“Italia es un país de países y ciudades unido por sus diferencias”, se afanaba en repetir Carlo Azaguio Ciampi, añorado expresidente de la República. Desde la unión politica de Italia en el siglo XIX la mayor de esas diferencias ha sido la brecha norte-sur, ahora de nuevo en primera plana. Todo apunta a que el domingo la Italia meridional será el principal campo de batalla electoral. A la división tradicional entre izquierda y derecha se añade el empuje del ‘voto protesta’. Es la vendetta del sur pobre pero orgulloso al que el rico norte industrial mira por encima del hombro. Sus electores tienen la llave del gobierno… o el desgobierno de Italia.
El sur, en el centro de la campaña
Antes del apagón demoscópico impuesto por ley durante la campaña electoral, los sondeos atribuían la victoria en el norte a la coalición de centroderecha auspiciada por el incombustible Silvio Berlusconi, de nuevo en primera línea electoral aunque su nombre no figure en ninguna papeleta. Forza Italia, la Liga y Hermanos de Italia sumarían el 35% de los votos. En el centro del país el más votado sería el Partido Democrático (PD) del expremier Matteo Renzi, con un escaso 25%. La mayor incógnita está en el sur. El tercio meridional del país y las islas de Sicilia y Cerdeña dudan entre los conservadores y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S).
“El secreto del voto es una ficción: cada parte puede hacer fácilmente el registro completo y exacto de amigos seguros, enemigos inflexibles y la masa incierta (…) Este es el caso del sur”, escribía en 1910 el escritor y político Gaetano Salvemini desde Puglia, el tacón de Italia. La certeza de entonces se ha tornado en incertidumbre un siglo después.
La enrevesada ley electoral, con sus sistema mixto proporcional y mayoritario, añade emoción al duelo. Según la plataforma de análisis electoral Rosatellum.info, 35 de los 348 colegios uninominales en juego inclinarán la balanza. En cada uno de ellos gana quien consiga un solo voto más que sus adversarios políticos, y la mayoría de esos escaños inciertos está en el sur. No sorprende que en regiones como Campania, Puglia o Basilicata el final de campaña esté siendo feroz.
Refugiados, palacios en ruinas y vertederos tóxicos
Si el centroderecha consigue imponerse, el premio podría ser la mayoría absoluta. Conseguirla supone recuperar parte del voto ‘indignado’ que en 2009 empezó a fluir hacia el M5S, alentado por la rabia, la desconfianza y el despecho. El voto de quienes en esta tierra de bellísimos palacios en ruinas, vertederos tóxicos y puertos atestados de refugiados e inmigrantes aún más pobres que ellos se sienten olvidados por la clase política, abandonados por Roma y menospreciados por el norte.
Las cifras explican por qué la brecha interna que separa en Italia los dos puntos cardinales es la más acentuada de la Unión Europea. En España, la Comunidad de Madrid, la de mayor renta per cápita según el INE, con 32.723 euros en 2016, duplica los 16.369 euros de Extremadura, la más desfavorecida. En el caso de Italia, los 42.500 euros de la provincia septentrional de Bolzano casi triplican los 16.600 euros de Calabria, la punta de la bota itálica. En diciembre de 2017 la tasa de desempleo en el norte era el 7’1 %. En el sur, el 18’8% . En algunas de las zonas más pobres del Mezzogiorno siete de cada diez jóvenes están en paro.
La mafia calla pero también vota
Un cóctel explosivo que en 2011 ya dio la alcaldía de Nápoles al controvertido exmagistrado Luigi de Magistris, aupado por el voto antisistema. “Una campaña electoral decepcionante de contenido decepcionante”, ha sentenciado de Magistris. De la que ha estado casi ausente la mafia, cada vez con más tentáculos en el norte pero uno de los lastres históricos del sur. La Dirección de Investigación Antimafia confirma que lo sigue siendo. Su informe del primer semestre de 2017 afirma que la actividad de la Camorra en la región de Campania “impide atraer inversiones productivas del sector privado, lo que junto a la competencia ilícita de sus empresas, que actúan al margen de la legalidad, altera gravemente las reglas del mercado”.
A pesar de los indudables avances de la lucha antimafia, se calcula que las redes clientelares de la Cosa Nostra siciliana, la Camorra napolitana y la pujante ‘Ndrangheta calabresa aún determinan uno de cada diez votos. Durante los años de Berlusconi en el poder se inclinaron por la derecha. Ahora son una incógnita más del impredecible panorama electoral del sur.
Ese sur al que el poeta calabrés Franco Costabile ponía voz en 1950: “Está cansada esta tierra (…) de esperar, esperar, esperar(…) ¿Qué más queréis de ella? / Decídselo y lo hará / pero dejadla / dejadla en paz”.