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MSF afirma que el ataque de EE.UU. a su hospital de Kunduz "tenía la intención de matar y destruir"

RTVE.es
3 min.

"La opinión desde dentro del hospital es que este ataque tenía la intención de matar y destruir". Así lo ha dicho en rueda de prensa en Kabul el director general de Médicos sin Fronteras (MSF), Christopher Stokes, sobre el bombardeo del hospital de Kunduf el 3 de octubre.

En el ataque, conducido por Estados Unidos en el norte de Afganistán, murieron al menos 30 personas. Una agresión que el Pentágono atribuyó a un "error" en la cadena de mando.

El informe presentado por MSF determina que algunos pacientes murieron quemados vivos, otros sufrieron amputaciones o fueron decapitados por las explosiones. Los que huían del edifico en llamas fueron tiroteados desde el aire.

Stokes ha presentado los resultados de una investigación interna de la organización que concluyó que, en el momento del ataque, había en el centro sanitario veinte combatientes talibanes y siete miembros de las fuerzas afganas, todos ellos desarmados, como exigen las normas de ingreso.

El responsable de MSF subrayó que no había "combatientes armados o luchando en o desde el terreno del hospital", de acuerdo con los testimonios, las fotografías, las grabaciones de conversaciones telefónicas y otro material revisado en este estudio.

El hospital tenía estatus de lugar "protegido"

La organización insistió en su petición de una investigación independiente que determine si el centro "perdió su estatus de protegido a los ojos de las fuerzas militares implicadas en el ataque y por qué".

El documento detalla la comunicación a todas las partes de las coordenadas del hospital, así como el registro de las infructuosas llamadas telefónicas realizadas por MSF a las autoridades para detener el ataque.

"Todavía no sabemos qué pasó en las diferentes cadenas de mando", ha afirmado Stokes, quien apuntó que, si hubo un error, MSF quiere conocer "quién tomó la decisión final, designó como objetivo el hospital y dio la orden".

Quirófanos operando en pleno bombardeo

De los 30 fallecidos, trece pertenecían a MSF, diez eran pacientes y siete cuerpos quemados quedaron irreconocibles. La ONG teme que pueda haber más cadáveres entre los restos del hospital.

Joanne Liu, presidenta internacional de MSF, se reafirma en la inexistencia de ambigüedades: "Nosotros cumplimos nuestra parte del acuerdo: el centro de traumatología de urgencias de MSF en Kunduz funcionaba a pleno rendimiento, con cirugías desarrollándose en el preciso momento del ataque aéreo de las fuerzas estadounidenses".

La responsable recalca: "La política de no permitir la entrada de armas en recintos de MSF –incluido el hospital de Kunduz– fue respetada. El personal del centro tenía la totalidad de la instalación bajo su control antes y en el momento del ataque aéreo".

Uno de los pocos edificios iluminados de la ciudad

En el momento del ataque había 105 pacientes, 140 miembros afganos de MSF y 9 de otros países en el centro sanitario, en cuyo tejado ondeaban banderas de esta organización humanitaria y que ese día era uno de los pocos edificios iluminados de la ciudad, según Stokes.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha pedido disculpas a MSF por el ataque y la Comisión Internacional Humanitaria de Ginebra ha activado una investigación independiente, el primer paso para analizar los hechos a la espera de que Washington y Kabul accedan a la apertura del procedimiento.

El bombardeo se produjo en la contraofensiva de tropas afganas para recuperar Kunduz, después de que el 28 de septiembre los talibanes tomaran la ciudad, en su mayor logro militar desde el fin de su régimen tras la invasión de Estados Unidos en 2001.

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