Como Oliver Twist hizo con Londres o El jorobado de Notre Dame con París, Manolito Gafotas llevó a cabo una hazaña digna de los más grandes héroes literarios: escribió en el mapa de los clásicos el nombre de Carabanchel Alto. Desde que Elvira Lindo creó a este personaje para la radio en 1994, este niño madrileño ha protagonizado novelas, películas y series de televisión. De hecho, Netflix anunciaba el año pasado estar preparando un nuevo serial que volviese a dar vida a una de las familias más entrañables del imaginario español.
¿Por qué seguimos inventando historias para Manolito Gafotas? "Porque a los niños les gusta muchísimo, porque es absolutamente realista y al mismo tiempo tiene un sentido del humor muy imaginativo sin salirse de la realidad", contaba Miguel Albaladejo a TVE hace más de cinco años.
Y lo que responde sigue siendo cierto: pese al paso del tiempo y los cambios en la infancia, Manolito sigue hablando el idioma de los niños de España. Muchos no hemos crecido en Madrid, pero todos conocemos el aburrimiento, las horas que no parecen acabarse o el calor asfixiante de un verano que desearíamos pasar en otro sitio.
Estos son algunos de los temas presentes en la película de Manolito Gafotas que se ha emitido este sábado en Televisión Española y ya puedes ver A la carta. En Cine de barrio, pero no cualquier barrio: "En Carabanchel, que es mi barrio", como dice nuestro niño favorito de ocho años. Te contamos por qué no te la puedes perder.
Un reparto brillante y un verano acalorado
Adriana Ozores y Roberto Álamo son los padres de Manolito, interpretado por David Sánchez Del Rey en esta cinta de 1999 que relata un caluroso verano en el barrio. La película de Miguel Albaladejo (El cielo abierto, Rencor, La que se avecina) trabaja con las travesuras de su pequeño protagonista, las horas muertas junto a su abuelo y su hermano 'el imbécil' y los sueños o promesas que los niños albergan desde julio hasta septiembre: esperando a su padre, camionero de profesión, es posible que Manolito pueda irse, por fin, de vacaciones.
La película equilibra el humor y la ternura en el tratamiento de estas situaciones familiares, y es imposible no encariñarse del Manolito que habla así de su padre: "Siempre nos anuncia la llegada con la bocina. Nos enteramos nosotros y se entera todo el barrio. Lo que más mola es una regla sagrada: mi madre nos tiene que dejar salir a recibirle sea la hora que sea".
"Fue un casting muy largo, vieron alrededor de 3000 niños", cuenta la guionista Elsa Fernández Santos, "hasta encontrar a David Sánchez del Rey, que encaja perfectamente con el personaje y lleva sobre sus hombros todo el peso de la película".
La importancia de llamarse Manolito Gafotas (o El imbécil)
Uno de los aspectos más aplaudidos de los libros de Elvira Lindo es su reivindicación del lenguaje coloquial que caracteriza el sur de Madrid, que se ha dado a conocer en distintos rincones de España a través de estas novelas juveniles.
Manolito es un pragmático conocedor de las costumbres del barrio y se expresa con inteligente picardía. Los más mayores han aprendido de él que no es lo mismo decir que algo está bien y que algo "mola mucho; mola un pegote", o dónde residen la importancia y el poder de tener un mote.
Manolito apodó a su hermano el imbécil el día en que nació (aunque a su madre no le haga ninguna gracia) y viste con orgullo el apodo gafotas, que le sirve para anticiparse a cualquier crítica y le vuelve invulnerable en el complicado ambiente juvenil. Él mismo lo explica así: "En mi barrio todo el mundo que es un poco importante tiene un mote. Antes de tener un mote yo lloraba bastante. Desde que soy Manolito Gafotas, insultarme es una pérdida de tiempo".
Aventuras, mucho humor y una infancia real
Manolito Gafotas entronca, en palabras con la tradición de ese humor español "un poco amargo, un poco ácido", que es tan real como imaginativo, en palabras de su director. Y la propia Elvira Lindo colaboró en la escritura del guion, donde retratar el mundo desde la mente de un niño era la misión más importante.
"Lo que yo cuento a través de los ojos de un niño lo cuento a través de los ojos de un niño, no a través de lo que yo como intelectual de una cierta edad siento que tiene que decir los niños para que la película nos quede con una conciencia social", explicaba la autora.
Con rasgos de película infantil llena de enredo, esta comedia familiar también hace un tierno retrato de la experiencia de ser padres y tratar de sacar tiempo para todo (y dinero de donde no lo hay). La madre, Catalina, enloquece ante las travesuras de sus hijos y el no poder estar sola con su marido ni cinco minutos. El padre, Manolo, es camionero y un héroe para los niños. Y el abuelo, interpretado por Antonio Gamero, es una pieza fundamental de la crianza en un hogar que dista de ser perfecto, y por eso es perfectamente real.
El tipo de vida que retrata es de sobra conocida para muchos: antes de la educación serena, sin gritos ni castigos, las madres eran tan conocidas por su amor como por sus collejas. Sus intentos de controlar a estos "delincuentes en potencia" nos deja algunos de los momentos más emblemáticos de nuestra pantalla, como su reacción al encontrar a Manolito cortándole el pelo a el imbécil con desastroso resultado, y también algunas de las escenas más bonitas.
No te pierdas Manolito Gafotas en La 1 y A la carta.