El dulce es un sabor que genera adicción. Según un estudio de la Universidad de California, cuando comemos algo de este sabor se estimula nuestro cerebro y se libera la betaendorfina, la serotonina y la dopamina, que nos producen bienestar y sensación de placer. De hecho, nuestro paladar reconoce desde muy pronto el dulzor porque la leche materna tiene lactosa.
¿Alternativas al azúcar refinado?
Contamos con frutas y hortalizas frescas como la remolacha o el plátano; otras que necesitan ser cocidas u horneadas previamente como el boniato y la calabaza, y frutas deshidratadas, ya que al quitarles el agua concentramos su fructosa.
Además, podemos añadir aromáticos para engañar al cerebro: cardamomo, anís, canela, nuez moscada, jengibre molido y coco rallado, que además es un buen sustituto visual del azúcar glas.
¿No te lo crees? Prueba con esta increíble carrot cake sin azúcar.
Receta de "carrot cake" sin azúcar refinado
Receta de "carrot cake" sin azúcar refinado Receta de "carrot cake" sin azúcar refinado
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Ingredientes
Preparación
4 huevos
250 g de yogur natural
300 g de zanahoria
180 g de harina integral
20 ml de aceite de oliva virgen
16 g de levadura química
15 dátiles medjoul
50 g de nueces
Con/sin nuez moscada
Con/sin canela molida
Con/sin jengibre en polvo
Para el “frosting”:
250 g de queso crema
1 plátano maduro
10 g de sirope de agave
En primer lugar, ponemos en remojo los dátiles deshuesados durante 15 minutos.
En un robot de cocina, disponemos las zanahorias y las trituramos. Añadimos los huevos, el yogur natural, el aceite de oliva y los dátiles ya remojados. Trituramos de nuevo el conjunto y lo mezclamos con la harina integral, la levadura química y las especias.
Forramos un molde con papel de horno y añadimos la masa.
Incorporamos las nueces por encima, precalentamos el horno y horneamos a 180ºC durante 45 minutos hasta que al pincharlo con un palillo éste salga limpio.
Aprovechamos el tiempo de horneado para elaborar el frosting. Para ello, trituramos el plátano con el sirope de agave y mezclamos el conjunto con el queso crema.
Una vez horneado, desmoldamos el pastel y cuando esté templado, disponemos el frosting por encima. ¡Rico y fácil!