Más de 9.000 refugiados afganos se encuentran varados en la frontera entre Macedonia y Grecia después de que las autoridades del primer país decidieran, este domingo, negarles el acceso.
Macedonia respondía así a una medida idéntica adoptada por Serbia, que impide a los afganos cruzar la frontera serbo-macedonia.
Como consecuencia, unas 2.000 personas están bloqueadas en el campo transitorio de Idomeni, en la parte griega de la frontera, y otras 3.000 esperan en 62 autobuses aparcados en una gasolinera situada a 20 kilómetros, informa Efe.
En el principal puerto heleno de El Pireo más de 4.000 refugiados y migrantes llegados desde las islas esperan poder subir a los autobuses que les trasladen hasta la frontera con Macedonia para continuar su viaje hacia el centro y norte de Europa.
Fuentes del Ministerio de Migración griego han asegurado en declaraciones a Efe que los refugiados que están en el puerto serán trasladados a dos centros de acogida y a un campamento militar adecuado recientemente, todos cerca de Atenas, mientras que los de Idomeni serán acomodados en el recinto de tránsito ubicado en la frontera y en otro campamento en Salónica, en el norte del país.
Nacionalidades a las que se impide cruzar
Desde finales del pasado noviembre, las autoridades de Macedonia tan sólo permitían la entrada de sirios, iraquíes y afganos y rechazaban el paso de iraníes, paquistaníes, magrebíes y otras nacionalidades consideradas de antemano migrantes económicos.
La única condición que les exigían era que portaran consigo una declaración sellada por la Policía griega en la que dijera que se comprometían seguir rumbo a Austria o Alemania.
Ahora, además de esta autorización, se les pide mostrar un pasaporte o documento de identidad, un trámite complicado para muchos refugiados que los han perdido durante su periplo, según afirman desde la ONG Médicos Sin Fronteras.
El ministro de Migración, Yanis Muzalas, ha advertido que el cierre de las fronteras contraviene el acuerdo alcanzado en la cumbre del pasado jueves en que la Unión Europea (UE) apostó por un plan completo europeo para gestionar esta crisis humanitaria.
"La UE tomó una decisión y una serie de estados miembros, que obviamente no tienen la cultura de la UE, violan el acuerdo alcanzado tan solo diez horas después, esta vez desgraciadamente con la ayuda de Austria", ha dicho Muzalas.
Conferencia en Viena
Muzalas se refería a la conferencia sobre refugiados organizada por Viena para el próximo miércoles y en la que los países balcánicos trataran lo que califican como deficiencias por parte de Grecia en la gestión de las fronteras comunitaria exteriores.
La pasada semana, Austria, Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia -los cinco países de la ruta de los Balcanes que siguen los refugiados en su huida desde Oriente Medio hacia Europa Occidental- acordaron un estricto sistema de control para que sólo quienes provienen de países en conflicto puedan pasar más allá de Grecia, el primer país europeo que pisan. En lo que va de año, 88.000 personas han entrado en Grecia a través del Mediterráneo; el 90% son refugiados y un tercio son niños.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunció que vetaría cualquier resolución de la UE si los socios europeos no se comprometían a impedir el cierre de fronteras a los refugiados que huyen de la guerra en Siria.
Tsipras pidió a los líderes europeos que mantengan las fronteras abiertas hasta el 6 de marzo, fecha de la cumbre entre la Unión Europea y Turquía en las que se abordará la crisis de los refugiados.
Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha advertido en declaraciones a la cadena alemana ARD de que el cierre de la ruta balcánica no resuelve el problema y convertirá a Grecia en "un gran campamento de refugiados".