"Me llevaron en helicóptero. Notaba la mano de mi madre. Yo le preguntaba dónde está Fidel. Fidel me dio la mano y me dijo que estaba ahí y que estaba ahí. Era 14 de febrero, su cumpleaños. Le felicité y me quedé inconsciente. Me desperté a las dos semanas. Fue un coma inducido". Estos son los recuerdos que Rocío Carrasco rescata en el documental 'Contar la verdad para seguir viva'. Habla del accidente de coche que ocurrió en el año 2000. Su relación se estaba asentando. Pasaron juntos la noche de fin de años de 1999 y empezaron juntos el 2000. Rocío tenía 22 años y Fidel, 26. Ese día ella quiso ir a comer al Paular, un lugar de Rascafría (Madrid). A la altura de Pinilla del Valle (Madrid), en un tramo de muchas curvas, Fidel perdía el control de su Mercedes 230 y se salía de la carretera por el arcén derecho. El vehículo empezó a dar vueltas de campana y a deslizarse sobre el techo. El impacto fue gravísimo y Rocío, que iba de copiloto y, afortunadamente con el cinturón de seguridad ajustado, se llevaba todo el golpe. "Un coche en una curva toma la curva en el sentido contrario. Fidel da un volantazo para esquivarlo. Cuando quiere volver a a la carretera el coche no responde y no endereza".
El auto se salió de la carretera y a partir de ahí empieza la pesadilla, para los dos. "Mi familia no se lo puso fácil a Fidel. No lo atendieron lo suficiente. Mi padre le dijo que era mejor que se fuera del hospital. Cuando tu hija abra los ojos y me diga que me vaya, me iré, dijo. Todos ellos se permitieron el lujo de hacer de eso porque creían que me iba a morir, si no tienen ninguno cojones de sacarlo del hospital. Ellos le culpaban del accidente, pero ninguno es consciente de que él se podía haber matado y que él tiene familia. Dónde está la humanidad. Eso no se hace".
Cuenta Rocío que Fidel descubre que José María Franco, que fue chófer de Rocío Jurado durante años, le estaba pasando información "a la otra parte" y que Fidel, para terminar con esa situación, "le da dinero y lo finiquita". Las cosas iban a peor para Rocío, que quería a toda costa estar con su nuevo amor. "A Fidel le echan de mi casa. No tenían derecho. Era mi casa. Fidel se fue a casa de Antonio Canales y venía todos los días a verme".
Cuando ocurre el accidente, Antonio David está en Sevilla. "Un reportero, Pablo González ('Carvo'), le dice que tarde lo máximo en ir al hospital a verme porque él tenía en marcha unas fotos en la que se le veía llorando porque yo había tenido un accidente. Las tenía en venta. Eso también le sirvió para hacer caja", dice. La presión a la que Rocío Carrasco se vio sometida fue brutal, según cuenta. La sentía en casa, en la calle. La sentía en la familia, en la opinión pública. Su única tabla de salvación era Fidel. Y no sería la última vez.
"Fidel y yo vivíamos mucha presión mediática, pero de una forma insostenible. En esos fines de semana pasa de todo y Antonio David siempre iba con mucha prensa. La verdad es que muchas veces, los niños se quedaban en casa de José María Franco y él se iba. Él llevaba la prensa para la foto de él con los niños. Con todo este terror, todo el que estaba a mi lado desaparece. Todos menos Fidel. Se dan cuenta que con Fidel no pueden. Querían dejarme sola y aislarme. Le quisieron relacionar con la trata de blancas. Creían que cogería la maleta y se marcharía. No lo hizo".
Rocío Carrasco pudo salir adelante gracias a la fuerza del amor. 17 años después de conocerse se casaron, fue el 7 de septiembre de 2016. "Con Fidel llegó la luz, el amor, el apoyo, la comprensión, la paz. Han puesto muchas piedras en esta historia, pero no lo han conseguido. No olvidemos que él también ha sufrido". Fidel salvó a Rocío de la presión y la salvó de morir cuando intentó suicidarse.