Para entrar en el infierno, Penélope Cruz sabía que antes tenía que aprender a dar un buen revés y empuñar un arma. La actriz es el fuego que enciende cada una de las escenas de Sin noticias de Dios (2001), segundo largometraje del director de la aclamada Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, que supuso el regreso de la madrileña a nuestro país tras el remake de Abre los ojos, Vanila Sky. Su director, Agustín Díaz Yanes, escribió la historia pensando Penélope y Victoria Abril y para ello, espero lo que hiciese falta para tenerlas dentro del equipo.
El resultado es un viaje entre la tierra, el cielo y el infierno. Penélope es Carmen Ramos, un agente del infierno con una misión. Ella representa el lado oscuro, una especie de ángel caído. Mientras, Abril tiene el rol angelical. La vieja historia del mal contra el bien que en manos de Días Yanes se mete plantea desde un universo muy particular. A las dos interpretaciones soberbias de sus protagonistas, se suman otro plantel de actores brillantes, entre los que destacan: Demián y Bruno Bichir, Gael García Bernal y a Fanny Ardant.
Cielo e infierno con Penélope Cruz y Victoria Abril
Todo comienza con el acceso a las puertas del cielo. En los últimos años, prácticamente ningún alma ha pasado los exámenes de entrada al Cielo. En el infierno ocurre todo lo contrario: la inmensa cantidad de nuevos internos comienza a crear problemas de espacio. Aparentemente el infierno ha ganado la batalla entre el Bien y el Mal. Cuando los angustiados dirigentes del Cielo están a punto de rendirse, reciben la petición de una madre en la Tierra, que les pide que salven el alma de su hijo, Many Chávez, un boxeador con un turbulento pasado.
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Los dirigentes del cielo toman desesperadamente a esta oportunidad y mandan a la Tierra a su ángel más capacitado, Lola Nevado (Victoria Abril), que se hace pasar por la esposa del boxeador, e intentará llevarlo a su terreno. Pero los servicios de inteligencia infiernales detectan la presencia de Lola Nevado en la Tierra y envían a su mejor agente: Carmen Ramos (Penélope Cruz). Ambas descubrirán que una cosa es la teoría y otra la práctica. Al final tendrán que aunar fuerzas para conseguir su objetivo. Mientras tanto descubrirán que es más lo que las une que lo que las separa.
Penélope Cruz y Victoria Abril en 'Sin noticias de Dios'
Una rara avis del cine español, arriesgada y transgresora
La trama se atreve a tocar lo religiosamente incorrecto, critica el capitalismo voraz, el individualismo. “O bien Dios quiere que desaparezcan todos los males, pero no puede, lo que significa que es débil; o bien, puede, pero no quiere, lo que significa que es malvado”, le plantea el personaje de Penélope a Lola, interpretada por Victoria Abril. Claro que cabe la otra posibilidad. Que no pueda, ni quiera, y por lo tanto, no existe un Dios. “El dilema es que Dios no puede ser nada”, concluye Abril.
Sin noticias de Dios (2001), ya en RTVE Play
Rodada entre París y Madrid, la factura de la película no estimó en gastos. La promoción se volcó, especialmente, de cara a los premios Goya, en los que Sin noticias de Dios optaba a 11 categorías y, alcanzaba, aquel 2002, el segundo puesto en número de nominaciones en la historia de los galardones. Sin noticias de Dios (2001), ya puede verse en RTVE Play.