Alberto fue el hombre de la vida de Victoria. Ambos se casaron enamorados, pero el príncipe no fue el único amor de la reina. Durante la primera temporada siempre hemos visto a la joven monarca acompañada de Dash. Se trata de su mascota, un perrito de la que ha tenido que despedirse en la segunda temporada que ya está disponible en RTVE Play. Este perro nos ha conquistado a todos, pero no fue el único animal de compañía en Buckingham Palace. Os contamos quiénes eran Dash, Islay y Eos, los caninos que hemos podido ver en Victoria.
Dash, el gran amor de Victoria
Nos ha sacado una sonrisa en cada capítulo de Victoria en el que ha aparecido, y a la reina se la sacaba todos los días. Dash fue un King Charles Spaniel que acompañó a la monarca en su estancia en Kensington.
Como Victoria le cuenta a Alberto en la serie, Dash era su único amigo, pues su madre y Sir John Conroy tenían a la princesa muy protegida y apenas tenía contacto con otras personas fuera de la casa. Este perruno se convirtió así en su gran amor desde que tenía 13 años.
Ella misma se encargaba de sus cuidados, e incluso después de su coronación la reina se encargó de bañar a la mascota. Era uno más de la familia real, comía con ellos y fue retratado en varias ocasiones, ya que Victoria no se separaba de él.
Fue su gran cómplice hasta que en 1840 falleció a la edad de nueve años. Victoria quedó devastada tras la muerte de su querido Dash, como muestra la segunda temporada de la serie. El perro de aguas fue enterrado en Windsor con un epitafio que decía: “Su apego fue sin egoísmo, Su alegría sin malicia, Su fidelidad sin engaño. LECTOR, si quiere vivir amado y morir arrepentido, aproveche el ejemplo de DASH”.
Islay, el favorito de la reina
Pero si en la segunda temporada hemos despedido a Dash, también hemos dado la bienvenida a Islay. Este Yorkshire Terrier fue amaestrado por la propia reina y se convirtió en el favorito de Victoria hasta su prematura muerte a los cinco años.
Eos, la mascota del príncipe Alberto
Otro gran amante de los perros fue el príncipe Alberto. Su infancia, al igual que la de Victoria no fue fácil. Sin el apoyo de una madre, el marido de la reina encontró su consuelo en Eos, una galgo de seis meses que acompañó al germano desde los 14 años.
Su devoción por Eos, llamada así por la diosa griega del amanecer, era tal que la galgo fue llevada a Inglaterra cuando Alberto se casó con Victoria. En varios momentos de la segunda temporada de la serie se puede ver el amor que sentía el príncipe por el único perro que era exclusivamente de él. Falleció en 1844 a la edad de 10 años y medio.
Este amor por los animales ha sido heredado por toda la familia real británica. Los sucesores de Victoria y Alberto también fueron grandes amantes de los perros, y en la actualidad su tataranieta, la reina Isabel II, tiene incluso su familia de perros de raza corgi.