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La nariz de los perros detecta el olor de las enfermedades mejor que cualquier tecnología

 Noticias   El Cazador de Cerebros  
  • Cuando estamos enfermos nuestro olor corporal cambia y un perro lo puede detectar con una fiabilidad muy alta

  • Los científicos están intentando desarrollar narices electrónicas que puedan detectar enfermedades en estadio precoz con la misma precisión que los perros

  • Pere Estupinyà aborda en este capítulo de El Cazador de Cerebros nuestro sentido del olfato

  • El Cazador de Cerebros se emite los lunes a las 20:00 en La 2 | Emisión en Catalunya, 20:40h

GIULIO NIGRO
6 min.

Pronto en los aeropuertos de todo el mundo podríamos encontrarnos con unos trabajadores muy especiales que nos ayudarán a mantener a raya la pandemia: perros entrenados para detectar los enfermos de Covid-19 a través del olor! Según un estudio preliminar de la asociación británica Medical Detection Dogs, estos animales pueden identificar el olor de la covid con una precisión de hasta el 94%. Un resultado muy superior a las pruebas de antígeno, que llegan a un máximo del 77%. El estudio se realizó en condiciones controladas, con ropa usada de personas infectadas y sanas, pero el siguiente paso es averiguar si pueden hacer lo mismo en un lugar público como un aeropuerto o una estación oliendo directamente a los viajeros, de manera parecida a lo que ya hacen los perros antidroga o antiexplosivo.

Desde hace tiempo se sabe que cuando estamos enfermos el olor de nuestro cuerpo cambia, igual que cambia el de nuestro aliento y el de nuestra orina. Ya en la Edad Media los médicos tenían instrumentos parecidos a ruedas con muestras de orina de cada paciente y las olían para detectar cuales estaban enfermas. Pero en muchos casos los humanos no llegamos a percibir estas diferencias de olor y allí es donde nos pueden ayudar los perros, que tienen en su nariz receptores olfativos 10.000 veces más precisos que los nuestros.

Los perros entrenados pueden identificar el olor de la covid con una precisión de hasta el 94%. Un resultado muy superior a las pruebas de antígeno, que llegan a un máximo del 77%

Por ejemplo, un estudio de 2019 demostró que pueden detectar el olor asociado a los episodios epilépticos (de hecho, la existencia de este olor se demostró gracias a estos animales), y el próximo reto es entrenarlos a detectar estos episodios antes de que se produzcan para que avisen a los pacientes. Está demostrado que pueden hacer lo mismo también con la diabetes, detectando a través de los cambios de olor si alguien está a punto de tener un bajón de azúcares. ¡En teoría, pueden detectar cualquier enfermedad!

Perros que detectan el cáncer

En el programa del Cazador de Cerebros “Olfato: el sentido olvidado”, en el que exploramos el fascinante e invisible mundo de los olores, no podíamos no incluir el extraordinario poder del olfato canino. Durante nuestro viaje nos fuimos a conocer a Blat, un perro entrenado específicamente para detectar el cáncer de pulmón en estadios precoces. Blat, junto con su entrenadora Ingrid Ramón de la asociación Argus Dogs, colabora en un proyecto de investigación del Hospital Clínic de Barcelona ayudando a los médicos a detectar este tipo de tumor en muestras de aire exhalado de los pacientes.

En el programa vimos en directo una demostración de las habilidades de Blat, que tenía que elegir entre varios tubos con muestras de aire cuál era la que venía de un paciente con cáncer de pulmón. Blat encontró en todos los casos la muestra correcta, y lo hizo con una rapidez asombrosa. Incluso repitiendo el experimento varias veces, cambiando cada vez el orden de las muestras, no hubo manera de despistarlo.

¿qué es exactamente lo que huele a cáncer? La respuesta está en unas moléculas llamadas compuestos orgánicos volátiles, que producimos con el metabolismo celular y que emitimos al respirar.

La cirujana torácica del Hospital Clinic Angela Guirao, que lidera el proyecto de investigación en el que participa Blat, también puso a prueba en varios estudios sus habilidades. “En el último estudio que hicimos con él, que era sobre detección de cáncer en estadio precoz, le pusimos a prueba 900 veces y acertó 885 veces. En otro estudio, en el que había muestras de tumores en todos los estadios, nos dimos cuenta de que, las pocas veces en las que Blat se equivoca, se trata de tumores en estadio ya muy avanzado. Creemos que esto se debe a que en este estadio aparecen otros olores, como el de la muerte celular, que tapan el olor a tumor que él sabe reconocer. Pero en los estadios precoces, cuando huele solo a cáncer, podemos decir que no se equivoca nunca.” Estos resultados son muy importantes, ya que en los estadios iniciales el cáncer de pulmón suele ser asintomático y el 75% de los pacientes se diagnostican cuando ya está avanzado. Encontrar nuevas maneras de hacer un diagnóstico temprano es fundamental.

Pero, ¿qué es exactamente lo que huele a cáncer? La respuesta está en unas moléculas llamadas compuestos orgánicos volátiles, que producimos con el metabolismo celular y que emitimos al respirar. Cuando estamos enfermos estos compuestos se ven alterados y esta diferencia se puede detectar. “El objetivo final de nuestro trabajo con Blat es descubrir cuales son los compuestos orgánicos volátiles asociados al cáncer que él ha aprendido a detectar y desarrollar una tecnología que pueda igualar sus capacidades” explica la doctora Guirao.

Aunque tener unidades de perros detectores en los hospitales es una idea fascinante, no sería muy viable desde el punto de vista práctico. Los perros necesitan de mucho entrenamiento para aprender a reconocer un olor, y además se pueden cansar o enfermar. También el carácter de cada animal influye mucho, según nos cuenta Ingrid Ramón. “Blat es muy bueno y juguetón, y esto es importante porque para él detectar los olores en las muestras es un juego. Pero no todos los perros son tan colaborativos!”

Actualmente la nariz de los perros sigue ganando en precisión contra cualquier dispositivo artificial, pero hay quién trabaja para que pronto la tecnología llegue a su altura. En su laboratorio de Madrid, la química Carmen Horrillo desarrolla sensores olfativos artificiales llamados narices electrónicas. Estos dispositivos tienen ya muchas aplicaciones, por ejemplo en el control de fraudes en vinos y alimentos, y el objetivo es que lleguen también a la clínica. Según nos cuenta Horrillo “en unos pocos años tendremos narices electrónicas capaces de detectar con precisión el cáncer y otras enfermedades en estadio temprano. Respeto a los perros tendrán la ventaja de ser unos dispositivos baratos y portátiles, que no se cansan y no enferman, y que pueden detectar muchas enfermedades distintas a la vez en una única muestra”.

De momento, a la espera de que la tecnología avance, tenemos que agradecer la ayuda de Blat y de sus compañeros de cuatro patas. Quién sabe, nos podrían incluso ayudar a frenar la próxima pandemia!

En este capítulo veremos el potencial clínico del olfato canino

* El programa el Cazador de Cerebros se emite los lunes a las 20:00 en La 2 y a las 20:40h en Catalunya. Aquí puedes ver todos los programas completos. 

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