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Guerra en Siria

Claves del supuesto ataque químico en Jan Sheijún, Siria

  • El ataque deja más de 80 muertos y cientos de afectados

  • Rusia ha frenado en la ONU cualquier resolución de condena del ataque

  • ¿Qué efectos ha tenido el gas tóxico sobre las víctimas?

  • ¿Por qué se han inundado las redes sociales con vídeos de afectados?

RTVE.es
8 min.

Decenas de personas han muerto y varios centenares podrían haber resultado afectadas en Siria tras un supuesto ataque con armas químicas producido el martes 4 de abril contra un suburbio de la localidad de Jan Sheijún, en la provincia de Idlib al norte del país.

Tras la denuncia de la ONG Observatorio sirio de los Derechos Humanos (OSDH) y la difusión de numerosas imágenes y dramáticos vídeos mostrando cadáveres y víctimas agonizando, la reacción internacional no se ha hecho esperar. Así sucedió en otro hecho similar contra la población de Damasco en 2013 que dejó 1.400 muertos.

Es una violación que se repite en la guerra siria, que ya cumple su sexto año, a pesar de las prohibición del uso de este tipo de armas por las convenciones internacionales.

¿Qué ocurrió?

El martes 4 de abril, entre las 11:30 y las 12.30 hora local, aviones no identificados lanzan un ataque aéreo contra la localidad siria de Jan Sheijún, en la provincia de Idlib al norte del país, controlada por fuerzas opositoras al régimen de Bachar al Asad y facciones islámicas.

Tras el bombardeo, una nube tóxica de gas envuelve el área afectando a centenares de vecinos y provoca la muerte de más de 80 personas, entre ellas 30 menores. El OSDH y la ONG siria "Cascos blancos" denuncian el hecho inmediatamente a los medios. En pocas horas, dramáticos vídeos inundan las redes sociales mostrando adultos y niños muertos o agonizando entre estertores.

Al mismo tiempo, un segundo bombardeo alcanza el hospital de la localidad, donde estaban siendo atendido gran número de afectados por el gas. Según testimonios sobre el terreno y de expertos tras el visionado de las imágenes, se especula con la posibilidad de que se trate de gas sarín o cloro.

¿Quién es el responsable del ataque químico?

La Coalición nacional, integrante de la oposición siria, ha señalado a las fuerzas de al Asad como autores del ataque. Damasco ha rechazado de plano esta acusación asegurando que "el Ejército [sirio] no ha utilizado ni utilizará [armas químicas] en ningún lugar ni momento". No obstante, la ONU y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) ya han demostrado el uso de gas cloro por parte de Asad hasta en tres ocasiones desde 2014

Los ministros de Exteriores francés y británico, así como el presidente estadounidense Donald Trump, han apuntado directamente al ejército sirio como responsable y han condenado el ataque como un "crimen de guerra". El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido una "clara investigación" sobre la autoría del ataque, y este miércoles se reúne de urgencia el consejo de Seguridad de la ONU para tomar medidas.

Por otro lado, Moscú ha vetado una resolución de condena de la ONU a Siria y ha subrayado que el gas procedía de un almacén de armas químicas en poder del Frente Al Nusra, grupo terrorista filial de Al Qaeda, que resultó destruido tras ser bombardeado por la aviación de Al Asad. Adjudica así la autoría del bombardeo a Damasco pero atribuyen la responsabilidad de la contaminación química a los rebeldes.

¿Qué efecto tiene el gas sobre las víctimas y cómo se documenta?

Según la Defensa Civil Siria, la ONG conocida como "Cascos blancos", el ataque expuso a sustancias químicas a cerca de 300 personas. El corresponsal de AFP ha descrito desde el hospital de Jan Sheijun los síntomas de los heridos agonizando: asfixia, vómitos, espasmos y "algunos expulsando espuma por la boca".

La ONG Médicos Sin Fronteras también ha tratado a pacientes con síntomas compatibles con la exposición a un agente neurotóxico como el gas sarín. "Ocho pacientes mostraron síntomas, incluyendo pupilas dilatadas, espasmos musculares y defecación involuntaria, que son consistentes con la exposición a un agente neurotóxico como el gas sarín o compuestos similares", ha señalado la organización en un comunicado, en el que explica que también visitaron otros hospitales donde las víctimas desprendían un olor a lejía, lo que sugiere que habrían estado expuestas a cloro.

Con el propósito de documentar estos efectos, a instancias de ONG y testigos sobre el terreno se han difundido en redes sociales numerosos documentos gráficos mostrando a las víctimas del supuesto ataque químico en Jan Sheijún bajo los efectos de síntomas similares a los descritos: hombres mujeres y niños con temblores, inconscientes y expulsando espuma, y en el hospital de la localidad atendidos por los sanitarios.

