La llegada de las estaciones siempre tienen un aire de misticismo sobre el que se han infundado muchas leyendas, mitos, cuentos… con los que antiguamente se explicaba el mundo y por qué la naturaleza cambiaba de esta forma tan radical en apenas unas semanas. Recopilamos algunas de ellas y te contamos estas creencias tan peculiares.
Mitología griega
En la Antigua Grecia se tenía la creencia que la llegada previa del otoño y posteriormente el establecimiento del invierno se debía a una leyenda: Perséfone, considerada la reina del inframundo, hija de Deméter (diosa de la fecundidad y fertilidad de la tierra) y Zeus (dios del rayo y padre de los dioses y los humanos), abandona a su madre para reunirse con Hades, dios del inframundo.
Durante otoño e invierno se entiende que esta joven dama abandona el mundo de los mortales para estar al lado de su esposo y gobernar con él durante 6 meses. La llegada de la primavera y del verano indica que Perséfone ya se encuentra entre nosotros y trae la felicidad de los campos y cultivos, debido a la felicidad de su madre por tenerla cerca.
Perséfone descendiendo al inframundo arrastrada por Hades
Mitología vikinga
Un poco más al norte de lo que hoy conocemos como el continente europeo, tenemos a los vikingos. Esta población dividía el año en solo dos estaciones: el invierno se conocía como Skammdegí y quiere decir ‘’los días oscuros’’ y el verano, conocido como Nóttleysa, lo que quiere decir, días sin noche. La estación más fría abarcaba desde octubre hasta principios de abril, aproximadamente, y el verano cubría desde abril hasta principios de octubre.
El ente que representaba esta estación era la diosa Skaði. Esta, en realidad, era una giganta y la temía el mismísimo Odín. Se le asocia al arco y, además de la diosa del invierno es la de las mujeres independientes. Se le asocia el invierno debido al frío que habitaba en las montañas en donde moraba junto a los demás gigantes y su padre, asesinado por otros dioses.
Skadi, diosa vikinga del invierno
Yuki-Onna, la Dama de las Nieves
Yuki-Onna es una joven de larga melena negra y labios morados por el frío que vaga por los parajes más helados de Japón. Existen diferentes leyendas alrededor de la figura de esta joven, algunos afirman que es el espíritu de una mujer que realmente murió atrapada por la nieve y ahora, da una muerte pacífica a aquellos viajeros perdidos y malheridos.
Otros, afirman que actúa como una vampiresa: se alimenta de la sangre de los más desafortunados o, que incluso, se llega a presentar con un niño en brazos para dar pena y poder matar congelando.
La leyenda del Wendigo
Proviene de la cultura algonquina (grupo de pueblos nativos de Canadá, Estados Unidos y norte del estado mexicano) y su nombre significa ‘’búho’’. El mito lo describe como una figura humanoide, alta y en los huesos. Su piel es muy dura, muy blanca y solamente temen al fuego, ya que las víctimas son los humanos. Pero, ¿sabías que esta leyenda nació para remediar un mal que se daba en los inviernos más crudos de las estepas americanas?
Cuando los antiguos indios cruzaban a caballo los prados americanos y canadienses, la llegada del invierno se les hacía extremadamente dura. Por ello, salían en grupos para cazar y volver con aquellos animales que habían perecido bajo sus arcos, pero no siempre tenían éxito. A veces, los temporales invernales podían con ellos y, quienes sobrevivían recurrían al… canibalismo. Cuando se comían las carnes de sus compañeros, aparecía este monstruo, quien, en un acto de venganza, se los comía a ellos.
Los indios americanos poseen muchas leyendas
Por este motivo, se inventó la figura del Wendigo, para que aquellos que quisieran acudir al canibalismo en las duras etapas del invierno… ni tan siquiera se lo pensaran.
Y en España, ¿tenemos leyendas?
En nuestro país existen muchas leyendas sobre la llegada del invierno o protagonistas que aparecen solo en esta época del año. Una de ellas sucede en Asturias y a sus personajes se les conoce como ‘’sidros’’.
Remontémonos a cuando hace miles de años el hombre se regía por los calendarios marcados por el Sol, la Luna y la transición del invierno a la primavera se aprovechaba para librarse de los malos espíritus e invocar la fertilidad de la tierra, con ceremonias protagonizadas por personajes estrafalarios. Todavía se conservan algunas de estas mascaradas de invierno y queremos que conozcáis una de las más ancestrales de Asturias: los Sidros y Guirrios.
Volvamos a la superficie, a cuando hace miles de años el hombre se regía por los calendarios marcados por el Sol, la Luna y la transición del invierno a la primavera se aprovechaba para librarse de los males espíritus e invocar la fertilidad de la tierra, con ceremonias protagonizadas por personajes estrafalarios. Todavía se conservan algunas de estas mascaradas de invierno y hoy queremos que conozcáis una de las más ancestrales de Asturias: Los Sidros y Guirrios.