Que los números están presentes en nuestro día a día es una obviedad. Están en la hora a la que nos levantamos, en el autobús que cogemos para ir al trabajo o en el precio de la cesta de la compra. Todo lo que forma parte de nuestro entorno tiene una base numérica. Esto también implica a nuestra identidad. Algo tan sencillo y cotidiano como el DNI es una de las pruebas más fehacientes del inmenso poder y capacidad de organización de los números a nuestra vida diaria. Detrás de este documento único, personal e intransferible se esconde un complejo –y completo– sistema de cálculo en el que la clave son los números.
Cifras y letras
Aunque el número del DNI se asigna a cada persona de forma aleatoria, no ocurre lo mismo con la letra que lo acompaña. Detrás de ella hay un algoritmo determinado por una operación matemática, un sistema de cálculo que hace que cada DNI sea único.
¿Cómo se calcula? Si dividimos los ocho números de los que consta un DNI cualquiera entre 23, obtendremos un resto comprendido entre el número 0 y el 22. “A cada uno de estos números se les asigna una letra establecida a través de unas tablas que ya están prefijadas”, explica Rafael Granero, profesor de Matemáticas, Estadística y Computación de la Universidad de Cantabria. Así, por ejemplo, a un resto de 0, le correspondería la letra ‘T’, para un resto 1 la ‘R’, un resto de 16 tiene asignada la letra ‘Q’ y un resto 21 equivale a la letra ‘K’. ¿No te lo crees? Busca la tabla en `Curioseando´ y haz la prueba con tu propio DNI.
Un check-in infinito
Ya sabemos el origen de la letra que determina nuestro DNI, un documento que nos identifica de manera segura en las gestiones de nuestro día a día. Lo usamos, por ejemplo, a la hora de reservar una habitación de hotel. Un lugar donde los números también tienen una presencia fundamental: con ellos se estructuran los pisos y se designan las habitaciones. Un sistema de organización hotelera que ha servido a científicos y matemáticos del último siglo para explicar qué es y cómo funciona un símbolo matemático complejo pero imprescindible para entender mejor la ciencia: el infinito.
La física Laura Martínez Maestro explica las múltiples aplicaciones del infinito, uno de los símbolos matemáticos más célebres.
En líneas generales, “el infinito es un concepto cultural determinado por la manera en que contamos los números. Si empezamos a contar no llegaremos nunca hasta el final”, señala Laura Martínez Maestro, física de la Universidad Complutense de Madrid. “Pero, ¿qué pasa cuando a un infinito le restamos otro?”, añade la experta. “Aquí entra en juego lo que se conoce como indeterminación y ocurre cuando hacemos cálculos con números que no conocemos muy bien”. Esto es, precisamente, lo que el científico alemán David Hilbert trató de explicar a finales del siglo XIX con una idea que tomaba como referencia un hotel y que pasó a la historia de las matemáticas como el ‘Hotel Infinito de Hilbert’. Un ejemplo especialmente gráfico y visual de cómo en el infinito siempre hay espacio para uno o, incluso, para infinitos más.
¿Quieres conocer con detalle cómo funciona este y otros números célebres? No te pierdas ‘Curioseando’, los martes a las 23:30 horas en La 2 y siempre en RTVE Play.