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El Gobierno decreta el toque de queda mientras grupos incontrolados queman Bangkok

  • Seis muertos y 58 heridos en el asalto al bastión de los camisas rojas

  • Zonas de la ciudad escapan al control del Gobierno

  • Los líderes de los camisas rojas habían presentado su rendición

Ver también:Ver también: Minuto a minuto de la crisis en Tailandia

RTVE.es / AGENCIAS
6 min.

La decisión del Gobierno tailandés de asaltar el campamentos de los "camisas rojas" en Bangkok ha desatado una auténtica batalla campal en la ciudad que ha obligado al ejecutivo a decretar el toque de queda mientras grupos incontrolados atacan  e incendian diversos edificios de la capital pese a que sus líderes les han pedido que se rindan.

Tras la operación del ejército, que ha dejado al menos seis muertos y 58 heridos, llegaba la rendición de los líderes de los camisas rojas, tal y como anunciaba uno de ellos, Jatuporn Promphan: "Vosotros sabéis que nunca os abandonaré pero ha llegado el momento de evitar más muertes, porque es a nuestros camisas rojas a quienes están matando".

Sin embargo, a pesar de la petición de sus líderes, los "camisas rojas" han incendiado el edificio de la Bolsa de Valores de Bangkok y han atacado el canal 3 de la televisión estatal, donde unas cien personas están atrapadas.

Toque de queda

Según un testigo citado por Reuters también ha sido destruido el Central World, el segundo centro comercial más grande del sudeste asiático. En total, una veintena de edificios están en llamas.

Así las cosas, el Banco de Tailandia ha declarado el jueves y el viernes como festivo para evitar incidentes y la bolsa de Bangkok no abrirá este jueves.

Además, los periódicos The Nation y Bangkok Post, los dos diarios en lengua inglesa de mayor circulación, han evacuado a su personal de los edificios en los que tienen su sede, ante el riesgo de que sean blanco de ataques por parte de los manifestantes opositores.

Mientras, en las calles de Bangkok se ha desatado una auténtica batalla campal. El Gobierno de Tailandia ha anunciado que declarará el toque de queda entre las 20:00 hora local (15:00 hora española) y las 06:00 horas del jueves (01:00 hora española).

Las autoridades del país han reconocido que hay partes de la ciudad que escapan a su control y ha dado un ultimátum a la turba incontrolada para que cesen su actividad.

El primer ministro, Abhisit Vejjajva, ha anunciado que el ejército seguirá con sus operaciones en Bangkok esta noche y ha ordenado a los equipos médicos y de protección civil que estén alerta.

El toque de queda ha llegado también a la televisión ya que los canales solo podrán emitir los programas autorizados por el Gobierno.

Operación del ejército

Tras seis semanas de barricadas y despliegue de campamentos, los líderes de los camisas rojas del frente han sido escoltados por agentes de la Policía hacia el cuartel general de la institución, situado a escasa distancia del campamento.

Dicha operación que ha sido calificada por el gobierno de "éxito" y que se ha dejado 58 heridos y seis fallecidos, entre ellos, un periodista italiano y varios camisas rojas.

Según el corresponsal de RNE en Roma, Iñaki Díez, el periodista fallecido era Fabio Polenghi y ha muerto tras ser alcanzado por un disparo en el abdomen y el corazón.

Además otro periodista, en este caso holandés, ha resultado herido: "Me dispararon por la espalda, en el hombro. Es sólo una herida ligera", ha comentado el periodista, Michel Maas, que trabaja en Yakarta para la televisión pública holandesa NOS y el diario holandés De Volkskrant.

La tensión no cesa

La fase inicial de la operación del ejército, iniciada este miércoles, consistía en estrechar el cerco sobre el campamento de los "camisas rojas", algo que suponía la preparación para el asalto final.

Las tropas tailandesas han entrado por la fuerza con vehículos blindados en zona de Bangkok ocupada por los camisas rojas desde hace cinco semanas y avanzan hacia el epicentro del campamento.

El objetivo era "garantizar el bloqueo total de la zona ocupada", ha afirmado el ministro de Defensa tailandés, Prawit Wongsuwon.

Durante la operación, varias decenas de manifestantes han sido detenidos, entre ellos más de 20 paramilitares de los equipos de seguridad de los "camisas rojas" en esta fase inicial de la operación. Otros muchos han aguantaado la presión del Ejército y se negaban a abandonar la zona.

Las tropas, que tras derribar las barricadas avanzaron por el interior del campamento de los camisas rojas, han detenido la operación para facilitar la salida de los manifestantes, la mayoría de ellas congregados alrededor del escenario montado en el centro del campamento, según han relatado a Efe testigos.

Wattanayakorn ha explicado que la operación militar continuará a lo largo del día y que el objetivo por ahora es "asegurar el perímetro" del campamento de los camisas rojas.

Fracasa el diálogo

Las disensiones surgidas entre los 24 cabecillas del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, a raíz de las diferentes estrategias que unos y otros defienden para conseguir la disolución del Legislativo, han erosionado la protesta.

La renuncia de Veera Musikapong a continuar como uno de los líderes del frente antigubernamental fue suficiente para que sus leales recogieran sus bártulos y se marchasen a sus respectivas provincias, en medios de transporte facilitados por las autoridades.

Con la protesta en recesión, el frente aceptó la propuesta hecha por 64 miembros de la Cámara Alta, integrada 150 senadores, de mediar para acordar con el Gobierno un alto el fuego y pacificar la situación.

No obstante, unas horas después el Gobierno criticó la oferta de los senadores e insistió en que las conversaciones se retomarán después de que los camisas rojas pongan fin a la protesta.

"El gobierno dice que únicamente negociará cuando termine la protesta", apunto Satit Wongnongtaey, ministro adjunto a la jefatura del Ejecutivo.

Incremento de la violencia

Los líderes del frente propusieron el pasado domingo retomar las conversaciones a cambio de que el Ejército retirara a las tropas, cuya presencia en las calles ha desatado la peor ola de violencia vivida en el país desde la matanza de manifestantes perpetrada por los soldados, en 1992, a raíz de las protestas para exigir el retorno de la democracia.

El Gobierno tailandés retiró la pasada semana su propuesta de celebrar elecciones en noviembre, cuando las negociaciones con los "camisas" rojas se estancaron y sus cabecillas dieron marcha atrás a su compromiso inicial de abandonar la protesta.

Los recientes enfrentamientos entre manifestantes y soldados han causado además 266 heridos, pero desde que a mediados del pasado marzo comenzaron las protestas el total alcanza los 1.650.

Desde entonces, al menos 66 personas han perdido la vida por disparos o explosiones de granadas u otros artefactos.

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