Pedro Sánchez ha presentado su dimisión como secretario general del PSOE tras perder la votación en un Comité Federal que le ha puesto contra las cuerdas. Con 132 votos en contra y 107 a favor, el cónclave socialista ha tumbado su propuesta de celebrar primarias en octubre y un congreso exprés en noviembre.
El Comité Federal del PSOE ha estallado y la situación ha alcanzado cotas difíciles de imaginar en el seno de un partido roto, absolutamente dividido e incapaz de acordar nada. O ganaba él o ganaba el sector liderado por sus críticos, encabezado por la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, y el resto de 'barones' territoriales. No había término medio con posturas totalmente irreconciliables.
Ahora, una gestora dirigirá al PSOE y estará pilotada por el presidente de Asturias, Javier Fernández, que cuenta con un respaldo unitario. Y será este órgano el que decidirá sobre la posible abstención a un Gobierno de Mariano Rajoy.
Sánchez ha tomado la palabra al final del comité para anunciar su renuncia y pedir la "unidad" a sus compañeros. Minutos después, ha comparecido ante la prensa, sin aceptar preguntas, para pedir a los socialistas que estén orgullosos "ahora más que nunca" de su partido. No ha despejado dudas importantes: si mantendrá su escaño en el Congreso de los Diputados y si tiene intención de presentarse a las primarias que el PSOE celebrará más adelante para elegir nuevo líder.
Todo ello en un día en el que se ha celebrado un Comité Federal que ha durado once horas, todas ellas de brutal enfrentamiento dentro de Ferraz, mientras a las puertas se concentraban centenares de militantes pro Sánchez, que han llegado a llamar "golpistas" a los miembros del sector crítico contrario al ex secretario general. La policía ha tenido que intervenir fuera de la sede, con un dispositivo de seguridad especial tras la petición del propio PSOE. La prensa se ha visto obligada a trabajar todo el día en la calle porque las puertas han estado cerradas a cal y canto.
Sánchez ha salido de Ferraz en coche entre gritos y proclamas a su favor e insultos a, entre otros y sobre todo, Susana Díaz.
Fractura absoluta en el PSOE tras una semana que marcará su futuro
La jornada de este sábado ha sido el colofón a cuatro días que los socialistas tendrán ahora que analizar, reposar y digerir; y en los que han intervenido absolutamente todos los que han sido, son y, seguramente, serán algo en el partido, desde los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero al exsecretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, pasando por todos y cada uno de los líderes territoriales y figuras simbólicas del socialismo.
La fractura es absoluta, indisimulada y profunda en el partido, y los sectores afines y contrarios al ya exlíder han protagonizado una jornada, la de este sábado, que marcará un antes y un después en la historia del PSOE.
La brecha entre los afines a Sánchez y los que ya no lo reconocían desde el miércoles como secretario general y consideraban disuelta la dirección, desde la dimisión de 17 miembros de su Ejecutiva federal, ha sido tal que los dos sectores han tardado cuatro horas solo en arrancar el comité, envueltos en mil discusiones sobre procedimientos y estatutos, y sobre qué se tenía que votar y quién tenía que votar. Ninguno de los dos sectores reconocía ya al otro y se arrogaban el liderazgo en el partido.
La crisis ha ido enconándose. Los pésimos resultados electorales en País Vasco y Galicia fueron la gota. Derrotas en las urnas, mala relación con los líderes territoriales, una investidura fallida y las discrepancias a la hora de afrontar las negociaciones de Gobierno marcan los motivos del desencuentro entre 'bandos'.
La Mesa del Comité Federal, dividida también con una presidenta en contra de Sánchez y dos vocales a su favor, ha propuesto finalmente, tras múltiples controversias, que en este cónclave sólo se sometiese a votación la convocatoria de un Congreso Extraordinario para elegir a un nuevo líder, vía defendida por el sector 'sanchista', mientras que el sector crítico había pedido que el Comité Federal votara la creación de una gestora que se hiciera cargo del partido.
Rebelión de los 'susanistas' en una votación más que tensa
Sánchez se llevaba el gato al agua sobre qué votar pero finalmente ha perdido la votación que él mismo ha defendido. Votación que se ha alargado durante horas porque en un primer momento se ha realizado en urna de forma secreta y, en otro, a mano alzada. En este momento del comité se produjo la rebelión de los 'susanistas'.
La decisión de votar de forma anónima ha sublevado a los críticos, que han proferido gritos de "cobardes" y "sinvergüenzas" a los afines a Sánchez y se han negado a participar. Tras asegurar que se había pactado el otro sistema de voto, ha habido acusaciones de "pucherazo" y "fraude" y la situación ha llegado a tal punto que se ha decidido a mano alzada.
