La naturaleza nos ha demostrado una y otra vez, que la colaboración entre miembros de diferentes especies puede ser muy beneficioso para todos ellos. ¡Todos salen ganando!
Esto es lo que pone en práctica la permacultura: observa los ecosistemas naturales e imita su funcionamiento para optimizar la salud y los recursos de todos los integrantes del sistema, tal y como nos explica Eduardo Sáenz de Cabezón en Órbita Laika -programa disponible en RTVE Play.
Los policultivos
En agricultura, la permacultura se basa en utilizar varias especies de plantas juntas para que se apoyen mutuamente, como ocurre en la naturaleza.
Por ejemplo, una planta puede aportar nitrógeno al suelo y otra puede repeler ciertas plagas, así las dos se benefician mutuamente.
La hierbabuena es una gran muestra de esto. Se trata de una planta capaz de repeler mosquitos, pulgones y de atraer polinizadores, por eso se planta cerca de tomates, pimientos o árboles frutales.
Además, se propaga muy fácilmente y se pueden obtener nuevas plantas sin mucho esfuerzo.
Filosofia de vida
La permacultura es toda una filosofía de vida sostenible que puede aplicarse a otros sistemas organizativos de nuestro entorno.
Contribuye a la salud de las plantas y, por tanto, humana, y a una mejor conservación de los recursos como el agua y los suelos fértiles, pero ¿por qué no aplicarlo a otros entornos?
Este sistema se está usando ya para el diseño de casas y ciudades más sostenibles y con un menor impacto en el entorno.
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