Cuatro personas del equipo de Donald Trump en la Casa Blanca han presentado su dimisión inmediata tras el asalto al Capitolio. Se trata de la viceportavoz de la Casa Blanca, Sarah Matthews, la jefa de gabinete de la primera dama, Melania Trump, Stephanie Grisham, la jefa de eventos sociales de la Casa Blanca, Anna Cristina Nicet, y el viceconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Matt Pottinger. "Ha sido un honor servir a mi país en la Casa Blanca. Estoy muy orgullosa de haber sido parte de la misión de la primera dama Melania Trump para ayudar a los niños y de los logros de esta Administración", ha dicho Stephanie Grisham.
Un gesto que muchos interpretan como un apoyo a la mujer de Donald Trump que está en el punto de mira por varios motivos. El futuro se muestra incierto, tanto por la deriva de los acontecimientos -que ha llevado a que se hable de destitución- como por los intensos rumores de divorcio que la prensa social norteamericana no deja de alimentar.
En noviembre de 2020 se publicaron las declaraciones de Omarosa Manigault Newman, exempleada de los Trump, y los rumores cogieron más fuerza. "Melania está contando los minutos para que él deje su mandato y pueda divorciarse. Si ella intentara humillarle y dejarle mientras es presidente, él encontraría la forma de castigarla", dijo. Llueve sobre mojado ya que el libro de Stephanie Winston Wolkoff, exconfidente de Melania Trump, reveló detalles de la Primera Dama hasta entonces no conocidos, como la difícil relación con Ivanka Trump.
Donald Trump y Melania van a cumplir 15 años de matrimonio pero se pone en duda que vayan a poder celebrar sus 'bodas de cristal' este 22 de enero de 2021. Pero no todos son tan críticos ni tan negativos con respecto a ellos. Algunos allegados dicen que no habrá divorcio y que se trata solo de rumores de la prensa sensacionalista.
Pero resulta difícil saber qué piensa Melania. Es una mujer opaca que no suele mostrar sus sentimientos, opiniones e ideas. Es la gran desconocida, una torre inaccesible que la prensa, ahora, intenta alcanzar. Sucedió a Michelle Obama el 20 de enero de 2017. Lo tenía difícil, pues su antecesora gozaba de mucha popularidad y tenía una gran aceptación por parte de la sociedad, la prensa (sobre todo la de moda) y de los famosos, desde Lady Gaga a Beyoncé. ¡Todas las estrellas quieren a Michelle!
Melania fue la Primera Dama cuya lengua nativa no es el inglés, la primera de origen no estadounidense y la segunda nacida en el extranjero tras la británica Louisa Adams, esposa del sexto presidente, John Quincy Adams.
Melania no tuvo ninguna prisa en instalarse en la Casa Blanca. Cinco meses pasaron desde que Trump se mudó de Nueva York a Washington en enero de 2017 hasta que ella y su hijo Barron emprendieron el mismo camino, cinco meses llenos de habladurías sobre su vida privada que acalló al llegar a la capital.
Es tan reservada como misteriosa, y ha convertido el silencio una forma de vida: nunca se ha pronunciado sobre las polémicas y escándalos -también sexuales- de su marido y, salvo su insignificante agenda oficial Tiene 50 años y su trabajo se limita a temas como combatir el acoso en Internet de los menores con la campaña llamada "Be Best", una iniciativa con la que ha buscado su propia voz en la Casa Blanca pero que no ha tenido demasiada repercusión.
La periodista Mary Jordan, autora del libro sobre Melania Trump 'The Art of Her Deal' explica que la primera dama, sus padres y Barron forman un núcleo dentro del núcleo familiar de los Trump. "Barron Trump habla esloveno, es muy cercano al padre de Melania. Los dos padres pasan mucho tiempo en la Casa Blanca, viviendo ahí. Hay un núcleo dentro del núcleo familiar y lo forman Melania, su madre, su padre y Barron. Y todos ellos hablan esloveno", dijo en una entrevista.
Su nombre real es Melania Knauss. Creció en un modesto apartamento de un pueblo cercano a Sevnica (Eslovenia), que entonces formaba parte de la República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), disuelta en 1992 con la Guerra de los Balcanes. Tras comenzar su carrera de modelo en Milán y París, se mudó a Nueva York en 1996. Cinco años más tarde obtuvo la residencia permanente y en 2006 se naturalizó estadounidense.
Es extremadamente cuidadosa a la hora de hablar sobre su vida matrimonial con Trump. Se conocieron en una fiesta durante la Semana de la Moda de Nueva York. Era 1998 y se casaron 7 años más tarde. "Los dos somos muy independientes. Yo le dejo ser quién es y él me deja ser quien soy. No intento cambiarlo, es un adulto", dijo una vez en la CNN. Las cámaras han captado en alguna ocasión cómo Melania parece rechazar la mano de su marido, hecho que ha desatado todo tipo de comentarios. Donald Trump, ajeno, dice que su esposa es "una madre impresionante y una mujer increíble". Los próximos días con decisivos para saber qué pasará con el matrimonio Trump, tanto a nivel institucional como a nivel personal.