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Claves de la investigación del robo del Códice Calixtino: el caso explicado

 Rtve Play  
RTVE.es
6 min.

A punto de iniciar las vacaciones con más carga religiosa del año, RTVE Play propone sumergirse de lleno en los secretos que escondían los muros de una de las catedrales más simbólicas del mundo, la de Santiago de Compostela. Luchas de sotanas, secretos y celos en un thriller apasionante, basado en un caso real. La serie El robo del Códice pretende dar a conocer el frenético año que pasaron las autoridades eclesiásticas y policiales tras descubrir que el robo del Códice Calixtino escondía en realidad una trama de guerra de sotánas, blanqueo de capitales y todo tipo de secretos, escondidos bajo las piedras centenarias de la catedral. Un caso muy peculiar y complejo que dio la vuelta al mundo, llevado a contrarreloj porque el manuscrito podía haber salido al extranjero y, a ojos de todo el mundo, de nada servía encontrar al autor si nunca se recuperaba la joya perdida. Además, cada día que pasaba, el Códice se exponía al deterioro o daños irrecuperables.

Por el camino, la Policía no encontraba más que piedras y obstaculos dentro de la catedral, un universo hermético, lleno de enigmas y recelos. Una historia, a medio camino entre Ocean’s Eleven y un relato de Agatha Christie, que después pasó a una investigación digna de Fargo y, finalmente, tuvo una resolución a la altura de cualquier película de Berlanga. La serie, de tres capítulos, puede verse al completo en RTVE Play, pero para comprender mejor todos los enigmas que van perfilándose, a continuación, detallamos una serie de claves que nos ayudaran a seguir el caso.

El robo del códice, tráiler de la nueva serie documental de RTVE Play

1. ¿Quién tenía acceso al Códice Calixtino?

El deán de la Catedral de Santiago, José María Díaz, aseguró que únicamente tres personas -dos colaboradores y él mismo- tiene acceso a la caja fuerte en la que se custodiaba el Códice Calixtino, al tiempo que afirmó que "quien se lo llevó sabía de que se trataba y como llegar a él". Sin embargo, tal y como se revela en El robo del Códice había más personas con acceso a la cámara acorazada en la que se guardaba el manuscrito. Entre ellos, el entonces organista de la catedral de Santiago, Joaquín Barreira, que fue uno de los primeros sospechosos del caso. Un caso de alardes y asuntos personales, le llevaron a "enseñar" el Códice o sustraer de él, algunas páginas que, después, fueron descubiertas.

El organista de la catedral de Santiago, Joaquín Barreira, uno de los principales sospechosos del robo del Códice Calixtino

2. ¿Cuándo se dieron cuenta?

Según Díaz, el medievalista de la Catedral se percató el martes 5 de julio de 2012 de la ausencia del Códice Calixtino de la caja fuerte en la que se custodia junto con otros importantes documentos, donde lo había visto por última vez "el jueves o el viernes" de la pasada semana. El deán dijo que todos los empleados de la Catedral se sienten "víctimas de un robo y de una tremenda ilegalidad" y precisó que ni las entradas al archivo, ni la sala de uso restringido ni la propia caja fuerte en la que estaba el Códice fueron "forzadas".

¿Cómo actuó la Policía?

Una vez que fue descubierta su desaparición, el archivero llamó por teléfono al deán de la Catedral, que se personó en el archivo y realizó junto al experto una "búsqueda muy detallada" del documento. "Una vez que tuvimos constancia plena de que no podía estar en ningún sitio, avisamos a la Policía", señaló Díaz, algo que ocurrió sobre las 22.00 horas del martes 5 de julio de 2011.

La Policía estuvo tomando imágenes y datos de la caja fuerte y el archivo el mismo día de la denuncia, durante unas dos horas, y también al día siguiente, en el que se tomó declaración a las personas relacionadas con el archivo, entre ellas José María Díaz. El deán confirmó que ninguna de las estancias del archivo o la propia caja estaban forzadas y reiteró que el acceso al Códice es muy restringido, ya que solo se enseña en la misma sala donde se encuentra la caja de seguridad a un número reducido de personas y siempre bajo la presencia de él mismo.

Manuel Fernández Castiñeiras, junto a su abogada, Carmen Ventoso, a su llegada a los juzgados compostelanos al juicio por el robo del Códice Calixtino y del dinero sustraído de la catedral Compostelana XOAN REY

¿Se puede sacar el documento de la sala?

El documento no se lleva en ningún caso a la sala de investigación, dado que los estudiosos emplean una réplica, aunque José María Díaz sí admitió que la sala del archivo es empleada en ocasiones por él para realizar audiencias, si bien a la caja fuerte sólo tienen acceso tres personas.

La caja fuerte se abre con frecuencia, ya que hay importantes documentos. La última vez que el deán de la Catedral enseñó este texto a un visitante, según apuntó, fue en junio, aunque no recordaba a la persona concreta a la que se enseñó . Por otra parte, José María Díaz precisó que la caja fuerte en la que se custodia se abre con frecuencia, dado que en su interior se encuentran, además, otros documentos de importancia histórica, si bien "no faltó nada más" que el Códice.

¿Y las cámaras de seguridad?

José María Díaz, que resaltó el interés de la Policía en la investigación, explicó que los agentes le recomendaron no dar demasiados datos sobre la sustracción del Códice ni sobre sus medidas de seguridad, que son competencia exclusiva del Cabildo, para evitar que interfieran en la investigación.

¿El Códice llegó a salir de Santiago?

El deán ha asegurado que, tanto desde la Iglesia como desde la Policía, no se explicaron como pudo suceder este robo en una cámara restringida en la que "todas las personas que entran o salen son grabadas". En esta línea, recordó que el Códice Calixtino "nunca ha salido de Santiago" y que únicamente fue cedido para dos exposiciones, una en 1975 en San Martiño Pinario y otra en 1993, también en Compostela, donde permaneció dos días para la inauguración y fue sustituido después por una reproducción. Aunque, tal y como se muestra en la serie El robo del Códice, las cámaras no gozaban de gran calidad y registraban imágenes demasiado saturadas que, con la oscuridad o la luz, ofrecían imágenes poco exactas.

¿Quién era Castiñeiras, el electricista que cometió el robo?

La detención de Manuel Fernández Castiñeiras y su posterior confesión como autor del robo del Códice fue más sorpresa para el público y los especialistas que para una parte del cabildo y la policía. Religioso y callado, la libertad con la que se movía por el interior de las dependencias de la catedral de Santiago, su relación con el entonces deán y la constancia con la que operaba, marcan una manera de ser que, cuando llegó la hora de los interrogatorios, se acentuó hasta que le preguntaron si el Códice estaba quemado. Para el ex deán, Fernández Castiñeiras era un buen cristiano, pero para la policía es un hombre muy tranquilo que fue capaz de disimular su robo y que encontró en la catedral un espacio a su medida para actuar.

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