Grecia ha frenado la llegada de ferris que van desde las islas del mar Egeo hasta puertos como el del Pireo, en Atenas, para reducir el desembarco en territorio continental europeo de refugiados, tras el cierre de la denominada ruta balcánica, que ha provocado un colapso en la frontera con Macedonia, y las presiones recibidas por sus socios europeos.
Con el fin de intentar contener la avalancha de refugiados, el Gobierno griego ha pedido a las compañías que operan los ferris y a las agencias de viaje que dejen de trasladar a los inmigrantes desde las islas, al mismo tiempo que ha suspendido los ferris públicos, en principio de forma temporal.
Para albergar a los refugiados que están en las islas, el Ejecutivo que lidera Alexis Tsipras ha optado por preparar alojamientos provisionales, incluidos los propios ferris que quedan ammarados en los puertos, en un intento de aumentar su capacidad de acogida y ralentizar así la marcha de refugiados hacia el norte del país.
El ministro de la Marina Mercante, Theodoros Dritsas, ha anunciado que, de cara al fin de semana y mientras no estén listos los cinco nuevos centros de acogida previstos, se están desarrollando planes de contingencia para hacer más lento el flujo de personas hacia la frontera, pues el campamento de Idomeni, en la frontera con Macedonia, ya supera con creces su capacidad de acogida.
Los centros de acogida, desbordados
Este viernes se encontraban unas 3.000 personas en este campamento, cuya capacidad límite es de 1.500, a los que se añaden en torno a un millar de personas que esperaban en autobuses en una estación de servicio situada a unos 20 kilómetros. Idomeni se ha convertido en un punto de tensión ante el cierre de la frontera macedonia, que impide el paso de los refugiados hacia el norte de Europa y les confina en Grecia.
Según Dritsas, a lo largo del fin de semana se efectuarán menos transportes desde las islas del Egeo, pero evitando provocar nuevas congestiones allí. Para ello se están habilitando algunos transbordadores que darán cobijo a los refugiados pero quedarán amarrados a puerto en las islas. El objetivo, ha añadido el ministro, es dar tiempo para el desarrollo de nuevos centros de acogida.
Cerca de 1.500 personas llegaron la mañana del viernes al puerto del Pireo a bordo de un transbordador desde las islas del Egeo. El puerto lleva varios días colapsado por la llegada continua de migrantes y refugiados que, por falta de espacio en los tres albergues que hay en la capital, no pueden ser trasladados a ninguno de ellos.
Mientras tanto, varios centenares de migrantes y refugiados se han puesto en marcha a pie hacia la frontera desde distintos puntos del país, a la vista de que los autocares que los transportan desde Atenas están siendo retenidos por la policía que pretende evitar así una mayor congestión de la frontera.
Los países de la ruta balcánica limitan el paso a 580 refugiados al día
Pese a los aprietos que sufre Grecia, los países de la denominada ruta balcánica están decididos a limitar la entrada de refugiados: este viernes se ha sabido que Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia acordaron dejar pasar un máximo de 580 refugiados al día a través de sus respectivos territorios en su camino hasta Austria y Alemania, según ha informado la Dirección General de la Policía Eslovena (GPU).
Ese número específico fue acordado el pasado 18 de febrero en una reunión entre los jefes de la policía de esos cuatro países y de Austria, aunque no ha sido hecho público hasta este viernes, informa la agencia de noticias eslovena STA.
El acuerdo fue adoptado por consenso de todos los países, según esas mismas fuentes, aunque Croacia aún no lo ha implantado por completo. "Croacia envió el jueves a Eslovenia un total de 850 refugiados, muy por encima del acuerdo adoptado, por lo que les recordamos el acuerdo logrado", ha señalado la policía eslovena.
Los países de la ruta balcánica acordaron la semana pasada en Zagreb aplicar rigurosos controles fronterizos para la entrada de los refugiados, en primer lugar entre Macedonia y Grecia. Sin embargo, después de la reunión de la semana pasada los jefes de policía reunidos negaron que existieran cuotas fijas, aunque reconocieron que el tránsito dependía de la capacidad de Austria y Alemania de acoger a los inmigrantes.
Discrepancias con Austria
Al mismo tiempo, el incidente diplomático entre Grecia y Austria a cuenta de los refugiados sigue agravándose: el Gobierno griego ha rechazado la visita a Atenas de la ministra austríaca del Interior, Johanna Mikl-Leitner, debido a los desacuerdos entre ambos países por el cierre de las fronteras en la ruta balcánica, según han confirmado a Efe fuentes diplomáticas.
Con esta decisión, sobre la que las citadas fuentes no quisieron dar más detalles, Grecia sube aún más el tono hacia Austria, después de llamar el jueves a consultas a su embajadora en Viena, Jrissula Aliferi. En la reunión de ministros de Exteriores e Interior celebrada también el jueves en Bruselas, el titular griego de Política Migratoria, Yanis Muzalas, acusó a Austria de emprender "acciones hostiles", durante el debate.
Mikl-Leitner caldeó el ambiente ya a su llegada a la reunión cuando declaró ante la prensa que, si Grecia controlase como es debido su frontera exterior, no sería necesario que Austria tomase medidas unilaterales. Mantuvo esta postura al término de la cumbre, ya que aseguró que sólo había habido críticas para y de Grecia, y que muchos países entienden las medidas adoptadas por Viena, pero no se atreven a reconocer que contribuyen a acelerar el debate y forzar la toma de decisiones.
En un comunicado difundido desde Atenas, Muzalas respondió diciendo que "la ministra no dice la verdad", y subrayó que Grecia "protege de la mejor forma posible" sus fronteras, que a su vez son "fronteras europeas". Muzalas aseguró que esta visión la comparten también la Comisión Europea y otros organismos en las distintas declaraciones oficiales que han estado realizando. "Declaraciones de este tipo no ayudan a solucionar el problema, sino lo acentúan", añadió el ministro.