La agencia de calificación de riesgos Fitch ha rebajado la nota de la deuda de Portugal tres escalones desde "A-" hasta "BBB-", lo que la deja a un solo paso de ser considerada como bono basura. Este nivel es el mismo en que ha colocado los bonos lusos Standard & Poor's (S&P).
"La gravedad de la rebaja de tres escalones refleja, principalmente, la preocupación de Fitch de que un apoyo externo a tiempo es mucho menos probable en el corto plazo después del anuncio de que las elecciones generales tendrán lugar el 5 de junio", explicó el director del grupo de deuda soberana de Fitch, Douglas Renwick.
Pese a esta presión, el Tesoro luso ha conseguido colocar este viernes 1.645 millones de euros en deuda a 15 meses. Sin embargo, para ello ha debido ofrecer una rentabilidad más alta que en anteriores emisiones similares, aunque menor a la que se mueve en el mercado secundario.
La delicada situación económica del país se ha visto agravada por la crisis política abierta por el rechazo parlamentario al último plan de ajuste del Gobierno socialista. Ese rechazo ha ocasionado la dimisión del primer ministro, José Sócrates, y la convocatoria de esos comicios.
Este recorte es el segundo de Fitch en una semana, ya que el jueves pasado redujo la calificación en dos niveles, desde "A+" a "A-". Hace dos días, ya había anunciado de la posibilidad de esta bajada cuando publicó la degradación de solvencia de los seis grandes bancos lusos.
Las elecciones retrasarán un rescate externo "necesario"
En un comunicado, la agencia recuerda que la posibilidad de contar con un apoyo externo a tiempo era una de las razones "claves" para situar la nota lusa en "A-" cuando se produjo la anterior rebaja el pasado 24 de marzo. Así, considera el apoyo externo como "necesario" para impulsar la credibilidad en la consolidación fiscal de Portugal y en sus esfuerzos de reforma económica, así como para asegurar su financiación.
Asimismo, añade que las significativas revisiones al alza de la deuda y el déficit público de Portugal en 2010 (92,4% y 8,6% del PIB, respectivamente), anunciadas este jueves, han debilitado aún más su perfil fiscal y subrayan la magnitud del desafío de consolidación al que se enfrenta el nuevo Gobierno.
En esta línea, apunta que el rechazo parlamentario al último plan de austeridad y las próximas elecciones suponen que las nuevas medidas de consolidación no se implementarán como pronto hasta el tercer trimestre del año. "Dada la débil perspectiva macroeconómica, Fitch ve un riesgo significativo de desvío de la estimación oficial de déficit para este año del 4,6% del PIB", agrega.
La agencia insiste en que el apoyo financiero de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus estrictas condiciones son "necesarios" para asegurar la sostenibilidad financiera y restaurar la confianza de los inversores en el medio plazo. Por ello, cualquier retraso a la hora de contar con el apoyo de la UE y el FMI incrementa los riesgos para la estabilidad económica y financiera.
Por último, incide en que es "altamente probable" una nueva rebaja de la calificación en el corto plazo y explica que el resultado del proceso de revisión dependerá de su opinión sobre las perspectivas económicas y presupuestarias a medio plazo, incluido el potencial coste de fortalecer el capital de sus sistema bancario.
También S&P ha recortado dos veces en una semana el nivel de solvencia concedido a la deuda soberana portuguesa. La última vez fue el martes pasado, cuando esta agencia dejó los bonos lusos en "BBB-", a un paso de considerarlos como bono basura.
Antes, el jueves de la semana pasada -y de forma casi simultánea a Fitch-, había reducido su calificación de "A-" hasta "BBB".