La crisis política que vive Ucrania desde hace dos meses ha dado este martes un importante giro. El presidente del país, Víktor Yanúkovich, ha aceptado la dimisión dl primer ministro, Mykola Azáro y del Gobierno, mientras la mayoría de diputados del Parlamento, reunido en asamblea extraordinaria, ha acordado derogar las polémicas leyes que limitaban los derechos de manifestación y reunión.
La derogación formaba parte del acuerdo alcanzado el lunes entre el presidente y los líderes de la oposición.
Los manifestantes de Kiev han saludado estas decisiones en la calle, pero aún se desconoce si serán suficientes para desactivar una crisis que ha causado graves enfrentamientos en la capital y en otras regiones del país, con al menos dos muertos.
Carta al presidente
En su carta de renuncia al presidente, Víktor Yanukóvich, Azárov señala que dimite "para crear posibilidades adicionales de alcanzar un acuerdo político y social y en aras de un arreglo pacífico".
"Durante la confrontación, el Gobierno ha hecho todo para lograr una solución pacífica al conflicto. Hemos hecho todo para impedir el derramamiento de sangre, la escalada de la violencia y la violación de los derechos civiles", afirma.
"El Gobierno ha garantizado el funcionamiento de la economía y del sistema de seguridad social en condiciones extremas", agrega.
Azárov considera que todos estos años ha hecho "todo para que Ucrania pudiera desarrollarse como un Estado europeo, democrático".
"He tomado decisiones y he asumido las responsabilidades para servir a los intereses del pueblo ucraniano, y por eso puedo mirar a los ojos a cada ciudadano, a cada compatriota", añade.
Pero subraya que "lo más importante ahora es conservar la unidad y la integridad de Ucrania, esto es mucho más importante que cualquier plan o ambición personal". "Precisamente, por ello, he tomado esta decisión", añade.
Azárov asumió la jefatura del Gobierno ucraniano en marzo de 2010, y el 13 de diciembre de 2012 fue confirmado en el cargo por el nuevo Parlamento elegido en los comicios generales.
Derogadas las leyes
Azárov ha ofrecido su renuncia coincidiendo con la reunión extraordinaria de la Rada Suprema (Parlamento). Poco después de conocerse la noticia de la dimisión, la mayoría de diputados votaba la derogación de las leyes que limitan derechos civiles, como los de manifestación y reunión.
Las leyes, que entraron en vigor hace una semana, fueron criticadas por Estados Unidos y la Unión Europea, que las consideraron autoritarias.
Una gran mayoría de los diputados (361 de los 412 registrados en la sala) han votado abolir las normas, entre ellas las que endurecían las penas por manifestaciones no autorizadas o el bloqueo de edificios administrativos, y prohibían expresamente montar tiendas de campaña en la ciudad.
También han quedado derogadas las leyes que castigaban la circulación en caravanas de más de cinco vehículos y permitían la celebración de juicios en ausencia de los acusados, medida esta última que afectaba a la encarcelada ex primera ministra ucraniana, Yulia Timoshenko, que lleva más de un año negándose a acudir al segundo juicio penal iniciado contra ella.
El Parlamento también ha aprobado por 257 votos a favor un paquete de cuatro leyes que sustituye a las abolidas. Éstas incluyen reformas al código penal que introducen la responsabilidad por apología del fascismo y la negación de sus crímenes, y por actos de vandalismo contra monumentos que honran a los soldados y civiles que lucharon contra los invasores nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Otra de las peticiones de la oposición es la de una amnistía para los detenidos en los disturbios. El Parlamento debe votar aún esta propuesta. La ministra de Justicia, Yelena Lukash, informó de que las autoridades están dispuestas a firmar dicha ley pero que solo entrará en vigor si los manifestantes desalojan los edificios institucionales.
Los manifestantes y la policía antidisturbios se mantienen en su posiciones en el centro de Kiev, convertido en un complejo sistema de barricadas desde el pasado día 19, cuando estallaron los violentos disturbios que se han cobrado al menos dos muertos, seis según la oposición.