El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado un plan adicional para reanimar el consumo del país basado en la inyección de 600.000 millones en la compra de activos respaldados por hipotecas y de otros 200.000 a los titulares de préstamos a los consumidores.
En total, 800.000 millones que se suman a los 700.000 del plan de rescate financiero aprobado por el Congreso, que buscan reanimar el gasto privado en Estados Unidos, que se encuentra en su nivel más bajo en 28 años.
Préstamos al consumo
En concreto, la Reserva Federal (Fed) permitirá conceder préstamos de hasta 200.000 millones de dólares a los titulares de activos respaldados por varios tipos de préstamos a los consumidores como tarjetas de crédito, hipotecas para la adquisición de automóviles y préstamos estudiantiles.
El objetivo es aumentar la demanda de estos préstamos como una forma de bajar los tipos de interés que se están pagando y hacerlos más accesibles a todos.
Este programa será respaldado por 20.000 millones de protección crediticia que sí provendrá del plan de rescate a las entidades financieras ya aprobado.
Reanimar el mercado hipotecario
Además, ha anunciado otro plan que usará hasta 600.000 millones de dólares para la compra de activos respaldados por hipotecas, a fin de aliviar la crisis financiera.
La Fed ha detallado que adquirirá hasta 100.000 millones de dólares en obligaciones directas de las gigantes hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, así como de la Federal Home Loan Banks, una agencia encargada de ofrecer financiación a bajo coste a las instituciones financieras estadounidenses.
Además comprará otros 500.000 millones de dólares en activos respaldados con hipotecas que se agrupan y se venden a los inversores.
La autoridad monetaria estadounidense cree que la medida ayudará a reducir el coste y aumentar la disponibilidad del crédito para los propietarios de viviendas, lo que a su vez ayudaría a respaldar el mercado inmobiliario.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, ha subrayado en una rueda de prensa que estos 800.000 millones son vitales para descongelar el mercado del consumo, que se paralizó el pasado mes de octubre.
Estos nuevos programas de la Reserva Federal son el último intento para dar apoyo gubernamental al sistema financiero para que las operaciones vuelvan a la normaliad y evitar que el país caiga en una larga y profunda recesión, tal y como se empieza a desprender de los datos del PIB, que cayó un 0,5% en el tercer trimestre del año.