Algunas fuentes socialistas han hablado de un comité convertido en "auténtico gallinero", de "desastre" y de "situación extrema imposible de resolver". "Ya no eres secretario general", le ha espetado el presidente de Aragón, Javier Lamban, uno de los 'barones' criticos en mitad de una sesión en la que algunos han dicho ver lágrimas dentro de Ferraz. "Bochorno" y "pena" también han sido expresiones utilizadas por múltiples socialistas- los que estaban dentro de Ferraz y los que no- que han asistido perplejos a lo que ocurría.
Antes de que Sánchez se rindiera, los críticos han llegado a recoger firmas entre los delegados con el fin de presentar una moción de censura y forzar su cese. Rúbricas presentadas a la Mesa del Comité Federal y rechazadas por el órgano de mayoría 'sanchista'.
La votación no ha dejado opción a quien ha sido secretario general del PSOE durante algo más de dos años y que llegó aupado por Susana Díaz y se va tras las críticas de un 'bando', como él mismo lo definió, liderado precisamente por la andaluza. Díaz ha amagado esta semana con liderar el partido si se lo pedían sus compañeros pero no se ha postulado oficialmente.
La abstención al PP, en el fondo del debate
Los dos sectores planteaban en realidad el mismo final del camino: un Congreso Federal previa consulta a los militantes para salir de la situación de bloqueo y división tras la dimisión 17 miembros de la Ejecutiva federal, pero la discrepancia estaba en el 'cuándo' ya que Sánchez abogaba por acortar los plazos y el sector contrario, por formar la gestora de inmediato en sustitución de Sánchez e ir a un congreso federal "sin prisas", después de que se aclare la gobernabilidad en España.
Así, la posible abstención del PSOE a un Gobierno del PP ha estado en el fondo del debate y ahora está más cerca ya que la mayoría de los detractores de Sánchez la han apoyado con mayor o menor claridad. En este cónclave socialista- encallado en cuestiones de procedimiento y votaciones- no ha sido posible entrar en debates políticos e ideológicos pero el objetivo de Sánchez, tal y como él mismo dijo horas antes del comité en una rueda de prensa, era poner encima de la mesa esa posible abstención a la que él se opone.
Insinuó que dimitiría si se aceptaba esa abstención pero finalmente no se ha hablado de este asunto. Sánchez ha dado por hecho en la rueda de prensa de este sábado que el sector ganador que llevará la gestora se abstendrá. Desde este sábado queda justo un mes para llegar a la fecha límite de convocatoria de elecciones: 31 de octubre.
Desde el estallido de la crisis socialista, el objetivo de Sánchez ha sido reducir el debate a los que están con él o los que están a favor de la abstención al PP.
Tanto Sánchez como Díaz han intervenido en este foro donde se habían solicitado 150 palabras, que no han podido ser concedidas.
A primera hora de la tarde y ante el desconcierto creado en el comité incapaz de decidir incluso los puntos del día, Sánchez ha llegado a ofrecer a los críticos dimisionarios reintegrar de nuevo en su Ejecutiva con el fin de convocar al órgano con todos sus miembros en Ferraz el lunes y celebrar un nuevo Comité Federal el próximo sábado, 8 de octubre.
Un total de 253 delegados han participado en un comité convertido en batalla. Pero las pugnas se han librado también en otras dependencias de Ferraz. Los recesos han sido constantes- se han contado casi una decena- y los delegados han dejado la sala del comité para seguir negociando en despachos, pasillos y hasta terrazas.
Una de las imágenes más comentadas ha sido la de Susana Díaz charlando con el líder del PSC, Miquel Iceta, uno de los principales apoyos a Sánchez, en la terraza del interior de la sede en Madrid.
Uno de los momentos más tensos ha sido el protagonizado por la presidenta de la Mesa del Congreso, Verónica Pérez, mano derecha de Díaz y autoproclamada "máxima autoridad del PSOE", con Rodolfo Ares, vocal de la Mesa y partidario de Sánchez. Ambos se han enzarzado por el uso de la palabra. Pero las pullas y dardos entre unos y otros ha sido constante.
Contrarios a Sánchez, recibidos por militantes al grito de "golpistas"
La tensión ha sido máxima a las puertas de la sede del PSOE. Más de un centenar de militantes se ha concentrado durante todo el día en la puerta para apoyar a Sánchez, que ha entrado directamente al garaje, como también ha hecho Susana Díaz.
Los pocos que han accedido por la puerta principal han visto como eran aclamados por los militantes concentrados- como el líder del PSC, Miquel Iceta, que defiende a Sánchez; o duramente increpados- como algunos barones como Guillermo Fernández Vara y Javier Lambán, que se oponen a que se mantenga la actual dirección en el PSOE. Estos dirigentes y otros contrarios a Sánchez han sido recibidos en Ferraz al grito de "traidores" y "golpistas".