El sarín es un gas neurotóxico desarrollado en Alemania en 1938 y clasificado como arma de destrucción masiva en la resolución 687 de la ONU.

¿Ha habido más ataques químicos en la guerra de Siria?

En agosto de 2013 el Gobierno sirio fue acusado de matar a más de 1.300 personas tras lanzar proyectiles cargados con gas sarín sobre varios barrios de Damasco en manos de grupos rebeldes. Asad negó su implicación en el ataque, pero tras esos hechos accedió a la destrucción del arsenal químico de su ejército.

No obstante, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, (OPAQ) ha continuado documentando el uso de este tipo de armas en Siria. El pasado octubre, una investigación conjunta con Naciones Unidas determinó que las fuerzas gubernamentales habían usado aramas químicas al menos tres veces entre 2014 y 2015, y el autodenominado Estado Islámico una vez, gas mostaza.

La ONG Human Rights Watch también ha denunciado ataques con gas cloro lanzado desde helicópteros del ejército sirio contra zonas de Alepo controladas por rebeldes. Los bombardeos se sucedieron en al menos ocho ocasiones entre los días 17 de noviembre y 13 de diciembre, durante los meses del asedio final de la ciudad.

¿Qué va a hacer la comunidad internacional?

A instancias de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, este miércoles se ha reunido con carácter de urgencia el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para tomar una decisión sobre este asunto. Estos tres países han condenado con firmeza el hecho y señalado a al Asad como posible responsable, pero Rusia ha frenado cualquier resolución de condena del ataque.

Las condenas generalizadas al ataque se han sucedido matizadas según los intereses y la proximidad de los Gobiernos a las diferentes facciones involucradas en el conflicto bélico sirio. Así, Turquía, en reciente tensión diplomática con Rusia y con fuerzas sobre el terreno, ha señalado disponer de pruebas que confirman la presencia de gas tóxico. EE.UU. reclama responsabilidad a Moscú e Irán por el apoyo a al Asad.

El veto de Rusia, aliado de Siria, ha impedido que el Consejo de Seguridad de la ONU emita una resolución de condena contra su Gobierno, paso importante para emprender acciones hacia los responsables del ataque. Moscú reconoce que la aviación gubernamental ejecutó el bombardeo, pero apunta que el gas procedía de almacenes y talleres de armas químicas rebeldes sobre el terreno y dañados por la incursión aérea, eximiendo así a Damasco del uso de químicos tóxicos.

La ONU, en palabras de su secretario general António Guterres, ha condenado el ataque y abierto la puerta al inicio de "una investigación". En los mismos términos se ha pronunciado la UE representada por la jefa de su diplomacia, Federica Mogherini.

¿Cómo se controla el uso de armas químicas?

El uso militar de gases tóxicos es conocido desde hace siglos, pero su gran desarrollo y empleo masivo tuvo lugar en la Primer Guerra Mundial, donde provocó millones de muertos. en esa época se utilizaron los letales gas mostaza, cloro y fosgeno. La mortalidad y el horror fueron tales que al fin del conflicto se introdujeron los primeros y sólidos mecanismos legales de control.

El Protocolo de Ginebra de 1925 prohíbe el empleo en la guerra de armas biológicas y químicas. Dicho Protocolo se redactó y firmó en la conferencia para la supervisión del comercio internacional de armas y munición, celebrada en Ginebra del 4 de mayo al 17 de junio de 1925 bajo los auspicios de la Sociedad de Naciones, y entró en vigor el 8 de febrero de 1928.

El 3 de septiembre de 1992 se adoptó en la Conferencia de Desarme en Ginebra el texto de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ). La Convención permite la rigurosa verificación del cumplimiento por los Estados partes y entró en vigor el 29 de abril de 1997. Se trata del primer acuerdo de desarme negociado en un marco multilateral que dispone la eliminación de una categoría completa de armas de destrucción en masa y diseñado para ser de aplicación universal.

Con la entrada en vigor de la CAQ queda establecida la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, con sede en La Haya. En la actualidad, 184 naciones, que representan cerca del 98% de la población mundial, se han sumado a la Convención. Los objetivos de la OPAQ consisten en: aplicar las disposiciones de la CAQ, garantizar un régimen transparente y creíble con el fin de verificar la destrucción de armas químicas, evitar su reaparición en cualquier Estado miembro, proporcionar protección y asistencia contra las armas químicas, alentar la cooperación internacional para la utilización de la química con fines pacíficos, y lograr la lograr la universalidad de los miembros de la Organización.

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