El primer ministros griego, el socialista Yorgos Papandréu, ha aseverado que el segundo rescate a Grecia podría suponer un desembolso "similar" al primer programa de asistencia de 110.000 millones de euros. "Aún es muy pronto, pero quizá se trate de una cantidad similar", ha asegurado en una rueda de prensa al término del Consejo Europeo.
Según Papandréu, la magnitud de la ayuda dependerá de factores como la participación del sector privado, pero ha señalado que, en todo caso, incluirá una suma importante. "Todo ello influirá probablemente en la cantidad final del nuevo paquete", ha añadido el primer ministro del país, quien también ha asegurado que sus socios europeos han entendido los esfuerzos que está haciendo Grecia y los griegos para lidiar con la crisis y por eso han manifestado su apoyo al nuevo paquete de ayuda que constituye "un voto de confianza".
Además, ha considerado que esto debería ser una "garantía" suficiente para el FMI, de manera que no tenga ningún problema en desembolsar fondos por su parte. Papandréu ha deseado que "el sentido de responsabilidad nacional y también europea" impere la próxima semana en el Parlamento.
Merkel, optimista ante la votación de Atenas
Pero para que este segundo plan se pueda activar, el Parlamento de Atenas debe aprobar los próximos días 29 y 30 de junio el nuevo paquete de medidas de austeridad consensuado por Grecia, el FMI, la UE y el BCE. Este viernes, también tras el Consejo, la canciller alemana, Ángela Merkel, se ha mostrado convencida de Papandréu, utilizará "todo su peso político" para lograr el apoyo mayoritario del Parlamento a su nuevo programa de medidas de austeridad.
"Soy bastante optimista. Sé que el primer ministro Papandréu utilizará todo su peso político para lograr la mayoría en el Parlamento", ha afirmado Merkel, que, junto al resto de líderes conservadores europeos, presionó el jueves a Antonio Samaras, jefe de la oposición mayoritaria conservadora griega Nueva Democracia (ND), para que vote a favor las medidas propuestas por Papandréu.
También el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de la oposición conservadora griega para que apoye el plan.
Sarkozy: La banca francesa, dispuesta
Los líderes europeos han ratificado que el segundo rescate griego se financiará no solo con fondos públicos, sino también con la participación del sector privado.
Esta participación, que debe permitir una "reducción sustancial" de la contribución pública, se orquestará invitando a los bancos a comprar nuevos bonos griegos cuando expiren los que tienen en su cartera. Pero tendrá carácter totalmente voluntario para no ser interpretado como un impago por los mercados o las agencias de rating.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado que los bancos y las aseguradoras francesas, los más expuestos a la deuda griega, están dispuestos a participar en esta operación. "Hemos tenido muchas reuniones con los bancos y las compañías de seguros. No hay dificultades", ha dicho.
La declaración de los 27
Este jueves, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea hicieron un llamamiento para terminar el trabajo que permita la adopción de un segundo plan de ayuda financiera para Grecia a comienzos del mes de julio. Lo hicieron mediante una declaración que publicaron tras la primera jornada de cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de europeos que se ha celebrado este jueves y viernes en Bruselas.
"Los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro piden a los ministros de Finanzas que terminen el trabajo de los elementos pendientes para permitir tomar las decisiones necesarias a principios de julio", dice el texto publicado este jueves. Según el documento, los líderes respaldan el enfoque decidido el 20 de junio por los ministros de Finanzas de la zona euro en cuanto "al fomento de la participación voluntaria del sector privado" en el segundo rescate de Grecia, que será financiado "a través de fuentes oficiales y también privadas".
La fórmula para hacerlo será mediante una participación de los acreedores privados de Grecia mediante un "roll-over" de los bonos griegos, consistente en que los tenedores de obligaciones del Tesoro griego volverán a adquirir bonos del país cuando venzan los títulos que tienen en cartera, de manera "voluntaria e informal". Esta implicación se efectuará evitando que sea declarado un impago de la deuda griega.