Ricardo Bofill rompió los esquemas de la arquitectura moderna. Adelantado a su tiempo, mente abierta en una España rancia y gris. Tal y como se cuenta en Ricardo Bofill, la hoja en blanco, el documental de Imprescindibles que rinde homenaje a su figura, su trabajo consistía en plasmar sobre el espacio una filosofía, una consigna de vida. Así es como surge uno de sus más utópicos proyectos, la planificación de una ciudad que aspiraba a transformar uno de los barrios populares de Madrid, pero cuya ambiciosa idea nunca llegó a ver la luz. Hablamos de La ciudad del espacio, una propuesta con la que intentó trasladar los postulados del mayo del 68 al urbanismo de la capital española.
Imprescindibles - Ricardo Bofill: la hoja en blanco - Ver ahora
El punto de partida de su proyecto, surge de la publicación de una suerte de manifiesto que pretendía dar un golpe sobre la mesa en el tablero de la arquitectura española de la época. Hablamos de las grandes colmenas de cemento que empezaban a infestar los cielos de las grandes urbes, con el boom urbanístico de principios de los años 60. Bofill buscaba una revolución de lo comunitario, con una idea de espacios abiertos, flexibles, comunicativos y tridimensionales, tal y como se muestra en las maquetas e imagenes extraídas de la página web de su taller.
Maqueta de La ciudad del espacio de Ricardo Bofill
Demasiado futuro para la España de Franco
En La ciudad del espacio, la tensión entre una vertiente imaginativa y otra terrenal se apodera de todo. El lugar asignado por el Ministerio de Vivienda para dar rienda suelta a su idea fue el madrileño barrio de Moratalaz. Inspirado en las casbas marroquíes, la idea partía de una estructura que aglutinaba células en forma de cubos, formando unidades diferentes, pero comunicadas.
Documental 'Ricardo Bofill. La hoja en blanco', cartel del Imprescindibles
Dispuesto en diferentes alturas, dentro habría tiendas, una escuela y toda una mezcla de funciones. “La arquitectura trabajada, de artesano y de identidad. Frente a las cajas, grandes colmenas de cemento y metal”, que defendía Bofill. Sin embargo, la idea, por revolucionaria y “comunista” no convenció al Gobierno. “Usted no volverá a trabajar nunca en España”, le dijeron tras cancelar el proyecto urbanístico.