Considerada una pionera en la experimentación con los lenguajes del arte, a lo largo de sus más de 50 años de carrera, Soledad Sevilla (Valencia, 1944) ha demostrado ser una artista incansable. La última Premio Velázquez de las Artes no pasa un día sin coger el pincel y mancharse las manos de arte y pintura. "Es una necesidad emocional", confiesa la artista de 77 años en esta charla con Cayetana Guillén Cuervo en Atención Obras.
La exploración de la luz, el espacio, la materia y la geometría, tanto en sus cuadros como en sus instalaciones, han permitido abrir nuevos caminos en el mundo del arte. Un trabajo marcado por la investigación y la minuciosidad en el que siempre está a vueltas con la luz. Apasionada de la lectura, en su obra hay miles de líneas e influencias literarias, desde Isabel Allende a Fernando Pessoa. “El libro del desasosiego fue mi compañero mío durante años”, cuenta Sevilla. Una lectura de la que surgieron varias obras e instalaciones artísticas y en la que se inspira su última exposición. “Hacia algunos años que tenía Lisboa en el horizonte atraída por ese universo que es la Rúa dos Douradores”, comenta.
Soledad Sevilla visita 'Atención Obras'
Ser mujer, madre y artista
Incluso con todos los reconocimientos posibles (Premio Nacional, Velázquez, Medalla de Oro) y con una amplia trayectoria a sus espaldas, Soledad reconoce que la desigualdad aún existe en el mundo del arte. “Creo que en este momento hay menos, pero cuando empecé era muy patente. Eso se ve precio de las obras, es muchísimo más barato un cuadro mío que el de un hombre, en el mismo nivel de reconocimiento y valor artístico", expone.
Nacida en el seno de una familia conservadora, de padre militar, Soledad tuvo que defender su pasión por el arte en todo momento. Tampoco la frenó la maternidad. Cuando se convirtió en madre de dos hijos, con tan solo 23 años, siguió pintando y luchando por dignificar su trabajo. “En ese momento era considerada como una ama de casa aficionada que en sus ratos libres pinta, sin embargo, mis compañeros tenían sus galerías y no tenían ese conflicto doméstico que tenía yo”, apunta.
Soledad Sevilla charla con Cayetana Guillén Cuervo
Soledad recuerda en esta charla con Atención Obras cómo tenía que hacer siempre cávalas para tratar de compaginar su trabajo y el cuidado de sus hijos, algo por lo que ella misma siempre fue muy severa consigo. “Pensaba que a ellos les faltaba una parcela de cariño que yo les quitaba para dársela a mi trabajo y me culpaba por ser una mala madre por estar dedicándome a mi profesión, pero así era la sociedad del momento y con el tiempo mis hijos me han hecho ver que nunca fue así”, concluye.
Sutileza, emoción y belleza son las palabras que definen el conjunto de su obra, un trabajo que Atención Obras mostrará a fondo durante la entrevista y también visitando dos de sus exposiciones: ‘Soledad Sevilla. No todo es azar’ en el C3A de Córdoba, y ‘Soledad Sevilla. De la luz del sol y de la luna’ en el Museo Patio Herreriano de Valladolid.