La herida que más sangra en la guerra en Siria es la de los niños refugiados. De las más de dos millones de personas que han tenido que huir de sus hogares en estos tres años de conflicto, la mitad son menores y el 75 % de éstos tiene menos de 12 años. En Líbano y Jordania se concentran el el 60 % del total. Unos 3.700 niños viven en estos campos sin ninguno de sus padres. Muchos cruzaron la frontera totalmente solos, sin la compañía de ningún adulto que se hiciera cargo de ellos. Estos niños son el futuro de Siria, un futuro que, la ONU advierte, es de lo más incierto.
El informe "El futuro de Siria: niños refugiados en crisis", del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), es el primer estudio que analiza en profundidad la situación de estos menores refugiados en Líbano y Jordania.
El alto comisionado para los Refugiados, Antonio Guterres, ha destacado que, "si no se actúa rápido, una generación de inocentes se convertirá en la última víctima una espantosa guerra", según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
Las principales razones por las que huyen solos son por el fallecimiento de sus progenitores, porque éstos han sido detenidos por fuerzas gubernamentales o rebeldes en la zona de conflicto o porque sus padres les envían a los países vecinos para evitar que sean reclutados por estos grupos armados.
"Soledad, inseguridad y aislamiento son los principales traumas que atraviesan estos niños separados de su familia", explica en la presentación del estudio en Ginebra el director de protección internacional de ACNUR, Volker Turk.
Trabajar para "sobrevivir"
Además, unas 70.000 familias sirias refugiadas en estos países han perdido a la figura paterna o cabeza de familia, lo que ha obligado a trabajar a niños de incluso siete años, "durante largas horas y por poco dinero".
"Casi uno de cada dos hogares de refugiados encuestados dependen en parte o en su totalidad de los ingresos generados por un niño", ha subrayado.
El estudio, que recoge los testimonios de 270 niños, constata las "cicatrices físicas y emocionales" que están sufriendo estos menores, obligados a abandonar sus casas, perdiendo familiares y amigos en el camino, y a emprender un largo camino hasta la frontera, "expuestos a abusos, explotación y reclutamiento".
El 29 % de los niños entrevistados ha dicho haber tenido que cambiar de hogar -apartamentos derruidos, refugios improvisados o tiendas- en ese tránsito a los países vecinos al menos una vez por semana.
Además de trauma psicológico que se esconde detrás de este éxodo, que les provoca episodios de ira, ataques de pánico o desconfianza, muchos de estos niños presentaban heridas de guerra a su llegada a los campos de refugiados.
En el Líbano, en los primeros seis meses del año 741 niños refugiados fueron ingresados en hospitales por heridas de guerra; mientras que en el campamento de Zaatari de Jordania más de 1.000 fueron tratados por estas lesiones en el último año.
Sin acceso a la escuela
Durante las discusiones de grupo, muchos menores expresaron su deseo de volver a Siria para luchar, detalla el informe.
En cuanto al acceso a la educación, el informe muestra que hay más niños sirios fuera de la escuela que dentro, situación especialmente grave en Líbano, donde sólo recibe clases un 20 % de los 270.000 sirios en edad escolar, cifra que para finales de año excederá la de niños libaneses que acuden a la escuela pública.
Más de la mitad de los niños sirios en Jordania no están registrados en el sistema escolar del país, que acoge a más de 83.000 refugiados.
Otro síntoma preocupante de la crisis es la gran cantidad de bebés nacidos en el exilio sin actas de nacimiento, un documento esencial para que no sean considerados apátridas.
En el Líbano, el 77 % de los 781 bebés nacidos en el exilio no cuentan con un certificado de nacimiento oficial; mientras que en Zaaatri (Jordania), unos 1.400 nacidos entre noviembre de 2012 y julio de 2013 no recibieron este documento.
El conflicto sirio ha provocado el mayor éxodo de población conocido hasta la fecha. El informe del organismo internacional ha sido publicado apenas unos días después de que el grupo de estudios británico Oxford Research Group cifrara en 11.400 el número de menores de 18 años de edad muertos como consecuencia de la guerra en Siria desde el inicio del conflicto, de los cuales casi 800 han sido ejecutados, casi 400 han fallecido por disparos de francotirador, y más de un centenar han sido torturados hasta morir.