Juan Bolívar, el único superviviente del accidente en Marruecos en el que otros dos espeleólogos españoles perdieron la vida, ha denunciado las condiciones en las que se realizó el rescate. “Solo veía lo de abajo, no era normal, no era previsible”, ha criticado al recordar cómo sacaron a su compañero José Antonio Martínez, fallecido, del cañón del Atlas marroquí donde habían sufrido el accidente.
Uno de los miembros de la expedición a Marruecos, Juan Morillas, ha anunciado, en la rueda de prensa en Granada, que habrá actuaciones judiciales para que lo ocurrido "no quede impune". Considera que la muerte de José Antonio ha sido "un asesinato con negligencia del Gobierno marroquí por prepotencia" y responsabiliza también al Gobierno español por "creerse" a Marruecos y "no poner los medios necesarios".
Según ha explicado en rueda de prensa el policía granadino que sobrevivió al accidente, su compañero José Antonio, herido tras caerse en el cañón de Wandras, pasó una noche entera en el agua del río, después de que la camilla cayera al río cuando intentaban sacarle "a pulso", según ha asegurado, sin ningún tipo de maquinaria.
Agentes de la Gendarmería marroquí llegaron a la mañana siguiente y llegado un momento a su amigo "solo se le veían las manos fuera del agua". El gendarme "se dio cuenta miró hacia arriba y se marchó", ha agregado. Así pasaron más de dos horas con su compañero en el agua hasta que llegaron agentes de protección civil que sacaron a Jose Antonio del agua.
Los espeólogos fueron localizados el pasado sábado en el interior del cañón, de 400 metros de profundidad, situado en la localidad de Tarmest en la provincia de Uarzazate, en el sur de Marruecos.
Montañeros españoles han criticado cómo se realizó el rescate y el hecho de que Marruecos no autorizase antes la llegada del avión de los equipos de rescate españoles. El ministro de Exteriores, García-Margallo, reconoció que hubo "disfunciones" en el rescate ya que el avión no pudo estar allí "cuando les hubiera gustado". Mientras, Marruecos, ha asegurado este jueves que "no escatimó ningún esfuerzo" para rescatar a los espeleólogos.
El agente de Policía Juan Bolívar, que fue rescatado ileso el pasado domingo por agentes de la Protección Civil marroquí, pudo salir por su propio pie del cañón tras el rescate y tras recuperarse en un hospital de Marruecos regresó a España el pasado martes en un avión del Gobierno español.
"Alguien que viene a ayudarte hace tal chapuza"
Bolívar ha asegurado en la rueda de prensa que siente "rabia e impotencia" al recordar como "alguien que viene a ayudarte hace tal chapuza", ha dicho en respuesta a las preguntas de los periodistas, tras explicar como "lo metieron" en el río, después de haber logrado sobrevivir durante cinco días.
"Si me dicen que iban a sacarle a pulso no les hubiera dejado", ha asegurado, refiriéndose al hecho de que no utilizaran ningún tipo de maquinaria en el rescate.
Hasta el momento del rescate su amigo estaba vivo, ha asegurado. Cuando llegaron los gendarmes le dijo a José Antonio que aguantara cinco minutos que estaba fuera. En un primer momento los gendarmes le hicieron señas para que colocara a su amigo en la camilla, a lo que él se negó y solicitó que lo hiciera un experto.
“Tuve que agarrarlo yo con mis fuerzas para que no se ahogara“
Después, un gendarme bajó, colocó a su amigo en la camilla. Cuando la estaban subiendo le pareció extraño que la cuerda "no se tensara". "Tuve que agarrarlo yo con mis fuerzas para que no se ahogara", ha señalado.
En otro pequeño tirón, la camilla "quedó debajo de la catarata", con el gendarme que iba enganchado, según asegura. El agente se alejó pero su amigo seguía "con la cabeza en el agua" y así llegó la noche. "Yo sin fuerzas no podía hacer nada escuchaba a Jose que se ahogaba y que gritaba: me ahogo", ha relatado.
En la expedición, que comenzó el 27 de marzo, iban Gustavo Virués como líder, fallecido en el accidente y José Antonio, que murió tras al rescate, también Juan Bolívar, el único superviviente, y otros tres integrantes que se separaron al iniciarse la ascensión del cañón.
"Era como una película"
Todo pasó el domingo 29 de marzo, ha recordado Bolívar, cuando su compañero Gustavo ascendió a la parte superior del cañón. "Debido al ruido (de la cascada no se escuchó bien si dejó libre la cuerda", ha explicado, y José Antonio se había quedado abajo para darle cuerda.
