piezas que cumplan los estándares de calidad y seguridad adecuados", destacó en un comunicado el responsable de impresión 3D de Alstom en Barcelona, Jaume Altesa.
El Ejecutivo reorienta la industria para crear material sanitario
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ya anunció el pasado domingo que el Ejecutivo iba a reorientar la producción de determinadas industrias con el objetivo de fabricar material sanitario.
Montero confía en que en los próximos días España se pueda "autoabastecer" con la producción nacional de material sanitario necesario para luchar contra el coronavirus, es por ello que han recurrido a esta opción, ya que señaló que el mercado exterior está "prácticamente cerrado" y la producción se queda, casi en su totalidad, en los países fabricantes.
Se trata de una decisión incluida en el paquete de medidas a las actividades profesionales esenciales que seguirán abiertas.