La OCDE ha revisado a la baja sus previsiones sobre la economía española para 2013 y 2014. Según su informe semestral de Perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el desempleo acabará en el 27,3% este año y advierte que "una lenta recuperación" no evitará que la tasa de desempleo llegue al 28% en el año 2014. La última previsión oficial del Gobierno es que se quede en el 26,7%.
Además, la OCDE ha indicado que el Producto Interior Bruto (PIB) de España en 2013 caerá un 1,7%, peor que lo estimado por la propia organización en noviembre (-1,4%), el Gobierno español (-1,3%) y la Comisión Europea (-1,5%).
Para 2014, la remontada también ligeramente inferior a la proyectada hace seis meses (un crecimiento del 0,4% del PIB en lugar de 0,5% anterior, justo la cifra que prevé el Ejecutivo español), lo que conducirá a un nivel de desempleo que "sobrepasará el 28% antes de estabilizarse".
El organismo, además, prevé que el déficit público se sitúe en el 6,9% en 2013 y en el 6,4% en el 2014, lejos de los objetivos marcados por el Ejecutivo.
Hundimiento de la demanda interna
Las cifras del paro para ese ejercicio superan en más de un punto las que la OCDE anticipó en su último estudio de Perspectivas y las razones hay que buscarlas, asegura, en el hundimiento de la demanda interna: -3,8% en 2012, -4,3% en 2013 y -1,7% en 2014.
Los autores del informe han señalado que sobre la demanda pesa el "amplio esfuerzo de saneamiento presupuestario, las condiciones tensas de crédito, la reducción de la deuda privada y la ralentización de la actividad en Europa".
“La prioridad número uno del Gobierno debería ser estimular el crecimiento“
En ese contexto, han subrayado que "la prioridad número uno del Gobierno debería ser estimular el crecimiento" y cumplir sus objetivos de saneamiento de las cuentas públicas, pero dejando que actúen los estabilizadores automáticos.
Para luchar contra el paro, el economista jefe adjunto de la OCDE, Jorgen Elmeskov, ha propuesto en rueda de prensa nuevas reformas laborales y, en rueda de prensa, se ha pronunciado por una modificación del sistema de fijación de los salarios para tener en cuenta las circunstancias particulares de cada empresa, y por limitar la extensión de la cobertura de los convenios colectivos para dar "más flexibilidad" a las empresas.
La OCDE constató que han mejorado las condiciones de financiación de los bancos tras la inyección de capital de 40.000 millones de euros procedentes del fondo de rescate europeo, pero advirtió de que las entidades no van a repercutir esa ayuda más que "de forma limitada" en las condiciones que ofrecen en sus préstamos.
Otra consecuencia de ese rescate bancario, que representó un 3,8% del PIB, es que el déficit público el pasado año se quedó en el 10,6% del PIB, aunque la organización admitió que sin esa y alguna otra medida puntual, en términos estructurales, se redujo del 8,9% en 2011 al 7% en 2012.
Mejora competitividad y balanza por cuenta corriente
Uno de los pocos elementos positivos del cuadro descrito en el estudio es el de la competitividad exterior en términos de costos, ya que España desde 2007 ha obtenido el tercer mejor resultado entre los 15 países de la zona euro que pertenecen a la OCDE.
De hecho, el saldo exterior de la balanza de cuenta corriente, que había llegado a presentar un déficit del 10% del PIB, pasó a ser positivo a finales de 2012 y debería generar un excedente del 2,1% del PIB este año y del 3,5% el próximo.
Eso gracias a un impulso de las exportaciones -que progresaron un 3,1% en 2012 y deberían hacerlo un 4,5% en 2013 y un 6,7% en 2014- pero también -y eso ya no es tan positivo porque implica una menor demanda- al bajón de las importaciones: -5% en 2012 y -3,7% en 2013 antes de recuperarse un 0,8% en 2014.
Los autores del informe indicaron que una mejora de las condiciones financieras en Europa y en España, así como los avances en la competitividad, podrían llevar a una expansión más consistente que la anticipada, aunque también persiste el riesgo inverso.
Cambio de políticas en el BCE
La OCDE ha revisado además a la baja sus previsiones para la zona euro, cuya economía debería retroceder un 0,6% este año y limitar su recuperación al 1,1% en 2014, en divergencia notable con los otros grandes países desarrollados, en particular Estados Unidos, y mucho más con los emergentes. Por eso considera que el Banco Central Europeo (BCE) debería adoptar un papel más activo en ayuda de la economía de la zona euro.
“El BCE puede hacer más mediante medidas no convencionales“
"El BCE ha rebajado apropiadamente sus tipos de interés y se ha comprometido a mantener una política acomodaticia durante el tiempo que sea necesario, pero se puede hacer más mediante medidas no convencionales", señala la institución con sede en París en el informe.
Asimismo, a pesar de reconocer el impacto positivo en las condiciones financieras de la región del anuncio del programa de compra de bonos soberanos (OMT) del BCE, que aún no ha llegado a aplicarse el organismo advierte de que existen varias circunstancias que pueden hacer más remisos a los países a la hora de solicitar la activación de dicho programa, incluyendo la posible imposición de nuevas condiciones.
"La condicionalidad asociada a las ayudas puede evitar que un Gobierno solicite ayuda, especialmente si se prevé que estas condiciones sean muy estrictas y el Ejecutivo carece de la fortaleza necesaria para implementar las reformas", señala la institución. De este modo, la OCDE advierte de que si no es posible llegar a acuerdos sobre las condiciones, la retroalimentación entre el riesgo de salida y los intereses de la deuda actuaría sin trabas.
"Si la condicionalidad fuera levantada, el BCE se convertiría en prestamista de último recurso para los Gobierno, como sucede en el caso de otros bancos centrales, lo que debería garantizar la integridad de la unión monetaria", apunta la institución, que, sin embargo, advierte de que esta posibilidad dispararía el riesgo moral: podría desaparecer el compromiso con la consolidación fiscal.