Simone Biles ha recuperado la sonrisa. La gimnasta estadounidense ha regresado a la competición olímpica, tras retirarse de las finales por equipos e individuales de salto, barra y suelo, para medirse con sus rivales en la final de barra de equilibrio y lo ha hecho por todo lo alto: Biles ha repetido un bronce que sabe a oro, tras quedar por detrás de las chinas Guan Chenchen, en primer lugar, y Tang Xijing, en segunda posición.
La atleta americana partía de la séptima posición en la clasificación y se ha vuelto a llevar la última medalla del podio, un metal que ya se colgó en los Juegos de Río 2016. Con este último triunfo, Biles rompe el techo de medallas y se convierte en la gimnasta más laureada de la historia: la gimnasta acumula 25 medallas en campeonatos mundiales y siete metales olímpicos.
La gimnasta dio la gran sorpresa apenas empezado el desfile de competiciones de gimnasia artística en los Juegos de Tokyo 2020. Se retiró de la final por equipos y de las finales individuales de suelo, salto y barras asimétricas, dejando al mundo con el corazón encogido. La cuatro veces campeona olímpica tenía que parar para cuidar su salud mental. Esta final de barra de equilibrio era la única y última oportunidad para volver a verla en estos Juegos Olímpicos, de ahí que el triunfo sepa a primer puesto.
La hegemonía china
La china Guan Chenchen ha podido con el huracán Biles tras obtener una puntiación de 14,633. Partía con ventaja, con la nota más alta de la clasificación, y ha ejecutado un ejercicio perfecto. La gran amplitud de salto, sin apenas pausa entre los movimientos y una clavada perfecta en la salida le han otorgado una merecida medalla de oro.
Chechen destronaba, así, a la favorita del campeonato hasta el final, Tang Xijing y con su victoria se ha convertido en la sucesora de Sanne Weversla neerlandesa que se colocó en el primer puesto del podio en los Juegos de Río 2016.
[Clasificación y resultados de Juegos de Tokyo 2020
Su paisana, Xijing, se ha colgado la medalla de plata, unas centésimas por debajo, con 14,233 puntos. Un año más, China mantiene su hegemonía en esta disciplina.
Biles ha empezado su ejercicio vestida con una sonrisa. Firme en cada movimiento, con una gran amplitud de salto y haciendo saltos transversales que, sabía, no le jugaron una mala pasada. La plancha y la caída con una sola pierna le dieron una bonificación que, sumada al cierre del ejercicio, le entregaron un puesto en el podio. Clavo y oleada de aplausos. Decenas de fotógrafos se amontonaban para inmortalizar el momento en el que Biles volvía a sonreír.
En cuarta posición, rozando el bronce, se ha quedado la estadounidense Elisabeth Can Black y la actual campeona del concurso completo, la estadounidense Sunisa Lee, se ha quedado en quinta posición.
El regreso de Biles
La gimnasta estadounidense derribó el gran tabú del deporte, la salud mental. La estadounidense decidió apartarse de la competición olímpica para priorizar su bienestar. Parecía una lesión en el pie, pero ella misma confirmó que se trataba de algo intangible, algo que está ahí y que no se puede ver. "Tengo que centrarme en mi salud mental".
El mundo del deporte y la sociedad arroparon su decisión intentando levantar, con palabras de amor y apoyo, a la gimnasta que parecía irrompible. Todos permanecíamos expectantes ante sus movimientos, pero la retirada de la final por equipos sólo fue el principio y, días después, tras evaluaciones médicas diarias, llegaron las demás. El nombre de Biles se borraba de la lista de las competiciones olímpicas, no estaba preparada para volver. Hasta hoy.