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Liana Romero Swirski, espía de la Segunda Guerra Mundial, recuerda su infancia en La Revuelta de Broncano

  • Su madre Larissa Swirski, la "Reina de Corazones", fue espía para alemanes y británicos en la II Guerra Mundial

CARLOS VILLANUEVA (La Revuelta)
Tiempo de lectura 4 min.

Nadie imaginaba que La Revuelta pudiera contar como invitada con una espía de la Segunda Guerra Mundial. Ni siquiera el propio David Broncano cuando recibió el ofrecimiento por correo electrónico. Pero la historia de Liana Romero Swirski es tan extraordinaria que no ha bastado un único programa para repasar las anécdotas de su infancia junto a su madre, la agente doble Larissa Swirski.

Liana se crio aprendiendo varios idiomas, aunque reconoce que el ruso lo está olvidando porque solo lo practicaba con su madre. Una hija de aristócratas rusos a la que su padre conoció en Francia y a la que pidió matrimonio tan solo cinco horas después de conocerla, según asegura la propia Liana. La mujer ha explicado también en La Revuelta cómo los alemanes convencieron a su progenitora para que reclutarla, prometiéndole que en cuanto invadieran Rusia le devolverían todas sus propiedades, perdidas durante la Revolución Rusa.

Entre tantos recuerdos y experiencias vividas, Liana no pierde el sentido del humor tan característico de la provincia gaditana donde reside desde su infancia. “En ruso no existe la palabra cachondeo”, ha bromeado con Broncano, para después añadir que la situación que atravesaba su madre era muy peligrosa y salió viva de milagro: “Está viva gracias a Dios, bueno, estaba”.

Una espía pata negra

Liana ha explicado que su madre, la famosa “Reina de Corazones”, la entrenó desde muy pequeña para que no dijera nada de lo que viera ni oyera, porque sus vidas podían correr serio peligro. Y ha narrado en La Revuelta una de las situaciones más peligrosas que vivió ya en su tierna infancia: tras hacer unas fotografías por encargo de los nazis, su madre se escondió el carrete en los guantes y camufló la diminuta cámara en las botas de la pequeña Liana. Cuando fue detenida, consiguió ocultar el carrete y que ambas salieran ilesas: “Y después me compró un kilo de chocolate”, ha añadido con gracia.

Y esa inquietud y curiosidad le caló tan hondo que, con apenas 11 años, ya recuerda haber comprado un pijama oscuro para escabullirse por la noche. Cuando sus padres pensaban que dormía, la pequeña Liana escapaba de su habitación, que tenía vistas al mar en Puente Mayorga, Cádiz, para deslizarse por la playa y observar desde la oscuridad el desembarco de los soldados italianos conocidos como “hombres rana”.

Así es Liana Romero Swirski, la hija de la espía llamada “Reina de corazones”

Liana Romero nació en 1932 en Cannes, Francia y es, a sus 92 años, una enciclopedia histórica viva. Durante su infancia, acompañó a su madre, la espía Larissa Swirski, en sus misiones secretas y, aunque fuera como tapadera, se podría considerar que Liana fue la espía más joven de la Segunda Guerra Mundial.

Tras estallar la Revolución Rusa, su madre, Larissa Swirski, de familia noble, huyó de Odessa hacia Alemania en 1920 y terminó instalándose en París, refugio de la nobleza rusa. Allí, en Francia, fue donde conoció a su padre, Manuel Romero, un marino sevillano. Ya casados, durante un viaje en Tánger, los alemanes contactaron con Larissa prometiéndole que, si trabajaba para ellos, le devolverían todo el poder y las pertenencias familiares una vez lograsen la victoria sobre el Ejército Rojo de Rusia.

Con su padre destinado en Puente Mayorga, Cádiz, a partir de 1940 la “Reina de Corazones” comenzó a trabajar para los nazis desde Gibraltar, donde utilizaba a su hija como tapadera para pasar los controles fronterizos y ejercer su labor como. Allí, por ejemplo, recibió la misión de comprobar y documentar que los italianos habían hecho explotar unos tanques de combustible en el puerto. Tras tomar unas fotografías, volvió a utilizar a la pequeña Liana para esconder el carrete y pasar inadvertida por los controles.

Pero Larissa desconocía qué era realmente lo que estaba haciendo el nazismo con los campos de concentración, según explica su hija Liana. Hasta que su hermana Ala, que seguía residiendo en París y se había casado con un francés, le contó que formaban parte de la Resistencia francesa y le reveló los horrores que estaba llevando a cabo el Reich. Fue entonces cuando la “Reina de corazones” decidió cambiar de bando y contactó con el servicio secreto británico para ofrecer sus servicios en Gibraltar. A partir de aquel momento, mantuvo una vida de riesgo como agente doble. Y fueron los servicios secretos británicos quienes libraron a la espía de una emboscada que habían preparado los alemanes, quedando a partir de entonces en Sevilla bajo la protección del gobierno español.