Lo que no se ve ni tiene forma es lo que más miedo despierta. En este Madrid del siglo XIX La bestia hace desaparecer a niñas y luego las mata. Nadie ha visto su rostro, pero todos le temen. Carmen Mola firma este terrorífico thriller histórico. ¿Y quién es Carmen Mola? Oficialmente, una profesora de 48 años casada y con tres hijos. La noche de la entrega del Premio Planeta se supo la verdad, con la consiguiente polémica.
Quiénes son los tres hombres que están detrás de Carmen Mola
Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez comparten un doble oficio en la literatura y el guion televisivo. Los dos primeros han trabajado en series como Farmacia de Guardia u Hospital Central, y Martínez firmó episodios de Crematorio o Acacias 38. Díaz: «Escogimos ese Madrid de 1834 porque fue un momento terrible, con una guerra carlista y cólera». Martínez: «La protagonista es Lucía, una niña de los arrabales que sale en busca de su hermana pequeña Clara, que ha desaparecido. Por el camino encontrará unos ayudantes no muy profesionales: un periodista buscavidas y un caótico guardia real tuerto». Mercero: «La bestia es una metáfora de la desigualdad social, la intransigencia, la ignorancia. Nace del miedo colectivo como un ser mitológico».
El trío de autores ha tenido que afrontar críticas acerca de su uso de un pseudónimo: la desigualdad de condiciones de ser tres frente al escritor individual; si es respetuoso haber engañado a las librerías especializadas en solo autoras; la construcción de una identidad paralela ficticia durante años. La escritora Rosa Regàs, ganadora del Planeta 2001 y uno de los autores que formaba parte del jurado que eligió al ganador este año (junto a Pere Gimferrer o Carmen Posadas, entre otros), apuntó a modo de anécdota: «Yo me presenté al Nadal con el nombre de Brandon Becker, que era el nombre de mi burro. Debo decir que no me fijé en los seudónimos esta vez, pero sí hay gente que se fija más».
Carmen Mola y la violencia en sus obras
También se les reprocha en ocasiones la violencia explícita de sus novelas. Óscar López les pregunta dónde ponen el límite en esas escenas especialmente duras. Martínez: «No hay límite. Si un asesino psicópata mata de una determinada manera, creemos que es importante mostrar ese momento».
Funcionar en equipo es algo habitual en el oficio diario de los tres autores, el guion televisivo. En la novela gráfica también es habitual el trabajo a cuatro manos de dibujante y guionista. En literatura es menos común. Borges lo hizo con Bioy Casares. Charles Dickens con Wilkie Collins. También Joseph Conrad y Ford Madox Ford, o Breton y Éluard. «Nosotros lo pactamos todo», explica Díaz. «Discutimos las tramas, hacemos una escaleta detallada de cada capítulo, nos lo repartimos y hacemos reescrituras de lo del otro. Trabajamos el triple».