Tiraron de la cuerda para comprobar si había quedado libre y José Antonio decidió ascender "para tener contacto visual" con Gustavo. Una vez había ascedido, llegó a ver cómo hablaban los dos. Cuando volvió a mirar los vio cayendo, no podía creerse que estaba pasando. "Era como una película, no piensas que está pasando de verdad", ha explicado.
Tras la caída, Juan Bolívar se acercó primero a José Antonio que estaba más cerca, estaba herido, sangraba "abundamentemente por la cabeza", pero estaba "consciente, convulsionando", después subió a ver a Gustavo, lo encontró sin movimiento. "Lo di por muerto", ha dicho, y decidió bajar a atender a José "que tenía que aguantar". Le ayudó a quitarse el arnés, lo desenganchó de la cuerda y le protegió con su ropa y con la de su compañero Gustavo.
Habrá "acciones judiciales"
Morillas, como miembro de la expedición, ha asegurado que habrá actuaciones judiciales para que lo ocurrido "no quede impune" y que por ello se han puesto en contacto con el juez Baltasar Garzón en busca de asesoramiento. La decisión está tomada por parte de la expedición y probablemente la llevaría a cabo el club Ilíberis, que desconoce si las familias de los fallecidos se sumarán a ella.
Ha reiterado su consideración de que la muerte de José Antonio Martínez, uno de los dos fallecidos, ha sido "un asesinato con negligencia del Gobierno marroquí por prepotencia" y ha responsabilizado también al Gobierno español por "creerse" a Marruecos y "no poner los medios necesarios".
Por su parte, Juan de Dios Pérez Villanueva, coordinador del club Ilíberis, ha considerado que en este asunto el menor nivel de responsabilidad correspondería a los gendarmes que intentaron rescatar a Martínez y que se emplearon "hasta el límite de sus fuerzas".
Otro nivel de responsabilidad correspondería al mando directo de los gendarmes por destinar "solo dos personas al rescate" y por último el Gobierno de Marruecos por "no aceptar la ayuda del Gobierno español", que, en su opinión, debió haber ideado "un plan B", que pasaría por la del ofrecimiento de ayuda del grupo de socorro de espeleología que supuestamente rechazó Marruecos.
Precisamente, un miembro de este grupo ha relatado en la rueda de prensa sus intentos infructuosos por "ayudar" ante la Gendarmería marroquí, que les instó, dice, a que regresaran al hotel.
Mientras, el padre del único superviviente, que se llama como su hijo, Juan Bolívar, ha recordado que fueron los propios expedicionarios los que localizaron a los desaparecidos y ha criticado la actitud de Marruecos con las familias. Los gendarmes les aseguraron, según ha denunciado, que habían dado de comer a José Antonio Martínez, que le habían dado mantas y que la camilla en la que estaba se encontraba en un lugar seco, sin agua
Repatriación de los cuerpos
Los cuerpos de los dos montañeros muertos en un accidente cuando practicaban espeolología en un cañón de la cordillera del Atlas, en Marruecos, han llegado a primera hora de la tarde al aeropuerto de Madrid Barajas.
Los restos mortales del policía granadino José Antonio Martínez, de 41 años, y del abogado gaditano Gustavo Virués, de la misma edad, han llegado a Madrid en un vuelo comercial procedente de Casablanca junto a los familiares que se habían desplazado a Marruecos tras el accidente.
En el mismo aeropuerto, además de las familias, se encontraban para recibirles el Secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y el subsecretario de Estado de Exteriores Cristóbal González-Aller.
"Alivio" por la repatriación
La familia de Gustavo Virués, uno de los dos espeleólogos fallecidos, ha expresado su "alivio" ante la repatriación de sus restos mortales. Un grupo de familiares de abogado de Chiclana de la Frontera se han desplazado a Madrid para recibir sus restos, según ha explicado el portavoz de la familia, Víctor Rangel.
Los restos de Gustavo Virués llegarán esta noche a Chiclana, en la provincia de Cádiz, mientras que los de José Antonio Martínez ya han llegado a Granada.
Los profesionales del Instituto de Medicina Legal de Granada someterán este viernes a una segunda autopsia al cadáver del inspector de Policía José Antonio Martínez, después de que así lo haya autorizado un juzgado granadino, según han informado a Europa Press fuentes de la institución.