Estados Unidos, Canadá y 16 países de la Unión Europea, entre ellos Francia, España, Alemania e Italia, han anunciado este lunes la expulsión de diplomáticos rusos de sus respectivos territorios en una acción coordinada de respuesta al envenenamiento en Reino Unido del expía Sergei Skripal y su hija, que las autoridades británicas y sus aliados occidentales atribuyen a Rusia.
Así, el Gobierno estadounidense ha decidido expulsar a 60 funcionarios y cerrar el consulado ruso de la ciudad de Seattle, en el estado de Washington, uno de los cuatro consulados generales de Rusia en el país; se trata de las medidas punitivas más severas adoptadas hasta por la Administración de Donald Trump contra Rusia, pese a que ya se han impuesto sanciones por las injerencias rusas en las elecciones presidenciales de 2016.
"Tomamos estas medidas para demostrar nuestra inquebrantable solidaridad con el Reino Unido y para imponer consecuencias a Rusia por sus constantes violaciones de las normas internacionales", ha explicado la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, mediante un comunicado.
El objetivo, según han explicado antes fuentes gubernamentales estadounidenses en una rueda de prensa telefónica, es "enviar un mensaje claro a los líderes rusos", aumentar la seguridad nacional y reducir la capacidad de espionaje del Kremlin. Un alto responsable ha detallado que 48 "agentes de inteligencia conocidos" del consulado de Seattle y otros doce de la legación rusa ante Naciones Unidas deberán dejar el territorio estadounidense antes de una semana.
"Estados Unidos está dispuesto a cooperar para construir una mejor relación con Rusia, pero eso solo puede ocurrir si el Gobierno ruso cambia de actitud", subraya un comunicado hecho público por la Casa Blanca, que argumenta el cierre del consulado en su proximidad a una base de submarinos y las instalaciones de la empresa aeronáutica Boeing.
Apoyo de los socios europeos a Reino Unido
Al mismo tiempo, la mitad de los países de la Unión Europea anunciaban también la expulsión de diplomáticos rusos de sus respectivos territorios, en un movimiento de respaldo a Reino Unido, que, tras acusar a Rusia de estar detrás del intento de asesinato de Skripal, decidió echar del país a 23 funcionarios de Moscú.
"Hoy catorce estados miembros han decidido expulsar a diplomáticos rusos como consecuencia directa de las discusiones del Consejo la pasada semana sobre el ataque de Salisbury. No se excluyen medidas adicionales, incluidas más expulsiones, en los próximos días o semanas", ha indicado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a través de Twitter, antes de que Hungría se uniera al grupo inicial de países.
Después, en declaraciones a la prensa antes del inicio de una reunión en Bulgaria entre la cúpula de la Unión Europea y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, Tusk ha recordado el apoyo que los socios europeos trasladaron el pasado jueves durante la cumbre de líderes de primavera en Bruselas a la primera ministra británica, Theresa May, quien les advirtió de que "la amenaza de Rusia no respeta fronteras".
En este sentido, el presidente del Consejo Europeo ha vuelto a subrayar que es "altamente probable" que Rusia sea responsable del ataque contra Skripal y que "no hay otra explicación plausible" para el mismo. "Seguimos siendo críticos con las acciones del gobierno ruso", ha remachado.
Por ahora, Francia, Alemania y Polonia expulsarán a cuatro diplomáticos cada uno; Lituania y Chequia, tres cada uno; Dinamarca, Italia y Holanda, dos por cada país; Finlandia, Suecia, Rumanía, Croacia, Estonia y Letonia, un funcionario cada uno, al igual que Hungría, que no estaba entre los 14 países citados por Tusk pero se ha unido posteriormente. Por último, España expulsará a dos funcionarios de la embajada rusa en Madrid, según ha indicado el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Canadá y Ucrania también participan en la medida
La primera idea de los líderes europeos, cuando abordaron la respuesta conjunta el pasado jueves, fue expulsar a los diplomáticos que representan a Rusia ante la Unión Europea, según una fuente presente en la reunión que cita AFP. Sin embargo, eso habría comprometido a Bélgica, ya que las instituciones europeas no tienen sede fija y los diplomáticos que ostentan la representación ante la Unión Europea se acreditan ante las autoridades belgas, lo que suscitó el rechazo de su primer ministro, Charles Michel.
