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La malaria y el dengue, el mayor peligro de los viajes a destinos exóticos

  • Es necesario tener las vacunas en regla

  • Es aconsejable informarse sobre el sistema local de asistencia sanitaria

  • La principal causa de mortalidad de viajeros son los accidentes de tráfico

CÉSAR PEÑA
3 min.

El aumento del número de viajeros que eligen para sus vacaciones destinos exóticos ha hecho que muchos de ellos estén expuestos a enfermedades diferentes a las de su entorno habitual. Dolores Herrero, médico del servicio de enfermedades infecciosas del Carlos III, destaca que los casos más frecuentes que se encuentran en su hospital tienen que ver con la “diarrea del viajero”.

Pero no es la única, las enfermedades más peligrosas que se pueden contraer en países tropicales son la malaria o paludismo, y el dengue. “Enfermedades que si no son tratadas en las primeras 48 horas de manifestarse, pueden ser mortales”, apunta la doctora Herrero.

Para evitar estos peligros, lo mejor es informarse de las condiciones sanitarias del lugar en un centro de sanidad exterior, o a la página web de la Unidad del Viajero, de las precauciones necesarias.

El viaje comienza con las vacunas

Las medidas preventivas más frecuentes son las vacunas, y la mayoría de ellas actúan contra bacterias o virus. Para viajes a franjas tropicales lo más recomendable es vacunarse contra la fiebre amarilla, que inmuniza hasta 10 años después, y que es exigida incluso en la frontera de algunos países, sobre todo aquellos que tienen zonas selváticas de África y América.

Otras vacunas importantes son la de la hepatitis B y la del tifus-paratíficas. En regiones específicas, podría usarse una vacuna anticolérica o la antimeningítica.

Si vamos a visitar una zona donde hay paludismo, se recomienda tomar la profilaxis antipalúdica que puede ser distinta según la zona a la que nos dirijamos, para combatir los diferentes tipos de plasmodium causantes. Estos son trasmitidos por las picaduras de la hembra del mosquito Anopheles.

Otra medida previa recomendable, además de las vacunas, es preparar un botiquín. Con él podremos hacer frente a enfermedades imprevistas o rebajar los síntomas hasta llegar a un centro sanitario..

Cuidado con los alimentos crudos  y el agua no tratada

Durante el viaje hay que tener ciertas precauciones para no enfermar. “Evitar la diarrea del viajero bebiendo solo agua tratada, y no comiendo alimentos crudos, con la única salvedad de frutas peladas por nosotros mismos”, es básico según Dolores Herrero.

En zonas de malaria o dengue, “hay que llevar ropa ajustada, que nos cubra bien, y de colores claros”, según las recomendaciones que hacen desde el Hospital Carlos III. En la medida de lo posible “es recomendable planchar la ropa”, para eliminar posibles huevos de moscas que suelen usar los pliegues para la puesta.

Vestir ropa ajustada, que nos cubra bien, y de colores claros, ayuda a prevenir picaduras

Hay que tener una especial precaución con los parásitos de playa, “no debemos ir nunca descalzos y si nos sentamos o tumbamos hay que usar una toalla, para que no sea directamente en la arena”.

A la vuelta, si el viajero siente fiebre en los dos meses posteriores del viaje, debe acudir inmediamente a un hospital, ya que “las 48 primeras horas son fundamentales si el paciente tiene malaria o dengue”, asegura la doctora Herrero.

Sin embargo, Herrero nos recuerda que “los accidentes de tráfico son la primera causa de mortalidad de viajeros y cooperantes”, por lo que quizá, las mayores precauciones haya que tomarlas en esa dirección.

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