El Fondo Monetario Internacional ha revisado este lunes a la baja las previsiones de crecimiento de la economía española, recortando dos décimas la estimación para 2020 que hizo hace tres meses al constatar que el frenazo de la actividad a lo largo del año pasado fue más acusado de lo previsto, de forma que pronostica que el PIB subirá un 1,6 % tanto este año como en 2021.
La rebaja, incluida en la actualización del informe de Perspectivas económicas mundiales que el organismo presentó en octubre, no solo es la más pronunciada de las principales economías avanzadas -Alemania, Estados Unidos y la zona del euro pierden una décima, mientras que Francia, Italia y Reino Unido no varían-, sino que reduce significativamente el diferencial de crecimiento que España mantenía sobre los países vecinos en los últimos años.
Así, mientras en 2018 la economía española crecía siete décimas más rápido que la francesa y casi un punto que la alemana, si se cumplen los pronósticos del FMI esa diferencia quedará reducida en 2020 a tres décimas respecto a Francia, para la que se estima un 1,3 %, y a solo medio punto sobre Alemania, pese a que también pierde fuelle y se quedaría en el 1,1 %.
Y aunque España está justo en la media que el organismo espera para el conjunto de las economías desarrolladas y todavía por encima del conjunto de la zona euro -para la que se espera un 1,3 %-, el recorte supone un jarro de agua fría sobre las expectativas del Gobierno de Pedro Sánchez, que ve como el FMI, que en octubre ya le recortó una décima pero coincidió con la previsión del crecimiento del Ejecutivo en funciones, un 1,8 %, ahora difiere de sus cálculos y es bastante más pesimista.
Una desaceleración mayor de lo previsto
Ese pesimismo se basa en "las secuelas de una desaceleración más marcada de lo previsto de la demanda interna y de las exportaciones en 2019", explica el organismo, que considera que el frenazo tendrá todavía efectos en la evolución de la economía española durante el año que viene.
Así, España e Italia son los únicos países, de entre las economías avanzadas, que pierden una décima en esta revisión de las previsiones del FMI de cara a 2021, cuando el producto interior bruto español, según los cálculos del FMI, se expandiría otro 1,6 %, lo mismo que este año.
En este sentido, el organismo advierte que es necesario orientar la política económica hacia inversiones que fomenten la productividad y hacia una reducción del endeudamiento: "Los países con niveles elevados de deuda deberían llevar a cabo consolidaciones a fin de estar preparados para la próxima desaceleración y el gasto en prestaciones que se avecina", señala en el capítulo de recomendaciones para las economías avanzadas.
Asimismo, el FMI subraya que "los países que necesitan asegurarse de que su deuda siga siendo sostenible tiene menos margen de maniobra" para llevar a cabo políticas fiscales expansivas, unas advertencias que no se dirigen directamente a España, pero que marcan una línea alejada de la pretensión del Gobierno de coalición de elevar el gasto social dados los actuales niveles de deuda.
Revisión a la baja también de la economía mundial
La rebaja de las previsiones para España se enmarca en una reducción similar para el conjunto de la economía global, a pesar de que el FMI reconoce que el ánimo de los mercados mundiales es mejor por la nueva ronda de estímulos de los bancos centrales, el principio de acuerdo entre Estados Unidos y China para solucionar sus tensiones comerciales y el menor temor a un Brexit sin acuerdo.
Sin embargo, el organismo señala que, desde sus cálculos de octubre, han aparecido "resultados inesperados negativos de la actividad económica en unas pocas economías de mercados emergentes, en particular India", y desliza que también se ha tenido en cuenta "el impacto del mayor malestar social" en diversos países.
Así, el FMI pronostica que la economía mundial crecerá en 2020 un 3,3 %, una décima menos de lo que esperaba hace tres meses aunque tres décimas más que en 2019, y que en 2021 el crecimiento sea del 3,4 %, dos décimas menos de lo inicialmente estimado.
“No hemos alcanzado todavía un punto de inflexión. La realidad es que el crecimiento global sigue siendo lento“
"No hemos alcanzado todavía un punto de inflexión. La realidad es que el crecimiento global sigue siendo lento", ha señalado, según recoge Reuters, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en la rueda de prensa en la que se ha presentado la revisión de sus previsiones, con motivo de la celebración del Foro Económico Mundial en Davos.
Los estímulos monetarios siguen siendo esenciales
El organismo, de hecho, advierte que el crecimiento sería mucho menor sin las últimas medidas de los bancos centrales, como las tres rebajas de tipos de la Fed durante el año pasado: "Sin ese estímulo monetario, la estimación del crecimiento mundial en 2019 y la proyección para 2020 habrían sido 0,5 puntos porcentuales más bajas".
Y avisa de que "los riesgos a la baja siguen siendo importantes", señalando las tensiones geopolíticas, como el enfrentamiento entre Estados Unidos e Irán, el malestar social, las fricciones comerciales e incluso los desastres ligados al cambio climático.
En ese contexto, las únicas mejoras significativas que incluye la revisión de las previsiones corresponden a Japón, con dos décimas para este año hasta alcanzar un crecimiento del 0,7 %, y China, que se beneficiaría de la distensión comercial con Estados Unidos y crecería también dos décimas más de lo previsto, un 6 %.
La economía estadounidense, por su parte, pierde otra décima en esta revisión, y se queda con pronóstico del 2 %, aunque el mayor recorte corresponde a India: el FMI le quita doce décimas a su PIB estimado para 2020 respecto a lo que calculó en octubre, hasta dejarlo en el 5,8 %. En cuanto a América Latina, el organismo que preside Kristalina georgieva le rebaja dos décimas y estima que crecerá un 1,6 % en 2020 y un 2,3 % en 2021, gracias al tirón de Brasil y pese al empeoramiento de las previsiones de México y el malestar social en Chile.