Los ministros de Economía de la Unión Europea examinan en la reunión informal que celebran en Budapest la solicitud de rescate que ha presentado Portugal para hacer frente a su grave situación financiera.
Los Veintisiete empezarán a discutir el volumen de la ayuda, que podría estar entre los 75.000 y los 90.000 millones de euros, y el programa de ajuste que probablemente se basará en el que rechazó el Parlamento portugués y desencadenó la dimisión del primer ministro, José Sócrates.
Al tratarse de un encuentro informal, la presidencia húngara descarta que se vayan a adoptar ya decisiones, aunque asegura que el procedimiento para activar la ayuda será "muy rápido". "Queremos destacar la importancia de ser solidarios con Portugal, que ha dado un paso responsable para salvaguardar la estabilidad financiera en el país y en la eurozona", ha señalado la presidencia en un comunicado.
Sin crédito puente
Finalmente se ha descartado la posibilidad de un crédito puente o de préstamos bilaterales para cubrir el periodo hasta las elecciones anticipadas del 5 de junio, como quería Sócrates. Será una ayuda del fondo de rescate de 750.000 millones de euros creado el pasado mayo. Y a cambio Portugal deberá comprometerse a un estricto programa de ajuste negociado con la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Bruselas asegura que el plan de ajuste se negociará "empezando desde cero". Sin embargo, la presidencia húngara sostiene que el último programa de ajuste presentado por Sócrates constituye "una buena base para cualquier futuro plan". El objetivo de este plan es reducir el déficit al 4,6% del PIB este año, al 3% en 2012 y al 2% en 2013.
Los ministros de Economía de la UE discutirán también la posibilidad de rebajar el tipo de interés (5,8%) que paga Irlanda por su rescate. La Comisión lo considera "justo" no sólo "para no imponer costes extremadamente difíciles a nuestros conciudadanos irlandeses", sino también para "garantizar la sostenibilidad de la deuda". Pero Dublín se niega a subir su impuesto de sociedades, uno de los más bajos de la UE en el 12,5%, que es la contrapartida que exigen Francia y Alemania.
Salgado: "Último rescate"
La ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, asegura que Portugal será el último país europeo en necesitar un rescate y descarta que España vaya a seguir ese camino, en la misma línea de lo que declaró el jueves el comisario de Competencia, Joaquín Almunia.
"Nuestra economía es mucho más grande, mucho más diversificada, con un historial mucho mejor. Y, por supuesto, estamos en medio de grandes reformas estructurales. Tenemos un gran y fuerte compromiso de reducción de nuestro déficit. Hemos tenido éxito en eso. Y el futuro por delante es mucho mejor" que el de Portugal, afirma Salgado.
A su juicio, "la economía española es suficientemente fuerte" y las "grandes reformas estructurales" realizadas por el Gobierno en el último año han terminado de apartar de España "completamente de esa posibilidad". Los mercados parecen dar la razón a la vicepresidenta, este viernes la prima de riesgo española se ha relajado hasta los 178 puntos básicos de diferencia con el bono alemán a diez años.
Salgado reconoce que España tiene importantes inversiones en Portugal pero asegura que la exposición a la deuda pública del país es muy baja. "En primer lugar, nuestros bancos tienen no más de 6.000 millones de deuda pública portuguesa. En segundo lugar, las inversiones que han hecho nuestros bancos, las créditos que han dado a las empresas portuguesas, no tienen por qué verse afectados por esa petición de ayuda financiera", apostilla.
Tipos y test de estrés
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, explicará su decisión de aumentar los tipos de interés un cuarto de punto, hasta el 1,25%, para combatir las presiones inflacionistas. Algunos países temen que esta subida sea prematura y asfixie a los Estados periféricos de la eurozona, donde la recuperación aún no se ha consolidado.
El Ecofin lanzará un nuevo llamamiento a los Estados miembros para que tengan preparados planes de ayuda pública y reestructuración para los bancos que suspendan los test de estrés, cuyos resultados se publicarán en junio. La UE insiste en que las nuevas pruebas serán más estrictas y creíbles que las del año pasado, que no detectaron los problemas del sistema financiero irlandés.
Los ministros también buscarán un acuerdo sobre los indicadores y los umbrales que servirán para determinar si un país se encuentra en una situación de desequilibrio excesivo, y puede ser por tanto objeto de sanciones. La presidencia húngara propone castigar a los Estados con un déficit por cuenta corriente superior al 4% del PIB o con un superávit de más del 5%.