El presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, ha sido reelegido en primera vuelta de las elecciones con un 52,9% de los votos. El líder conservador ha dicho que seguirá cooperando con el jefe del Ejecutivo, el socialista Sócrates, para sacar al país de la crisis financiera, aunque también ha criticado duramente la campaña de la izquierda.
El jefe del Estado es un cargo más bien simbólico en Portugal, y aunque tradicionalmente es una figura muy respetada, en esta ocasión los comicios han registrado una participación históricamente baja, de menos del 47%.
Según los datos definitivos su principal rival, el candidato del Partido Socialista, Manuel Alegre, ha obtenido el 19,7%, seguido por el humanista Fernando Nobre, con un 14,1%.
Récord de voto protesta
Detrás han seguido otros tres candidatos de izquierdas: el comunista Francisco Lopes, con el 7,1%; el líder del pequeño partido Nueva Democracia, Madeira José Coelho, con un 4,5%; y finalmente el socialista Defensor Moura, que se presentaba sin el apoyo de su formación y que se ha quedado con un 1,5%.
La gélida jornada electoral de este domingo ha transcurrido sin incidentes graves, pero con algunos problemas con el sistema informático y los nuevos carnés de identidad digitales, que han dificultado la votación según las autoridades electorales.
La abstención fue de un 53,3% muy superior al 38,7% que se registró en los comicios anteriores del 2006, y la mayor desde la reinstauración de la democracia en 1974. Además, los votos nulos o en blanco han superado el 6%, informa AFP. Esta es una cifra inusualmente alta en una democracia europea: hace cinco años no llegó al 2%.
En un discurso pronunciado tras confirmarse su reelección, el histórico líder del Partido Social Demócrata (PSD), de 71 años, ha dicho que "cooperará" con las demás instituciones, en alusión al Gobierno socialista de Sócrates, que antes ya le había felicitado y tendido la mano.
Cavaco también ha declarado que sus prioridades inmediatas serán el desempleo, la contención de la deuda externa y el refuerzo de la competitividad de la economía lusa, que sufre una grave crisis y el acoso de los mercados financieros por la posibilidad de un rescate financiero, informa Efe.
"Vencedores y vencidos"
Cavaco agregó que en los próximos cinco años ejercerá una "magistratura de influencia" para que "a ningún portugués" le falten los cuidados de salud, la enseñanza y el sistema de justicia.
No obstante, las funciones del presidente del país son esencialmente representativas y apenas tiene poder político: se limita a mediar en algunas casos, aunque tiene la facultad de disolver el Parlamento.
En su discurso, Cavaco ha atacado, sin nombrarlos, a los otros cinco candidatos presidenciales, todos de izquierda, que sacaron a relucir su gran patrimonio, aunque él declinó dar explicaciones.
“Los portugueses supieron ver de qué lado estaba la verdad“
"Los portugueses supieron ver de qué lado estaba la verdad", ha dicho Cavaco, que se ha mostrado triunfante "sobre la calumnia". "Hay vencedores y derrotados", ha concluido.
Manuel Alegre ha obtenido un resultado peor que en el 2006, cuando como independiente cosechó un 20,7%. En esta ocasión además del Partido Socialista, le apoyaba el marxista Bloque de Izquierda, cuarta fuerza parlamentaria y férrea en la oposición al Gobierno de Sócrates, que ha aprobado en los últimos meses duros ajustes.
No obstante, las encuestas ya pronosticaban este castigo al PS, que en 2009 renovó el poder aunque perdió la mayoría absoluta lograda cinco años antes.
Economista y profesor, Cavaco, que fue primer ministro entre 1985 y 1995, seguirá hasta el 2016 en el palacio presidencial de Belem.