"¡Estoy flipando!. Estoy en el campo desconectado de todo y no me lo esperaba para nada". Habla Miguel Adrover, ganador del Premio Nacional de Diseño de Moda que concede el Ministerio de Cultura. La noticia ha asombrado a toda la profesión pero sobre todo a él. "Parece que se ha roto la maldición de los diez años que llevo aquí", dice por teléfono desde la localidad mallorquina de Calonge. Su tierra, su retiro.
Adrover lleva años alejado de las pasarelas pero no de la moda, que para él es una forma de expresión. "No sé qué voy a hacer ahora porque hay otras formas de comunicar, como la pintura, la fotografía, el arte... diferentes formatos para expresar lo mismo", dice haciendo referencia a la exposición que inauguró en abril de 2018 en Mallorca que mostró una colección de imágenes de maniquíes vestidas con distintos materiales. "Siempre he estado haciendo moda, reciclando. Espero que el premio me permita tener más voz y surja una nueva plataforma para trabajar, pero siempre con esa idea de metamorfosis y de reciclaje que tengo para la moda".
La noticia, además de sorpresa, ha causado sensación. Hablamos de uno de los creadores más importantes e influyentes del planeta. Un maestro cuyo trabajo hoy sigue vigente, tanto en la forma como en el contenido. "Llevo tiempo retirado pero nunca he dejado de estar activo. Me han pedido muchas entrevistas para hablar de firmas como Vetements, Vaquera y diseñadores como Jonathan Anderson porque parece que he sido una influencia para ellos. ¡Pero todavía no se ha cubierto mi espacio, tan solo se ha copiado la tendencia!", dice a la vez que critica el consumo masivo de la ropa y la devaluación de la moda. "La importancia de la moda está en el interior, no en el exterior".
El jurado ha elegido al diseñador por “el profundo impacto que ha causado en el mundo de la moda, por el compromiso social y la capacidad reflexiva de su trabajo, y por la vigencia atemporal de su discurso en el marco de la creación contemporánea".Y le define como un "artista iconoclasta ampliamente reconocido por la crítica internacional cuya huella sigue presente en la vanguardia de la moda”.
Adrover nació en 1965 en Calonge, Mallorca, dejó la escuela a los 12 años y trabajó en el campo con su familia. Un viaje a Nueva York en 1991 cambió su vida. Decidió quedarse y junto al diseñador Douglas Hobbs lanzó una línea de ropa llamada DUGG. En 1999 empezó a trabajar en su propia firma y su primera colección, Manaos-Chiapas-NYC, fue un homenaje a la mujer expulsada de ambiente, como cuenta Pedro Mansilla en su libro 'Cazadores de tendencias'.
En el año 2000 ya era conocido en Manhattan y contaba con el favor de la prensa especializada, como Suzy Menkes y Anna Wintour. Ese mismo año el CFDA le premió como mejor diseñador emergente de la moda femenina. Fue el rey de la customización, reinterpretando las camisetas para turistas que dicen 'I Love NY' e incluso la mítica gabardina de Burberry para una de sus colecciones más icónicas. Fue pionero en convertir en tendencia el reciclaje (hizo un abrigo con un colchón que Quentin Crisp tiró a la basura- y en reinterpretar la palabra lujo.
Tras firmar un acuerdo con el grupo Pegasus Apparel Group comenzó su expansión, que creció de forma paralela a su fama. Una de sus colecciones más recordadas, e influyentes, fue Utopía, lanzada en febrero de 2001, un trabajo qye habla en la fuerza de las culturas de distintas partes del mundo. Su nombre sonó para ocupar el puesto de distintas casas de moda, entre ellas Dior, y años más tarde reconoció que rechazó trabajar en Lanvin, Donna Karan y Moschino.
Tras los atentados del 11-S se desligó de Pegasus y de las pasarelas pero siguió trabajando y haciendo colecciones. En 2007 comenzó una colaboración con la casa alemana Hess Nature, una de las más comprometidas con la sostenibilidad y el respeto al planeta y la primera en el mundo en hacer un proyecto con algodón orgánico.
Adrover es un hombre comprometido con la lucha contra el cambio climático y un absoluto defensor de la moda como expresión multicultural y como motor de inclusión."Ahora todo es marketing, postureo. La moda es un producto mainstream, como el futbol, ahora no hay la energía que había antes porque se ha masificado".
Dice que le gustaría volver a Nueva York porque lo que se está haciendo allí no refleja la actualidad. "Si yo fuera ahora tendría mucho que decir sobre Trump y la supremacía blanca, me gustaría estar allí y poder expresarme". Cuenta su leyenda que cuando salió de Nueva York estuvo trabajando de taxista en Egipto y que después volvió a Calonge para trabajar en el bar de su abuelo.
En 2018 Miguel Adrover ha provocado noticias y rumores. Tras la exposición se ha hablado mucho de la intención que tenía de relanzar su marca y volver a la moda. Algo que ahora parece estar más cerca gracias al premio. "Primero tengo que asimilarlo y después ya veré qué propuestas me llegan. Si es que llegan".
Resulta al menos extraño escuchar sus palabras porque el mallorquín subió una inquietante imagen a su cuenta de Instagram en la que podía leer, sobre un fondo negro, la frase El diseñador Miguel Adrover ha muerto. "Yo me suicidé en la moda al regresa a mi pueblo, tenía un equipo de setenta personas que no podía mantener ni manejar desde aquí".
Reconoce estar muy contento, sobre todo por su familia. "Mis padres fueron varias veces a Nueva York y creo que para ellos aquello fue un sueño. Quizá este premio les haga verlo de otra forma, que no fue un sueño. ¡Y a lo mejor me hacen un reconocimiento en mi pueblo, que nunca me han hecho ninguno!", añade entre risas.
Con este galardón, según se dice en el comunicado del Ministerio de Cultura y Deporte, se reconoce a un creador o a un colectivo susceptible de ser considerado como creador, por su obra hecha pública o realizada el año anterior. También, en casos debidamente motivados, como reconocimiento a una trayectoria profesional. Para la concesión del premio se tiene en cuenta la calidad de las obras o actividades reconocidas; su carácter innovador y su significación como aportación sobresaliente a la vida cultural y artística española.
El jurado ha estado formado por periodistas como Lucas Arraut y Ana García Siñeriz, la experta en moda Charo Mora, el responsable de indumentaria contemporánea del Museo del Traje Juan Gutiérrez, el fotógrafo Gorka Postigo y Agatha Ruiz de la Prada, que ganó el premio en la edición anterior. Este galardón se fundó en 2009 y también se lo han concedido a Manuel Pertegaz, Paco Rabanne, Elio Berhanyer, Manolo Blahnik, Amaya Arzuaga, Josep Font, Sybilla y David Delfín.