Desde el inicio del programa, Óscar Higares ha demostrado ser un aprendiz pícaro, aplicado y con buen ojo para la costura. Ya sorprendió con su vestido mobwife a lo Versace, pero en este tercer programa llegó su momento de brillar. Aunque ser favorito no es garantía de nada porque en Maestros de la Costura Celebrity el camino hacia el maniquí de cristal está lleno de giros inesperados.
En la última prueba de exteriores, inspirada en el Salvaje Oeste, Óscar destacó por encima de sus compañeros. El reto de la noche consistía en confeccionar un traje cowboy a medida para los jueces. Sin experiencia previa, se lanzó a tomar las medidas de María Escoté, un paso crucial para el éxito del diseño. Con precisión y seguridad, logró un ajuste impecable que realzó la silueta de la diseñadora.
Su rapidez, compañerismo y actitud resolutiva le valieron el reconocimiento como el mejor aprendiz de la prueba. En palabras de María Escoté: "Aunque sabía que era trabajador y comprometido, hoy por fin lo ha podido demostrar". Sin embargo, en , una ventaja puede transformarse en una trampa.
De lo más alto a la cuerda floja
La recompensa para Óscar Higares a su desempeño en la prueba de exteriores no fue precisamente dulce: tuvo que elegir a un aprendiz para salvarlo del temido foso, enviando en su lugar a otro compañero. Lejos de jugar con estrategias, Higares tomó una decisión basada en la empatía: salvar a María Esteve y bajar él a coser. La aprendiz estaba enferma y no había podido participar en la prueba anterior. Un gesto aplaudido por todos, pero que dejó a Óscar contra las cuerdas.
Su arriesgada y caballerosa elección lo llevó a enfrentarse a la prueba de eliminación, donde su desempeño no estuvo a la altura de sus mejores días. Un cosido muy simple y plano le hizo caer hasta la penúltima posición, recordándole a todos que en esta edición nadie tiene garantizada su permanencia.
"En la vida lo único que tienes que intentar es dejar un legado y es el que intento dejar a mis hijas. Merece la pena hacer cosas por los demás". Confesó entre lágrimas en medio del cosido acordándose de todo lo que le ha enseñado su padre.
Un día en la cima, otro al borde del abismo. está demostrando que ni siquiera los favoritos pueden bajar la guardia.