Moda, famosos y tendencias

Encinar y Paloma Suárez debutan en la pasarela de los diseñadores consagrados

RAFAEL MUÑOZ(@MUNOZ_RAFA)
3 min.

Hace 12 años, Fabio Encinar trabajaba en la sombra, ayudando a Ion Fiz. Ahora regresa con su firma y debuta en esta pasarela con una colección de fiesta y alfombra roja, compuesta por 30 looks de infarto. "Hemos conseguido esa continuidad soñada, y que la gente reconozca nuestro trabajo nada más ver el vestido", dice. Y es así, sus diseños llevan su sello personal y la marca tiene identidad propia, algo de lo que otros carecen. Tener identidad y sello propio cuesta. Lo tienen Ágatha Ruiz de la Prada, Teresa Helbig, Sybilla, Palomo Spain, Custo Barcelona, Moisés Nieto, Lydia Delgado, Josep Font... Encinar trabaja duro. No es un recién llegado. Desde hace años ha mostrado sus colecciones en OFF, fuera de Ifema, pero su sitio es este.

La costura de los 80

Su batallón de vestidos causa sensación. "El hilo conductor es la silueta en negro y luego se añaden golpes de color en forma de volumen", dice. Todos los volúmenes son asimétricos, un guiño a la costura, y la alta costura, de los años 80. La tafeta, en mate, y el moiré son la base de su bandera de tejidos y son marca de la casa. La tafeta va reforzada con tul y así adquiere una prestancia especial. Los golpes de color van tintados en amarillo, rosa empolvado y marrón café, el tono que arrasa esta temporada: el vestido que Nieves Álvarez llevó a los Goya es un buen ejemplo.

Listo para vender

Es una colección de vestidos especiales, pero no es una colección de imagen. Aquí todo se pone a la venta, y lo antes posible para que el flechazo no se desvanezca. "Todo, todo lo que ves se hace para vender, lo sacamos a la venta online, y el precio es muy bueno", dice. Sus vestidos rondan los 380 euros, un PVP con el que machaca a la competencia. Su modelo de negocio pasa por invertir los valores. Lo tiene muy claro. "Lo normal es tener un 70% de colección y un 30% de costura y a medida, y quiero que sea al revés". Junto a Redondo Brand y Juan Vidal forman parte de una generación que ha vivido, y trabajado, en una crisis constante. "No soy de la generación de las subvenciones, no lo hemos tenido nada fácil. Sí hemos tenido las redes, las redes y nosotros hemos crecido a la vez".El resultado ha gusto mucho, pero quizá se quede un poco eclipsado por el trabajo de sus compañeros. Esta pasarela es muy exigente, aquí hay que venir con la artillería pesada.

Desfile de Encinar EFE

Desfile de Encinar EFE

Desfile de Encinar EFE

Desfile de Paloma Suárez

Después ha sido el turno de Paloma Suárez, que tras tres ediciones en la pasarela de los jóvenes pega el salto a la de los consagrados, quizá demasiado pronto. Su colección es irregular y los errores restan tanto que no dejan que brillen los aciertos. Lo mejor, y ahí todos coinciden, es la línea de hombre, con trajes atrevidos y prendas interesantes, como el esmoquin batín, las cazadoras que sustituyen a las chaquetas y los trajes puzzle.

Lo de mujer es flojo, un batiburrillo de prendas de distintos estilos y demasiada lentejuela. Hay mucho look ochentero, que recupera la peor versión de Marta Sánchez y Miguel Bosé, y otros muy potentes, pensados para cantantes e influencers de su generación. Pero hay que valorar su osadía y atrevimiento, ha preferido pasarse a quedarse corta. Antes vimos las propuestas de Pablo Erroz, Jorge Vázquez, Pedro del Hierro, Ándrés Sardá

Desfile de Paloma Suárez EFE

Desfile de Paloma Suárez

Desfile de Paloma Suárez

Desfile de Paloma Suárez EFE

Desfile de Paloma Suárez

Desfile de Paloma Suárez

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