El Gobierno irlandés aplicará a partir de 2012 una tasa fija de 100 euros anuales por cada casa a sus propietarios, una medida con la que espera generar unos ingresos para las arcas del Estado de 160 millones de euros.
En principio, la nueva imposición afectará a los 1,8 millones de propietarios registrados en este país, aunque se estima que entre 100.000 o 200.000 de éstos podrían quedar exentos si sus ingresos anuales no superan cierto límite, aún por determinar.
La tasa también tiene carácter temporal, ya que, casi con toda seguridad, ésta será sustituida más adelante por un impuesto sobre la propiedad.
El Ejecutivo de Dublín tiene previsto, además, instalar a partir de 2013 contadores de agua en cada domicilio del país para gravar su consumo por primera vez en la historia del país.
Estas medidas forman parte del programa de ajuste acometido por Irlanda para cumplir con la condiciones del rescate económico a este país de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuantificado en 85.000 millones de euros.