Segundo día del juicio contra Josef Fritzl. El conocido como 'monstruo de Amstetten' ocultó de nuevo el rostro y se negó a hablar con la prensa al comienzo de la segunda sesión del juicio por haber encerrado y violado a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano, una actitud que, según su abogado, se debe a que "se ha avergonzado".
El conocido como "Carcelero de Amstetten", al igual que hizo ayer en la apertura del juicio, ocultó el rostro tras un archivador azul y se negó a contestar las preguntas del único equipo de periodistas, de la televisión austríaca ORF, al que se permitió brevemente el acceso a la sala.
La sesión de este martes del proceso que juzga a Fritzl por los delitos de asesinato por omisión de socorro, esclavitud y violación, entre otros, se celebrará a puerta cerrada para proteger la intimidad de las víctimas.
Los ocho miembros del jurado, cuatro hombres y cuatro mujeres, verán nuevos fragmentos del vídeo, de unas 11 horas de duración, en el que Elisabeth cuenta con todo detalle cómo su padre comenzó a abusar de ella cuando tenía sólo 11 años. Según asegura, en agosto de 1984 la llevó al sótano y allí la drogó, la esposó y la encerró en el zulo que ya tenía preparado. No volvería a salir hasta 24 años después.
El acusado será interrogado y también se espera que se presenten los informes sobre el estado mental del acusado y sobre su posible responsabilidad en la muerte de aquel bebé, por presuntamente ignorar las peticiones de ayuda que Elisabeth le formuló ante los problemas respiratorios que presentaba el recién nacido.
En este caso, la Fiscalía acusa a Fritzl de asesinato por omisión de ayuda, un delito penado en Austria con entre 20 años y cadena perpetua.
Elisabeth, que no comparecerá en el juicio, es el único testigo de un proceso que se espera quede resuelto el jueves o viernes próximo.
También testificarán cuatro peritos, un neonatólogo sobre la posible responsabilidad de Fritzl en el fallecimiento del bebé; un psiquiatra sobre el estado mental del acusado; y dos técnicos sobre el sistema de acceso y ventilación al sótano.
En la apertura del juicio ayer, Fritzl se declaró "no culpable" de esa imputación, así como de la esclavitud, pero sí admitió los delitos de incesto y privación de libertad y se declaró "parcialmente culpable" del de violación.
En la primera sesión, el jubilado austriaco, aseguró que en su "durísima infancia" sufrió numerosas agresiones por parte de su madre, a la que también encerró hasta su muerte.