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Julio Basulto y Mikel López Iturriaga: La quimiofobia

 Entrevista   Vida sana con Julio Basulto  

  • ¿Qué es la quimiofobia alimentaria?

  • ¿Debo chupar la cabeza de gambas o langostinos?

JORGE GONZÁLEZ
6 min.

Como cada último jueves de mes, Julio Basulto recibe a uno de sus invitados más ilustres, Mikel López Iturriaga. ¿Qué es es la quimiofobia? ¿Cómo de malos son los químicos en nuestros alimentos? ¿Debemos evitar los aditivos? Ellos nos responden en Vida Sana.

Vida sana con Julio Basulto - Miedo a los productos químicos en la comida, con Mikel López Iturriaga - Escuchar ahora

"La quimiofobia alimentaria es el miedo excesivo e injustificado a los productos químicos y a la química en general en la comida", define Mikel.

El filólogo vasco explica que toda esta fobia viene de la mano de una idea de que lo que comemos o bebemos va a influir en que padezcamos enfermedades como el cáncer o trastornos genéticos, por el simple hecho de que nuestros alimentos están "contaminados" por pesticidas o aditivos. Otro de los argumentos en los que se apoya este miedo es en que "todo lo natural es bueno y todo lo que tiene origen artificial o ha sido intervenido por el hombre es malo".

Otro de los factores que destaca Iturriaga son "las redes sociales e influencers", de los que piensa que lanzan discursos muy alarmistas sobre la alimentación y la comida con químicos. Discursos que hacen que la gente " tenga miedo a cosas que no debería tenerlas". ¿Qué consecuencias tiene esto? Este miedo lleva a la gente a "tomar decisiones con la comida que no son muy correctas", como rechazar productos saludables en el supermercado por la creencia de que los químicos que contienen van a ser perjudiciales.

Este miedo puede desembocar en tener una mala relación con la comida o desarrollar trastornos de la conducta alimentaria. Otra pregunta que debemos contestar es: ¿hay que tener precaución con los químicos de nuestra comida? La quimiofobia tiene su origen histórico en los años 60 cuando se usaban el DDT o el lindano como pesticidas, estos pasaban a los alimentos y han resultado ser muy perjudiciales para la salud. "Sí que puede ser hasta razonable el tener ciertas precauciones con determinados elementos químicos, por ejemplo, el mercurio en los pescados o el cadmio en los mariscos", comenta Mikel. Un ejemplo de una cantidad de cadmio alta se encuentra en la cabeza de las gambas y langostinos. Por tanto, no es aconsejable consumirlo con frecuencia.

Aditivos, ¿acogerlos o rechazarlos?

Lo primero que se debe aclarar con los aditivos es que la química forma parte de todo lo que comemos, hasta incluso de lo que somos. " Los huevos tienen ácido octadecanoico. Los plátanos tienen tocoferol. Los arándanos tienen hexanal y tienen etil trimetil butuanato de manera natural, no es nada que le echemos a esos productos", explica Iturriaga sobre compuestos químicos que vemos presentes en alimentos completamente naturales.

Los aditivos, conservantes, colorantes o saborizantes que consumimos están regulados y controlados por la Unión Europea bajo las norma de EFSA que "es la máxima autoridad en seguridad alimentaria europea". Además de los estudios constantes que se hacen a modo de seguimiento, los parámetros en los que se mueven estas normas se encuentran "muy por debajo" de lo que se podría considerar perjudicial. Por lo que podemos estar tranquilos en ese sentido y además, hay aditivos que hacen que la comida se mantenga en buen estado por un tiempo más prolongado y no debemos prescindir de ellos con el despilfarro alimentario en el que nos encontramos.

"Los aditivos son seguros, que no quiere decir que sean buenos", aclara Mikel.

Hay aditivos como los edulcorantes que son seguros pero nos confunden de alguna manera. Un producto que sustituye al azúcar nos puede hacer caer en la falsa idea de que "ayuda a adelgazar". Mikel explica que hay estudios que indican que los edulcorantes no son una buena opción: "la OMS hizo, no hace mucho, una revisión sistémica de toda la evidencia científica disponible sobre los edulcorantes y dio un dictamen clarísimo. El uso de edulcorantes no confiere ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal en adultos o niños. Y también dijo que puede haber posibles efectos indeseables de su uso a largo plazo con un mayor riesgo de diabetes tipo dos, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos".

La OMS desaconseja consumir edulcorantes como la sacarina o la estevia

Julio Basulto añade otra consecuencia que puede tener el consumo de edulcorantes o potenciadores de sabor. Estos componentes nos acostumbran a determinados niveles de sabor y cuando la comida no tiene ese nivel, la encontramos insulsa. Es decir, estos aditivos desensibilizan tu paladar y alteran la capacidad humana para percibir el sabor de alimentos.

Ni la química es tan mala, ni lo ecológico tan bueno

Detrás de todo esto podemos encontrar una gran industria como es la alimentaria que lleva años utilizando sus medios publicitarios para instaurar ideas en la población que no tienen por qué ser verdad.

Julio Basulto comenta que hay un doble rasero con la química. Todos la vemos como un aliado, algo que ayuda y mejora la vida de las personas, por ejemplo, si pensamos en ella desde la perspectiva médica. Ningún químico agacharía la cabeza al decirte su profesión, solo faltaba. La química está para ayudar y normalmente la vemos así. Excepto cuando hablamos de alimentos, cuando de hecho, un alimento puede estar cargado de azúcares, harinas refinadas, sal o aceites y no tener ni un sólo aditivo.

Parece que todos los alimentos con químicos son malísimos, aunque sean conservantes. Y todos los productos ecológicos son geniales porque no lo tienen, o eso nos hacen creer. "Hay otra idea muy instalada que no es cierta, y es que la agricultura ecológica en Europa no usa pesticidas. Y sí que los usa. La diferencia es que usa pesticidas que no son de origen sintético", cuenta Mikel sobre el tipo de químicos que se usan en productos vendidos como ecológicos.

¿Tienen pesticidas las frutas y verduras que consumimos?

Basulto también comenta otra idea extendida y que no es del todo cierta: "está la creencia de que los productos ecológicos son mejores para el medio ambiente. Hay estudios que indican que precisamente necesitan más terreno cultivable por el hecho de no llevar productos fitoquímicos, que ayudarían a que funcionase mejor la cosecha. Al necesitar más terreno cultivable, acaban siendo peores para el medio ambiente".

"Si tú quieres comprarte un producto ecológico porque te gusta, fenomenal. Pero no pienses que va a ser necesariamente más saludable por el hecho de llevar ese sellito", concluye Mikel sobre el sello ecológico presente en algunos productos.

Iturriaga finaliza con un mensaje aliviador: "nunca en la historia de la humanidad, o al menos en Occidente, el mundo en el que nosotros vivimos, la comida ha sido más segura que ahora".

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