Así, se decidió que cada país decidiría qué diplomáticos expulsaría, si bien bajo una argumentación común, como revelan los comunicados emitidos por los distintos ministerios de exteriores al esgrimir todos ellos las mismas ideas: se trata de "una señal de solidaridad" con Reino Unido, establecida de "forma coordinada" con los socios europeos y la OTAN, y que responde a que "no hay otra explicación plausible" para el ataque que la implicación de Rusia. Asimismo, se da un plazo de una semana para que los funcionarios afectados abandonen los países en los que realizaban hasta ahora su labor.
"No hemos tomado a la ligera la decisión de expulsar a diplomáticos rusos, pero los hechos y los indicios apuntan a Rusia", argumentaba el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, en un comunicado, que subrayaba que "Rusia por el momento no ha respondido a ninguna de las preguntas abiertas y no ha mostrado ninguna disposición a querer desempeñar un papel constructivo en el esclarecimiento del atentado". Su homólogo polaco, Jacek Czaputowicz, ha abundado que "lo más importante es mostrar solidaridad con el Reino Unido en estos momentos, a pesar de que eso tenga costes diplomáticos".
También Canadá se ha adherido a la acción diplomática coordinada y ha expulsado a cuatro funcionarios rusos, mientras que el Gobierno de Ucrania, cuyo territorio está desgarrado por la división entre los proeuropeos y los prorrusos del este del país, ha anunciado que exigirá la salida de 13 diplomáticos de su territorio. Asimismo, Albania ha dicho que expulsará a dos diplomáticos rusos y Noruega y Macedonia, uno cada uno.
Desde Reino Unido, Theresa May ha sacado pecho por el respaldo internacional: "Hemos enviado juntos el mensaje de que no toleraremos los continuos intentos de Rusia de pisotear el derecho internacional y socavar nuestros valores", ha asegurado en la Cámara de los Comunes, recalcando ante los diputados británicos la "gran solidaridad de nuestros amigos y socios de la Unión Europea, la OTAN, América y más allá". La primera ministra británica ha agradecido ese "esfuerzo colectivo" y ha destacado que "se trata de la mayor expulsión colectiva de agentes de inteligencia rusos en la historia".
Rusia protesta y amenaza con represalias
Rusia, por su parte, ha hecho pública inmediatamente su rechazo a las expulsiones a través de una declaración colgada en la página web del Ministerio de Exteriores: "Expresamos nuestra enérgica protesta por la decisión adoptada", reza la nota. "El gesto provocador de pretendida solidaridad con Londres de esos países [...] demuestra la persistencia en una línea de confrontación que busca agravar la situación", avisa Moscú, que asegura: "Nos vemos forzados a responder".
Posteriormente, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha ratificado ante la prensa que el Gobierno ruso responderá de manera "recíproca", aunque la última palabra corresponderá al presidente, Vladímir Putin: "Tenemos que analizar la situación. Se hará un análisis en la Cancillería, y luego se le presentarán al presidente propuestas de los pasos de respuesta. La decisión definitiva la adoptará el jefe del Estado".
Peskov ha vuelto a negar que Moscú esté detrás del ataque contra Sergei Skripal y ha lamentado que se use como justificación para las expulsiones: "Es importante señalar que lamentamos sobremanera que se esgrima como causa de estas decisiones el llamado 'caso Skripal'. Lo hemos dicho más de una vez y volvemos a repetirlo: Rusia no tiene nada que ver con ese asunto", ha recalcado.
“Desde nuestro punto de vista, el argumento del llamado 'caso Skripal' no se sostiene en nada“
"Y no se trata de su carácter masivo, sino de lo equivocadas que son estas decisiones. Porque desde nuestro punto de vista, el argumento del llamado 'caso Skripal' no se sostiene en nada", ha insistido.
El embajador de Rusia ante Estados Unidos, Anatoly Antonov, ha criticado que Washington solo entienda el lenguaje de la fuerza en sus relaciones con Moscú, por lo que ha advertido de que la "errónea expulsión" de funcionarios rusos "destruirá lo poco que queda" de las relaciones bilaterales. Con todo, Antonov, que ya ha presentado una protesta formal ante el Departamento de Estado, ha abogado por una "respuesta mesurada", según recoge la agencia rusa RIA.