A pesar de su condición de princesa y hererdera al trono, la hija de los reyes de España recibirá un trato como "una alumna más en el internado, como otras personalidades que han pasado por el colegio. Las normas son idénticas para todos", dice Berta Fraguas, directora general del movimiento Colegios del Mundo Unido (UWC) en España, para describir el carácter igualitario del colegio galés.
Como los demás aspirantes, que para este curso fueron casi 500, Leonor de Borbón tuvo que presentar su solicitud hace un año y abordar un proceso de selección que en su primera fase fue anónimo. "El colegio no es elitista. Es todo lo contrario. Puedes tener todos los millones del mundo, que si no pasas el proceso de selección, da exactamente igual. Es elitista en valores", matiza Fraguas.
De princesa Leonor a Leonor de Borbón
El 75 por ciento de los alumnos tienen beca total o parcial sufragada por los donantes de la organización para ayudar a los jóvenes con menos recursos. Según Fraguas, en cualquier colegio privado, la mayoría de estudiantes son de familias adineradas. "Pero en nuestro caso, no es así", remata. De los 27 alumnos españoles que empiezan el bachillerato este curso en centros del UWC -cinco lo harán en el de Gales-, 24 tienen beca y, en su mayoría, total.
En el caso de la princesa, no cuenta con subvención y el coste de los dos años de bachillerato lo pagan íntegramente los reyes (unos 76.500 euros). A pesar de no ser considerado un colegio exclusivo por sus responsables, el UWC Atlantic College ha acogido en sus aulas a otros miembros de la realeza, como el actual rey Guillermo de Holanda, cuya hija mediana, Alexia, va a ser este año compañera de la princesa Leonor.
El pasado año concluyó su estancia en el internado la princesa Isabel de Bélgica, lo que llevó a don Felipe y doña Letizia a consultar a los reyes belgas para tener referencias. La reina Isabel II, mecenas de la institución académica, la visitó en 2014 junto a su esposo, el duque de Edimburgo, y el príncipe Carlos de Inglaterra ejerció de presidente de 1978 a 1995, cuando cedió el cargo a la reina Noor de Jordania.
Un espejo de diversidad
Uno de los pilares del Atlantic College es su ambiente multicultural, a lo que contribuye que sus alrededor de 360 alumnos, de entre 16 y 19 años, sean de más de 80 nacionalidades distintas y también entre los profesores hay variedad de orígenes y perfiles. "El colegio refleja la diversidad que hay en el mundo", explica Fraguas. Los alumnos viven en casas de unas 50 personas y en habitaciones compartidas entre cuatro del mismo sexo y de procedencia diversa. Los chicos están en una planta y las chicas en otra.
En cada casa hay tutores, que son profesores o empleados de la institución, que están pendientes de cualquier cosa que puedan necesitar los estudiantes y que hacen de interlocutores con los padres. En una sala común de cada casa, hay una cocina, una zona para socializar entre los alumnos y monitores para ver la televisión. También hay lavadoras comunitarias, secadoras y un tendedero, puesto que los alumnos se lavan su ropa. El colegio tiene wifi que cubre todo el campus, ordenadores fijos y teléfonos en los pasillos de cada casa. Además de piscina, en el recinto hay un pabellón multiusos que sirve como zona de baile los fines de semana, de gimnasio para practicar varios deportes y para celebrar eventos sociales.
No hay centro en España
El centro tiene como emblema el castillo St Donat's, del siglo XII, que corona su campus, enclavado en la costa del sur de Gales, a 35 kilómetros de Cardiff y a unos 270 de Londres. Un arco empedrado da entrada al complejo, un escenario medieval con una superficie verde de más de 30 hectáreas, con vistas al canal de Bristol y dotado con amplias instalaciones deportivas.
El internado se inauguró en 1962, cinco años antes de la fundación del movimiento UWC a cargo del pedagogo alemán Kurt Hahn, quien, en plena Guerra Fría, estaba convencido de que juntar a jóvenes de procedencias diversas evitaría conflictos en el futuro. Colegios del Mundo Unido cuenta con 18 centros en diferentes países -no hay ninguno en España-, en su mayoría internados, y tiene como filosofía ser un movimiento que busca "hacer de la educación una fuerza para unir a las personas, las naciones y las culturas por la paz y un futuro sostenible.