Altos cargos de la Generalitat detenidos, protestas en las calles y declaraciones políticas con un tono cada vez más elevado están echando leña a un fuego cocinado durante años y que está alcanzado estos días su punto de ebullición. La escalada de tensión se incrementa por momentos y el choque de trenes aún parece inevitable el 1 de octubre, fecha del referéndum independentista, suspendido por el Tribunal Constitucional, por más que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy considere que la celebración de la votación ilegal es ya a día de hoy "una quimera imposible" después de que el Estado haya actuado para intervenir papeletas, impedir la formación de las mesas e inutilizar los sistemas informáticos.
La respuesta del Estado al desafío de la Generalitat se intensifica y este miércoles la Guardia Civil ha detenido a varios cargos del Govern, entre ellos el número dos del vicepresidente, Oriol Junqueras. En total ha habido 14 arrestados, tres de los cuales han quedado en libertad tras declarar ante el juez.
La tensión se palpa además en las calles. Durante estas detenciones en la consellería de Economía y Hacienda de la Generalitat, unas 3.800 personas, según datos de la Guardia Urbana, se han manifestado para protestar por el registro de las dependencias y los arrestos, lo que ha obligado a cortar el tráfico tanto en la Rambla de Catalunya como en la Gran Vía.
Algunos manifestantes han pinchado las ruedas de al menos un vehículo de la Guardia Civil, al que además han colocado pegatinas con lemas a favor del referéndum y han hecho algunas pintadas a favor de la independencia, según informa Efe. Han tratado también de subirse a los vehículos policiales.
Han gritado consignas como "Votaremos" y "Nuestras armas son nuestras urnas" y han entonado varias veces el himno catalán de los Segadores.
Despliegue policial ante la sede de la CUP
Se han vivido también horas de palpable tensión en la sede de la CUP en Barcelona, ante la cual se desplegó a mediodía una docena de furgones de la Policía Nacional que quería intervenir material de propaganda en dos vehículos aparcados a la puerta, y ante los que se concentraron centenares de personas en protesta por la presencia policial.
Finalmente, aunque se esperaba un un eventual registro en la sede del partido antisistema, no llegó orden judición alguna y se retiraron al anochecer sin llevar a cabo ninguna intervención, entre abucheos y golpes de los concentrados a los vehículos policiales.
El diputado de la CUP Benet Salellas pedía a los congregados seguir defendiendo la sede de la CUP ante el "intento de asalto antidemocrático del Cuerpo Nacional de Policía" y a "mantener la calma", porque "buscan provocarnos y convertir esto en una situación de violencia".
Las protestas contra las detenciones en Cataluña también se trasladaron a Madrid. Centenares de personas, acompañadas por diputados de Unidos Podemos, PDeCAT, PNV y ERC, se han manifestado en la Puerta del Sol, convocada por partidos y plataformas como la coordinadora 25S y "madrileños por el derecho a decidir", para protestar contra las actuaciones del Gobierno.
Segunda jornada tensa en las calles y tensión política
Es el segundo día en que se producen altercados en las calles ya que en Terrasa (Barcelona) un centenar de personas trataron de impedir este martes la entrada del secretario judicial a la empresa Unipost, donde la Guardia Civil intervino 45.000 sobres nominales para montar las mesas de la consulta ilegal. Fue necesaria la intervención de los Mossos para desalojar a los independentistas concentrados.
Además, el PSC ha denunciado pintadas en una sede socialista de Sant Boi y lanzamiento de ladrillos, mientras sus alcaldes llevan días denunciado "presiones", "amenazas" e "insultos" bajo una "hiperexcitación del bloque independentista".
El fiscal general del Estado ha ordenado que se investiguen las campañas de odio, las amenazas y las coacciones dirigidas a los alcaldes, funcionarios y particulares.
Se eleva el tono: "Estado de excepción" y "presos políticos"
Todo ello en un contexto de declaraciones políticas con mayor dureza. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha acusado al Gobierno del PP de declarar de facto el "estado de excepción" y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha hablado de "presos políticos", en referencia a los detenidos en la Generalitat de este miércoles.
El Gobierno ha contestado a Puigdemont asegurando que "hace tiempo que dejó de representar a todos los catalanes" y que "democracia no es saltarse la ley" para acusar a los secesionistas de "riesgo para la democracia".
El líder del PSC, Miquel Iceta, ha instado al Gobierno y al Govern a "detener una escalada que nos lleva a todos al desastre" y he pedido diálogo. La presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, cree que las detenciones de este miércoles han traspasado una "línea roja" porque, en su opinión, el camino no son las actuaciones judiciales sino el diálogo.
La colíder de Compromís, Mónica Oltra, ha advertido de que "con la excusa de defender la Constitución, no se pueden vulnerar derechos fundamentales".
Rajoy: "Están a tiempo de evitar males mayores"
La (pen)última palabra del día la ha tenido el presidente del Gobierno con un mensaje institucional desde Mocloa en el que ha advertido a los líderes independentistas y sus socios que "cada ilegalidad y vulneración tendrán su respuesta firme, proporcionada y rigurosa", al tiempo que les ha reclamado que cesen en su intención de celebrar el referéndum, "a tiempo de evitar males mayores".
Horas antes, Rajoy volvió a reunirse con los líderes de PSOE, Pedro Sánchez, y de Ciudadanos, Albert Rivera, que le han manifestado su apoyo. El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha asegurado que el líder del PSOE mantiene el respaldo al Gobierno en la defensa de la ley y el Estado de Derecho, así como su apuesta por el diálogo para abordar esta cuestión política.
Pero lo cierto es que la unidad política parece resquebrajarse en parte. El PSOE votó este martes en contra de una proposición no de ley de Ciudadanos que buscaba cerrar filas en torno al Gobierno y el poder judicial ante el desafío soberanista y que lo que finalmente evidenció fue que el presidente, Mariano Rajoy, solo cuenta con el apoyo total y absoluto de la formación naranja.
Rivera ha trasladado a Rajoy su apoyo "frente al golpe" y le ha pedido "serenidad, pero firmeza".