Donald Trump ha decidido volver a una de sus medidas más célebres y controvertidas para recuperar la iniciativa política: el aspirante a la nominación republicana para las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha asegurado que bloqueará las remesas que los inmigrantes mexicanos envían a su país si México no contribuye a pagar el muro que quiere construir en la frontera si llega a la Casa Blanca.
Así consta en un documento de campaña publicado por el diario The Washington Post, fechado el 31 de marzo y titulado "Obligar a México a pagar por el muro", que revela su estrategia para, en caso de ser elegido presidente, forzar a México a pagar el muro de 1.000 millas (1.600 kilómetros) con el que pretende frenar la inmigración ilegal y cuyo coste, según el propio magnate, ascendería a unos 8.000 millones de dólares.
Trump propone amenazar a México con cambiar una sección de la legislación antiterrorista conocida como Ley Patriota para cortar los fondos que recibe ese país a través de las remesas de sus inmigrantes en Estados Unidos.
Tácticas para intimidar al Gobierno mexicano
Según el empresario, México protestaría "de inmediato" ante esa amenaza, ya que ese país recibe cada año "aproximadamente 24.000 millones de dólares" en remesas desde Estados Unidos, en su mayoría de "inmigrantes indocumentados". La amenaza quedaría sin efecto si México aceptase contribuir con "un pago único" de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares para costear la construcción del muro, de acuerdo con el memorando.
“Es una decisión fácil para México“
"Es una decisión fácil para México", sostiene Trump en el documento, que incluye otras posibles tácticas de intimidación al país vecino, como el aumento de los aranceles comerciales o la cancelación de visados a los mexicanos.
En línea con lo que ha venido comentando durante toda su campaña, el aspirante republicano señala que México "se ha aprovechado" de Estados Unidos, y lo justifica con el argumento de que narcotraficantes y bandas de ese país han "abusado abiertamente" de las fronteras abiertas y "cometido un gran número de crímenes" en territorio estadounidense. Trump considera que la mayoría de los inmigrantes mexicanos que llegan a EE.UU. son "criminales" y, por eso, defiende la construcción del muro en la frontera.
Críticas del presidente Obama
La propuesta de Trump ha recibido ya las críticas del presidente estadounidense, Barack Obama, que ha advertido de sus consecuencias: "Las implicaciones de poner fin a las remesas que envían los inmigrantes a México serían enormes", ha comentado en una comparecencia ante la prensa en la Casa Blanca.
“En primer lugar, sería poco práctico. En fin, buena suerte con eso“
"En primer lugar, sería poco práctico. La idea de que vamos a poder seguir cada poco del dinero enviado a México a través de [la empresa de envío de remesas internacionales] Western Union, en fin, buena suerte con eso", ha remarcado Obama en tono irónico.
Pero lo más grave, ha señalado, serían las "consecuencias para la economía de México", que a su vez podrían generar nuevas olas de migrantes mexicanos que tratan de entrar en Estados Unidos ante la difícil situación económica en su país. Así, Obama ha calificado el plan de Trump como "algo que no está bien pensado y que simplemente se ha presentado para su consumo político".
La batalla de Wisconsin
La propuesta de Trump le ha permitido, en cualquier caso, volver a centrar el debate en una de sus propuestas más conocidas, después de unos días a la defensiva por distintos motivos, desde sus polémicas declaraciones pidiendo sanciones para las mujeres que abortasen, de las que luego se retractó, hasta la detención de su jefe de campaña, Corey Lewandowski, por agresión a una periodista.
Todas esas polémicas han convertido la última semana en la peor desde que comenzó la carrera electoral, tal como han reflejado los sondeos: Trump ha caído en el ámbito nacional y aparece segundo en los pronósticos para las primarias de Wisconsin, que se celebran este martes y en las que Ted Cruz acapara en torno al 40% de la intención de voto, frente al 35% del magnate neoyorquino.
En el bando demócrata, Bernie Sanders toma la delantera a Hillary Clinton, hasta el punto que la senadora por Nueva York no ha viajado a Wisconsin hasta este lunes y se ha centrado en la batalla por su propio estado, al que su rival amenaza en los sondeos para las primarias que se celebrarán el 26 de abril.